Tengo miedo. XII

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-Hiro... -tome sus manos nuevamente mientras que dejaba un dulce beso sobre las mismas, provocando una ruborizacion en el medio asiático-

El asiático al escuchar las palabras del que estaba frente a él sintió como un escalofrío recorría cada parte de su ser, pero esta vez esa sensación no era la misma que tuvo con Camilo, era una sensación que lo hacía ponerse nervioso y a la vez sonreír como si no hubiera un mañana, amor...amor era lo que sentía.

-¿Por que eres así? -dijo riendo mientras que ponía su cabello detrás de su oreja, tenía las mejillas de un tono rubí intenso-

-¿Ser como? -pregunte con cierta diversión, sabía a lo que se refería, pero me encantaba ponerlo nervioso-

-Así...lindo, romántico conmigo -soltó mis manos para así cubrirse el rostro con total vergüenza- Es mucho para mi.

Miguel soltó una ligera risa mientras que tomaba nuevamente las manos del contrario, haciendo que lo mirara, observando con detallez nuevamente el intenso brillo que tenía.

-No me mires con esos ojos bonito -dije al sentir como mis mejillas enrrojecian de solo ver sus ojos-

Hiro al notar como Miguel lo miraba sonrió con malicia, era su momento para ponerlo nervioso a él.

-¿Que ojos, Rivera? -me pregunto con una sonrisa, se fue acercando levemente a mi mientras que bajaba el tono de voz- Yo solo te mire como siempre lo hago.

-Sabes a lo que me refiero -dije en un tono bajo-

Ambos se fueron acercando peligrosamente mientras mantenían una sonrisa, deseando al otro, sintiendo como sus corazones se conectaban con latidos, formando un lazo irrompible...o bueno, eso pensaban.

-Oye Miguel -apareció Marco mientras veía su celular, al alzar la vista abrió la boca con sorpresa al ver como estaban a punto besarse pero se separaron rápidamente al notar su presencia- Uy, no yo, yo no quería arruinar su momento, si quieren me voy -pregunto con cierto apuro-

-No, no...tranquilo está bien, ¿Que pasa Marco? -pregunte mientras sonreía levemente aún con cierta vergüenza-

-Es que mamá Elena te estaba llamando, pero parece que no escucharon -dijo mientras guardaba su teléfono- Es mejor que vayas, ya sabes cómo se pone.

-¿En serio? No escuche nada, pero si claro, ahí voy -dije para levantarme, al ver a Hiro sonreí levemente depositando un beso sobre su mejilla- Es mejor que vayas a descansar, si necesitas algo me escribes.

-Si, muchas gracias -respondió con una sonrisa para después ver como Miguel iba a dirección de donde estuviera mamá Elena, volví mi mirada a Marco-

-Lo siento por arruinar su momento... -dijo apenado a lo cual le causó risa al azabache-

-No pasa nada, fue mejor así...creo que hubiéramos cometido una estupidez si era en este momento, se nos subió todo a la cabeza -se levantó de su asiento para después ir con él- Descansa Marco.

El medio asiático se dispuso a irse a su habitación, encontrándose a baymax nuevamente fuera de su estación de carga, al notar la presencia de Hiro le mostró lo que tenía enfrente.

-Hiro, había un perro fuera de tu habitación, el joven Marco dijo que se llama "Dante" y que Miguel le había platicado de ti -hablo con su familiar voz robótica-

-Baymax ese perrito es más grande que tú -dijo entre risas mientras que lo levantaba para así sentarse y tenerlo entre sus manos-

-Hiro, noto una ruborizacion y manos sudorosas, podría ser una posible fiebre, hare un escaneo.

Mariposa de mi corazón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora