☀️ Capítulo XV 🌙

427 52 2
                                    

No te atrevas a meterte con mi alfa.

(⁠*⁠˘⁠︶⁠˘⁠*⁠)⁠.⁠。⁠*⁠

Estaba de buen humor, no podía dejar de reír y sonreír aunque los niños se enojaran a veces o lo incomodaran. Su sonrisa no podía desaparecer.

– ¿Por qué tan sonriente?. – rio bajo, que Heeseung aún no notara la marca que adornaba su cuello era por su suéter.

– Digamos que por fin puede saber en qué momento estar conmigo.

– Felicidades, ya era momento de que le dieras el sí. ¿Cuándo la boda?.

Se sonrojó, apenas y tenía su lazo. Ya unidos en emociones, pero se consideraba su pareja desde antes.

– No creo que nos casemos, es demasiado pronto para eso. Apenas me dejé marcar, ni siquiera tenemos la etiqueta de “novios”.

– Jungwon, no necesitas eso, te lo saltaste desde antes. Es obvio que sería más lindo si se casan, pero igual, pueden esperar.

Negó, ahora no deseaba apresurar al mayor. Ambos sabían que llevaba más de lo que creían, pero... Sólo quería ir lento. Disfrutar lo que ahora en cada mañana recibía, los besitos o abrazos mientras intentaba hacerlo reír.

– Qué fea coincidencia. – reconoció la voz, mientras tomaba a uno de los niños para subirlo al juego con cuidado.

Se giró, no creyó que su hermano mayor estuviera ahí con sus hijos tomados de las manos y el alfa atrás de él.

– Buenas tardes, bienvenido. Puede estar seguro de que sus pequeños estarán bien mientras ustedes comen. – hizo una reverencia.

Hacer como si no lo conociera era mejor que recibir palabras hirientes, así que lo ignoró y volvió a vigilar a los otros niños.

– ¿Qué?. ¿Me vas a tratar así, Jungwon?.

No estaba de humor, quería seguir sonriente.

– Disculpe, como ya dije le aseguro que sus hijos estarán bien. Puede irse a la zona de adultos. Aquí sólo hago mi trabajo.

Y avanzó para recibir a los demás pequeños que entraban para jugar mientras sus padres comían tranquilos. Sólo pudo escuchar el bufido, de todos modos le gustaba estar de un lado a otro a pesar de su pancita grande. Sin olvidar que tener seis meses no era fácil.

Sonrió, los menores parecían divertirse. Lo que no esperó fue el abrazo en sus piernas. Y al voltear notó que sus sobrinos aún no podían olvidarlo.

– Tío Jungwonie, ¿vas a tener un bebé?. ¿Esas cosas chillonas?. – fue el pequeño Daeyoung el que habló.

Rio, tenían el mismo humor que su hermano en la adolescencia.

– No será tan chillona. Será lindo y pequeño.

– ¿Por qué no vas a casa?. ¿No nos quieres?. – preguntó Youngeun. Oh, no, él siempre iba a visitarlos, pero ahora no podía.

– No es eso, pero si su papi deja de tratarme mal, les prometo visitarlos. – los cuatro pequeños asintieron.

Sus mejillas gorditas se sonrojaron, cuando sus manos pequeñitas tocaron el vientre abultado sin lastimarlo.

DURODonde viven las historias. Descúbrelo ahora