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"Dicen que ha estado pasando con las mujeres jóvenes. Ellas despiertan embarazadas al amanecer incluso sin tener un marido, y dan a luz a seres extraños como demonios que no viven más de un día."

"Dicen que son demonios, pero todos lo que han visto son bebés. Las mujeres suelen morir después de dar a luz y no pueden amamantarlos."

"No pueden amamantarlos porque son demonios"

"¿Será una maldición? ¿Una maldición en nuestro pueblo?"

"¿Que haremos si es una maldición?"

Minghao dejó de escuchar la conversación de su tia y su abuela mientras intentaba limpiar sus manos. No quería ver más el negro y el rojo sobre su piel, no quería recordar al bebé que lo miró incluso después de morir. Cuando regresaron a casa su madre se encontraba tan consternada que tuvo que recostarse, su padre y su prima se encargaron de ayudarla dejando que Minghao se fuera.

su tío y sus primos prefirieron no entrometerse en el asunto y continuar con su trabajo. Ellos no querían saber de chismes.

Maldición o no su abuelo insistió en llenar la casa con amuletos de protección e incienso, y para sorpresa de Minghao pudo ayudar. Colocó los amuletos bajo la mirada curiosa de los niños y de su prima que inclinaba su cabeza de lado a lado haciendo que el cascabel del adorno en su cabello tintineara.

—¿El incienso no le hará daño al bebé de mi hermana? Minghao.— Preguntó ella inclinandose para ver más de cerca los amuletos.

—No lo creo. De cualquier forma su habitación actual se encuentra al centro, el incienso solo es colocado a los alrededores.

—Si es una maldición ¿No deberíamos bendecir toda la casa?

—El abuelo piensa que con esto servirá.

—Pero tengo miedo.

Su prima hizo un puchero y Minghao se burló comenzando a negar. No la juzgó, ella tenía razones para tener miedo, siendo una mujer joven ¿Quien no lo tendría en su situación? Ella tampoco tenía un prometido o un esposo, apenas estaba entrando a esa edad y aun guardaba un poco de esa actitud infantil e inmadura.

—No te preocupes, estarás bien. Solo ataca a mujeres bonitas.

—¡¿Como te atreves?!— Ella estaba molesta pero tambien se reía. —¡¿Te atreves a decir eso?! Primo, tu ni siquiera eres guapo.

Al menos la había hecho reir. Sonrió.

—Pero ¿No te alegra estar a salvo?

—¡Si me vas a decir fea no!

—No te dije fea, solo dije que solo ataca a mujeres bonitas.

Ella siguió quejándose mientras Minghao se burlaba. Era mejor que ella no pensara mucho en eso, de hecho, era mejor que Minghao no pensara más en ello, tambien estaba asustado, pero no asustado de la misma forma en la que estaba su prima. Él aun recordaba los ojos carmín.

—Aun así...— Su prima balbuceó. —¿Podrías cuidarme esta noche? Solo esta noche...

Minghao sonrió asintiendo, extendió una mano colocándola en su cabeza, ella cerró los ojos como si estuviera a punto de llorar.

—No te preocupes, me quedaré despierto toda la noche si es necesario.

Su prima comenzó a llorar.

—¡Eres muy bueno, primo! ¡Mejor que cualquier hombre aunque te sientas como una mamá!

¿Eso era un halago? Suspiró en respuesta.

PSYCHO [JunHao]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora