☀️ Capítulo XVI 🌙

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Déjame sonreír.

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Puchereó, levantando su camisa hasta su pecho y notando lo grande que su vientre estaba, con las marcas de estrías haciéndose notorias.

Se movió cambiando de posición, de forma ladeada mientras intentaba hacer que su pantalón de mezclilla cerrara, que se rehusara a obedecerlo le molestó.

– Ugh, estoy gordito y cachetón.

Bajó los pantalones para arrojarlos a la cama dejando caer su camisa larga y subiendo solo con cuidado en la colcha suave.

– ¿Wonie?. Creí que pensabas ir a casa de tu hermano por los pequeños.

– No me queda nada... – pegó su rostro a la almohada chillando.

Hubo silencio, después, el ruido de una bolsa lo asustó. Se levantó observando cómo el mayor sacaba dos bolsas del fondo del armario.

– Sabía que este momento llegaría, así que decide cuál usar.

Las bolsas fueron abiertas delante de él y en ellas habían muchos pantalones diferentes, algunos de mezclilla, pero con un pequeño detalle.

Tomó uno negro observando la tela superior y notando que no sólo podía entrar en él, sino que también ajustarlo a su cadera.

– ¿Tú los compraste?.

– Le pregunté a mi papá omega qué era esencial en el embarazo y dijo que con el tiempo no podría quedarte la ropa debido a lo ajustada que era.

– Alfa atento. Me gusta...

– Oye, debo de estar al pendiente de lo que tú quieras. Aunque los antojos no pueda complacerlos y por el momento sólo quieras besos. Está bien para mí.

Se acercó a Seonwoo tomando sus mejillas y dejando un beso en sus labios. Un agradecimiento por todo lo que hacía por él.

– Te amo, gracias por ser especial, por ser único, y no tratarme como un objeto.

Agradecía que no fuera como los demás alfas de la sociedad. Los que aprovechaban su autoridad por ser alfas, los mismos que llegaban a golpear a los omegas y gritarles a los betas.

– Jungwonie, mi lindo y hermoso Jungwon. No soy como ellos porque mis padres me criaron para proteger a mi predestinado. Porque lo eres, nuestras almas están unidas desde el comienzo.

Se sintió más tranquilo, aunque eso cambió a asombro cuando sintió un movimiento y golpe en su pancita. Parpadeó, y bajó la mirada.

– ¿Jungwon?.

– Se acaba de mover. – susurró, la emoción de su lobo y de sí mismo apareció. – ¡Alfa!. Se acaba de...

Otra pequeña patada que lo hizo chillar de emoción, tomando las manos de Seonwoo y dejándolas sobre su vientre donde golpeó levemente su cachorrito. Una emoción más se extendió por su pecho.

Levantó la mirada y no supo cómo sentirse, cuando el hombre que amaba lloraba ante la situación.

– ¿Seonwoo?. – cubrió con una de sus manos su rostro mientras se dejaba caer en las piernas de Jungwon. – Alfa, no te cubras. Sé que estás emocionado.

– Lo siento, perdóname. Yo no quería que pasaras por todo esto. No quería que perdieras a tu familia, tampoco que ganaras odio. Perdón, te amo y no sé exactamente qué hacer todos los días, intento mantenerte feliz, pero no puedo. No entiendo cómo debo de portarme.

Su voz se quebraba y las lágrimas cayeron en las piernas suaves de su pareja. Las manos pequeñas de Jungwon acariciaron la cabellera del mayor, sin entender por qué se disculpaba cuando había sido el mejor.

– Alfa, me gusta cómo eres conmigo... No necesitas disculparte.

– N-No, no lo entiendes. Soy el peor de los alfas que pudo haberte tocado. Soy el peor, si te lastiman puedo llegar a golpear a quien sea y destruir lo que aman sólo por gritarte. Admito que tuve parejas, no duré con ninguna por mi agresividad. Pero tú... Dios. – movió su cabeza en negación, sin quitar su mano de la pancita redonda. – Tú me defendiste y me demostraste que solo, eres capaz de sobrevivir, de sufrir y también de salir adelante. Por eso tenía miedo, de perderte... De que veas ese lado malo de mí.

– Seonwoo...

Eso explicaba por qué las personas chismosas de su anterior hogar no le habían dicho nada al irse. Ni siquiera se habían asomado y lo evitaron a toda costa.

– Perdóname... Prometo cambiar. Porque puedes mantenerme tranquilo, porque al verte me siento débil ante tu belleza. Porque no deseo lastimarte.

– Nuestro cachorrito estará feliz de tenerte como padre. Porque sé, que si llega a ser omega y lo molestan, les pondrás un alto a los abusivos. ¿Cierto?. – lo miró, con sus mejillas llenas de lágrimas y su expresión confundida. – Sunie, amo que estés loco por mí. Me encanta cuando eres posesivo en la calle, los detalles de cada día y las veces que dejas mostrar a propósito la marca cuando hay alfas cerca. Me encanta, por eso no me importa lo que hagas por mí. Con tal de que no me lastimes.

– No podría, a ti no. Tú eres mi joya, eres mi razón de levantarme cada día. Y este bonito bebé en definitiva es lo mejor que nos ha pasado.

Pegó su nariz a la pancita, sintiendo los pequeños golpes, disfrutando de cómo su bebé reconocía sus voces y los toques cariñosos.

Jungwon se apoyó con sus manos para dejar que el alfa levantara su camisa y besara con amor.

– ¿Vas a ser omega o alfa?. Sea lo que sea que llegues a ser, te voy a proteger. Ninguna persona o animal podrá contra ti, eso sí... Tu papi será nuestro tesoro.

Un golpe como respuesta y el movimiento en la pancita lo impresionó. Haciéndolo jadear por la brusquedad.

– No hagas eso, a tu papi le duele. Y no queremos lastimarlo. ¿O sí?.

Notó cómo se movía de izquierda a derecha como si negara.

– ¿Viste eso?. – asintió.

– ¿Tu papi es hermoso?. – el movimiento fue de arriba hacia abajo. Y ambos rieron por ello.

– Dios, esto es... Me asusta lo que hace, pero me parece también impresionante. ¿Le enseñaste?. – el alfa pareció pensarlo.

Entonces lo miró con complicidad y entendió que tenía mucho que ver con las veces que se quedaba dormido mientras el mayor le hacía caricias a su vientre.

– No creí que esto pasaría, ahora me siento más orgulloso.

(⁠*⁠˘⁠︶⁠˘⁠*⁠)⁠.⁠。⁠*⁠♡

Te amo, pese a la locura que tengas.

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