☀️ Capítulo XIX 🌙

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Golpearé a todos los omegas.

(⁠*⁠˘⁠︶⁠˘⁠*⁠)⁠.⁠。⁠*⁠

El aroma sutil a Miel se hacía presente, sólo si se acercaba lo suficiente al pequeño bebé que dormía en la cuna de madera.

Con sus manos pequeñas en puños y la nariz levemente fruncida.

– Aquí estabas... Se supone que debes descansar. – el alfa parecía algo molesto.

Porque desde hace una semana había salido de la cama para estar con su bebé, para verlo dormir y estar atento como el buen papá que quería ser. Sin embargo, pese a lo lindo que parecía ser, tenía que levantarse con sus pocas fuerzas.

– Es bonito cuando duerme...

– Eso no quita que te duela estar de pie y ni siquiera puedas sentarte por lo mismo.

– Alfa, no seas malo.

– No soy malo, me da miedo que te lastimes y volvamos al hospital por ello. – Jungwon no tardó en pucherear, dejando que su mayor lo cargara fuera del cuarto.

Sólo pudo subir sus manos, sosteniéndose y disfrutando del aroma de su pareja, que también tenía el del bebé. Frunció el ceño, desde hace dos días su mayor no estaba en la cama durmiendo.

– ¿El cachorrito es chillón?. – su pregunta hizo reír a su alfa.

Fue dejado en la cama con delicadeza, incluso pudo tener a Seonwoo encima de él, sólo mirándolo. Esta vez sin enojo, sólo dulzura.

– A veces, sólo en la noche llora. Pero supongo que no lo escuchas por lo cansado que estás.

– Hey, también es mi hijo.

– Wonie... Sólo llora porque quiere saber que está a salvo.

– Si lo trajeras a mi lado sería diferente, no tendrías porqué levantarte, yo podría verlo y atenderlo cuando llora.

Negó, estaba bien. No quería que Jungwon se sintiera fatigado.

Tardó para responder, pero al menos besó las mejillas de su omega, ganando risitas bajas, y algunos besos en sus labios.

– Duerme, cariño, mañana si deja de dolerte tanto podemos estar todo el día con nuestro cachorrito. ¿De acuerdo?.

Asintió, con sus ojitos pesados y un bostezo. Lo que le dio ternura, notando los labios rosados del menor.

– Te amo.

(⁠◍⁠•⁠ᴗ⁠•⁠◍⁠)⁠✧⁠*⁠。

Había ruido, demasiado para su gusto. De festejos y algunos susurros, también “shhh” de alguien desconocido.

Negó, jalando más las cobijas y dejando de sentir el sol cubrir sus pies. Frunció su ceño ante el estruendo, arrojando todo de lado y sentándose. Con el enojo de ser despertado cuando soñaba que su alfa lo llenaba de besos.

– Ush, ¿por qué hacen tanto ruido?. ¿No entienden que la gente duerme a esta hora?.

Se levantó usando sus pequeñas pantuflas y tomando el suéter para luego ponérselo y peinar sus cabellos con sus manos y abrir la puerta.

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