Capitulo (siete parte dos)

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[Más cerca].

Y así es como había terminado durmiendo en su sofa, pues Kora junto a Chopper dormían plácidamente después de una noche cansada en la habitación de la niña, por lo tanto, el cocinero dormía en su habitación, pues Zoro se había negado obstinadamente a acostarse en la misma cama que el rubio, decidiendo precipitadamente que podía dormirse en el sofa.

Tenía que reconocer que se había puesto bastante nervioso de pasar una noche en su cama completamente solo con ese tipo, porque la última vez habían hecho de todo menos dormir específicamente, y aunque eso no significara que volvería a pasar, su mente seguía traicionándolo constantemente con los recuerdos de esa ocasión, haciéndolo ver como un adolescente constantemente, para su total desagrado.

Zoro se removió nuevamente en el reducido espacio, bufando con fastidio cuando su mano quedo atrapada debajo de su cuerpo al no tener el suficiente espacio para estirarse, porque si se movía bruscamente era seguro que caería a el piso, por lo tanto, no podía dormir. Arrugo las cejas con molestia, preguntándose mentalmente porque el rubio tenía que dormir tan plácidamente mientras el sufría en ese sillón incómodo, pero la respuesta era clara; era su culpa, por miedoso.

Un mal movimiento provoco que Zoro cayera finalmente a el piso, golpeándose la cabeza contra la pata del sofa, haciendo que soltará un quejido ante el dolor provocado. Definitivamente, no podía descansar de esa manera, mañana iría a trabajar, así que, tenía que dejar su orgullo de lado.

Se levanto molesto entre maldiciones, sobándose la cabeza mientras se dirigía a la puerta que daba a su habitación, deteniéndose justo frente a ella, indeciso nuevamente de si adentrarse o no. Si tenía suerte, el rubio ya estaría dormido, por lo tanto, solo tenía que ser lo suficientemente silencioso para acostarse alejado de su cuerpo, y luego, mañana se despertaría temprano para no ser descubierto. Si, era un buen plan.

Pero justo cuando estaba preparado para abrir la puerta, esta fue abierta repentinamente, asustándolo cuando la figura del cocinero apareció ante su vista.

--¿Q-qué haces despierto, cocinero? --soltó el peliverde nervioso, mirando de reojo el rostro medianamente visible del nombrado, pues era incapaz de verlo directamente.

--Eso mismo me pregunto de ti, marimo --contratacó el rubio alzando una de sus cejas rizadas--. Escuché un ruido, vine a ver que era, ¿esta todo bien?

--Si, lo está --se apresuro a contestar el oficial.

--Entonces, ¿que haces aquí? --pregunto el cocinero, refiriéndose a por qué estaba de pie en la puerta--. ¿Ya no te gustó el sofa?

--No es eso, es... Bueno, es mi cama, quiero dormir en ella --contesto rápidamente Zoro, con fingida indiferencia, señalando con un movieminto de cabeza el interior oscuro de la habitación.

--Eso fue lo que te dije, tonto --aclaro el rubio con un bufido--. Ya entra. ¿Y ahora qué? --pregunto cuando Zoro lo miro parpadeante, sin moverse ni un centímetro de su posición--. Ni creas que dormire en el sofa, la cama es lo suficientemente grande para ambos, así que cállate y entra.

Zoro chisto la lengua molesto, pero se vio incapaz de objetar cuando el rubio se adentro a su habitación para acostarse en el lado derecho de su cama, indicándole que tomara el otro extremo, lo cual lentamente hizo, dejando a su cuerpo descansar en el colchón cómodo finalmente.

Y aunque la cama era espaciosa, fresca, e inigualablemente comoda, seguía sin poder pegar ojo. Tal vez lo era por la otra presencia, que aunque estuvieran lo suficientemente alejados aún podía escuchar su respiración, crispandole los nervios, así que nuevamente se removió en la cama, girándose en busca de una mejor posición, tapándose y destapándose con la cobija constantemente, hasta que finalmente un gruñido por parte del rubio lo detuvo.

"El deseo de la pequeña Kora" [ZoSan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora