DURO

☀️ Capítulo IX 🌙

Acaríciame, necesito cariño.

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No quería dejar su cama, estaba calientito entre las cobijas con su nariz olfateando ese aroma peculiar a Lima y Ron. Sus manos pequeñas abrazando algo firme que le daba más calor, el que necesita para descansar.

Suspiró levemente con satisfacción, sus ojitos se abrieron un poco para admirar el pecho que tenía delante.

– ¡Ah!. – se alejó asustado, sentándose y observando alrededor.

Mirándose a sí mismo, sus prendas y respirando profundo al notar que aún las tenía puestas.

– No reacciones así... – la voz a su lado lo tensó, haciéndolo girar levemente y observando al alfa que sobaba su sien por unos momentos para después mirarlo.

– Seonwoo...

– ¿Dormiste bien?. No me soltaste en toda la noche y te aferraste a mi cuello. – trató de explicar.

Su voz ronca de alguna manera le gustó al omega, tal vez deseaba escucharla todos los días, pero ahora estaba avergonzado por no dejar dormir bien al mayor.

– Lo siento, seguro te molesté.

– No, en realidad fue lindo. Ronroneaste muchas veces, y tienes una manera peculiar de dormir. Me gusta. – sonrió, levantando sus labios para hacerle saber que estaba bien. – Ayer me dijiste que me quedara y bueno. Debemos hablar sobre esto.

– ¿Esto?.

– Sí, Jungwonie. ¿Quieres mudarte a mi casa o quieres que me mude contigo?. – se arrastró por la colcha recibiendo un abrazo del mayor, quien lo volvió a juntar más a su pecho mientras lo cubría hasta los brazos con las cobijas. – O prefieres que venga a visitarte, lo que tú decidas está bien.

– ¿Por qué yo?. – susurró olfateando el aroma a Lima y Ron envolviéndole. Amando que el alfa se declarara de ese modo.

– Porque tu comodidad es primero que la mía.

Asintió cerrando sus ojos, dejando que su naricita fuera hasta el hombro del alfa, dejándose llevar por la comodidad entre sus brazos.

– Espera... – no le hizo caso.

Pegó su nariz al cuello, sintiendo cómo su cuerpo temblaba y se estremecía.

– Wonie, no hagas eso...

– ¿Tienes un punto sensible y lo acabo de descubrir?. – preguntó, alejándose un poco. – Alfa, ¿estás nervioso?.

– N-No... Tú me pones así. – se quejó, pero de una forma que Jungwon no creyó ver en un alfa.

Con nervios, avergonzado y un poco temeroso de lo que el omega había hecho.

Aún después de ello, Jungwon alzó los hombros.

– Me gusta... – y volvió a fundirse en el aroma del mayor.

Pese a lo extraño que había sido todo, pensó que era mejor no hacer pasar al alfa malos momentos. No cuando apenas se estaban conociendo.