☀️ Capítulo VIII 🌙

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Tócalo, este es el inicio .

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Suave, cálido y bastante reconfortante. Al menos así era el toque del alfa, quien se había presentado más tarde como Seonwoo, el mismo que acariciaba su pancita de cuatro meses y una semana, justo en ese momento. Ya era un poco grande, pero al menos para su gran sorpresa, el mayor parecía emocionado.

– Aún es pequeñito.

No le gustaba estar en un hospital con él después de decirle que era suyo, después de la promesa que le hizo. Sin embargo, él mismo le explicó que sólo quería saber cómo era. Ir a su primera ecografía, porque se había perdido las otras.

– Déjeme colocar el gel.

El toque se apartó, el gel frío fue esparcido en su abdomen por Songyee, la doctora, arrancándole una mueca pequeña a Jungwon.

– Listo ahora. – Songyee pasó el aparato haciendo algunas opresiones leves a su pancita.

Un segundo después, observó a su bebé, era más grande que antes. Recordaba su anterior tamaño a los tres meses, pero aún no podía creer que su cachorrito estuviera bien, pero los latidos repetitivos le dieron la respuesta, la salud de su bebé estaba perfecta, y con curiosidad Jungwon miró al alfa a su lado.

Se veía feliz, sonreía de una manera tan tranquila. Mientras su mano apresaba la suya. Como una fuente de apoyo.

– Es importante que sepan, que en este mes se termina de formar. Por eso su corazón late muy rápido.

– ¿Pero debe de cuidarse más?. – la pregunta del alfa le dio ternura.

– Sí, aún hay peligros. En esta fase el bebé empezará a responder ante el exterior. Por eso también debe estar sano emocionalmente.

Asintió, y pronto se giró mirando a Jungwon de una manera que no supo identificar. Era como si en toda su vida lo hubiese esperado.

– Gracias... – susurró el alfa, y besó sus nudillos, apretando dos veces su manita. – Por este cachorrito.

Sus mejillas ganaron color, las sintió arder y por algún motivo un cosquilleo en su cuello le hizo llevar su otra mano a la zona. La misma donde la marca debía de estar, pero no tenía.

– Les daré una lista de lo que no puede comer, y podrán irse.

La doctora le dio un papel para limpiar el resto del gel, lo tiró al bote de basura y bajó su sudadera para volver a amarrar su pantalón.

Se sentó incómodo, había algo. Un malestar que no podía entender, puesto que su lobo estaba emocionado, pero alerta.

– Ven... – la mano de Seonwoo sirvió de apoyo para ayudarlo a bajar y avanzar hasta el escritorio.

– Jungwon, no trates de correr. Tampoco debes de forzarte y sobre todo, aquí no hay problema si mantienen relaciones sexuales. – se sonrojó.

¿Cómo podía decirle eso cuando en su primera vez quedó preñado?. ¿Cómo?. No podía reírse, pero se sintió avergonzado.

Bajó su mirada, no estaba ahora con el humor para esas cosas. Sólo quería llegar a casa y dormir. Sólo eso.

– Por cierto, esto es para usted. Alfa. – levantó su mirada. – La marca es esencial para la gestación. Si el omega no la tiene probablemente va a sentir rechazo y si eso pasa hay probabilidades de que ambos no aguanten al parto. ¿Me entendió?.

Songyee pareció regañarlo, pero la sonrisa y asentimiento de Seonwoo fueron rápidos.

– Omega, no te preocupes. Seguro tendrás tu marca hoy mismo. – le guiñó el ojo.

Y no pudo sentirse peor, literalmente le había dicho que tuvieran sexo para darle la marca.

– Eso es todo, nos vemos en tres semanas. ¿Les parece?.

– Sí... Espere. ¿Aún puedo trabajar?. – esta vez, Jungwon se encargó de preguntar.

– Depende. ¿En qué trabaja?.

Pudo sentir la mirada, el revoltijo que su lobo hacía en su interior por ello.

– Cuido a niños pequeños. Y juego con ellos. – explicó.

– Mmm, puede hacerlo. Hasta los seis meses de preferencia. Después no debe arriesgarse. ¿Le parece?.

Asintió ya feliz, adoraba a los pequeños niños. Era divertido cuidarlos y jugar con cada uno de ellos.

– Bien, entonces eso es todo. Esta es su ecografía y la lista de los alimentos que debe evitar o de preferencia sólo consumirlos dos veces a la semana.

Ambos se levantaron, y salieron con la pequeña lista dejando que otra pareja entrara.

Estaba nervioso, no conocía nada del hombre a su lado, nada aparte de su nombre.

– Seonwoo... – se detuvo.

– ¿Pasa algo?. ¿Quieres comer?. Podemos ir a donde tú quieras. Sólo escoge dónde. – wow, nunca había tenido a una pareja. Ni siquiera tuvo novio en la secundaria y era extraño tener esa atención. – Tu aroma se pone triste. ¿Dije algo mal?.

– N-No... – de nuevo, ahí estaban las malditas hormonas cuando no las quería. – Es que tú... Eres tan lindo conmigo.

Llevó sus manos hechas puños a sus ojitos. Con sus lágrimas bajando y su cuerpo con pequeños temblores por el llanto. Su aroma cambió a uno triste y el alfa, bueno... No supo qué hacer al tener a varias personas a los alrededores mirándolo mal por hacer llorar a un omega.

– Wonie, no llores. – sus brazos lo tomaron para juntarlo a su pecho. – No sé cómo te criaron, tampoco cómo te trataron. Pero conmigo será diferente, eres el omega más dulce y precioso. No sólo por tener a mi bebé aquí. – el toque en su pancita le dio la fuerza para detener su llanto y admirar al alfa. – Lo digo porque estoy seguro de que eres incluso mejor que todos los omegas, que tu corazón es noble y las situaciones te hicieron llegar a esto. Mereces mucho amor y estoy dispuesto a dártelo.

Su corazón palpitó de manera tranquila, seguramente su rostro estaba como una cereza y su aroma había mejorado.

– Alfa... – su voz era áspera y suave.

Sabía, que ambos tenían algo. Había una conexión, no se trataba del cachorrito que esperaba, sino de algo más profundo que aún no entendía.

– Me gusta tu aroma a Tulipanes, y esa Miel del bebé. Me gusta tu bonito rostro y manos pequeñas. Y estoy muy feliz de que tú seas el hermoso omega que va a tener a mi hijo.

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Ámame, soy alguien especial.

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