Capitulo (Uno)

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[Recuerdos nítidos]

No podía sacarlo de su mente, por más que lo intentará, el rostro brillante de ese cocinero permanecía en su cerebro mientras su cuerpo vibraba con cada recuerdo de la noche anterior.

Porque ahora, con la mente más despierta, sin presión, era inevitable que las imágenes de la noche pasada no invadieran su cabeza, la forma en que su cuerpo había encajado perfectamente con el del contrario, la calidez que el momento le había brindando, la sonrisa cansada de ese rubio, sus ojos entrecerrados mientras reía con cada idiotez que Zoro soltaba. Simplemente estaba empapado hasta los huesos de ese tipo de cejas raras, e incluso aunque ni siquiera sabía su nombre.

Zoro no solía pasar las noches acompañado, no era algo que le gustará, por supuesto que era un hombre con necesidades básicas, pero simplemente las ignoraba porque tenía demasiado en la mente como para cumplir sus propios caprichos, así que solamente se dedicaba a su trabajo, su casa, y su hija, era todo lo que le importaba, las relaciones interpersonales no le interesaban en absoluto.

Pero ayer fue distinto, después del trabajo siempre solía marcharse a su casa, pero durante el día sus compañeros habían planeando asistir a un bar cercano, que también había sido inaugurado ese mismo día, Zoro no era un hombre fácil de convencer, era evidente para todos, pero sus compañeros habían insistido tanto, especialmente el nariz larga Ussop, que le fue imposible escapar en esta ocasión, pidiéndole incluso a Tashigi, una compañera de trabajo, que le cuidará a su pequeña niña durante la noche, lo cual la mujer acepto en un santiamén, conociendo lo rápido que Zoro cambiaba de opinión, e igualmente deseosa de que su jefe, debido a que Zoro era el Oficial superior, se tomará un respiro.

Ni siquiera le dio importancia a su vestimenta, a pesar de las constantes insistencias de sus compañeros porque usara algo casual, por lo que simplemente continúo portando su uniforme de policía con mucho orgullo, simplemente quitándose la placa para asegurarla en uno de sus bolsillos, también dejo tanto su pistola como sus otras armas en la comisaria, porque Usopp se lo había prácticamente rogado, para no intimidar a los presentes en ese lugar.

Una vez en el bar continúo con su expresión de piedra, con los ojos entrecerrados por la inmensa cantidad de alcohol que le había suministrado sin esfuerzo a su cuerpo, los brazos cruzados contra su pecho, mientras trataba de ignorar tanto la música como a la gente aglomerada sudorosa a su alrededor. Definitivamente, aunque amaba la cerveza ese tipo de lugares no eran de su agrado, prefería simplemente tomar solo en casa, era mejor que esto.

Usopp era inevitablemente ruidoso cada que se embriagaba aunque fuera poco, por lo tanto, también era imposible sacárselo de encima porque el moreno era un borracho amoroso sin dudar, abrazándolo por los hombros fuertemente mientras le repetía incontables veces cuanto lo quería y admiraba. A Zoro no le molestaba las palabras del hombre menor, era uno de sus compañeros que más le agradaban, pero simplemente el contacto física innecesario lo sacaba de sus casillas.

Cuando finalmente pudo quitarse a Ussop de encima, alegando que iría a traerle otro trago, justamente frente a la barra, en medio de la pista de baile, brillando como una luciérnaga fue cuando lo vió; a ese rubio de cejas rizadas.

El chico tenía el único ojo que su cabello dejaba apreciar tranquilamente cerrado, mientras su cuerpo se mecía perfectamente al sonido de la música alta, su cabello dorado resplandecía fuertemente como la mismísima luna, en su rostro trasparente una sonrisa de labios cerrados se dibuja cada vez más notoria. Era como si repentinamente fuera todo negro en la habitación para Zoro, porque todo lo que podía mirar era a ese chico mecerse tranquilamente con la música. Zoro era una polilla, y ese rubio era la inmensa luz que inevitablemente lo tentaba.

"El deseo de la pequeña Kora" [ZoSan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora