Capitulo (trece)

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[El deseo de la pequeña Kora].

Y no pudieron hablarlo después de esa noche en que terminaron en el jardín de la casa de Nami, pues el tiempo juntos que pudieron pasar después de ese momento especial fue bastante nulo el resto de los días, debido a Zoro estaba tan cargado de trabajo en la comisaria que con suerte podía descansar en su casa junto a su pequeña, pero temprano en la mañana volvía a marcharse mucho antes de que Kora despertará siquiera, entonces esos pequeños lapsos de tiempo en que el cocinero llegaba a su departamento para hacerse cargo de Kora por el resto del día
era lo único que tenían para verse, pero seguía sin ser suficiente para hablarlo.

Era momentáneo, pero Zoro podía ver algo en el cielo azulado que el rubio tenía por ojos, como una luz resplandeciente que hablaba por sí sola, una que demostraba silenciosamente que estaba de acuerdo con lo que el corazón de Zoro experimentaba constantemente en su cercanía, pero aún así, el oficial era bastante consciente de que tenían que hablarlo claramente, porque la línea seguía existiendo entre ambos, alejándolos a metros de distancia que tanto deseaba disminuir, porque ahora tenían un mismo sentimiento que discutir.

Zoro necesitaba dejar escapar eso que su corazón ahora estaba bastante seguro que sentía antes de que fuera tarde, pero seguía sin tener tiempo en el trabajo, pues aunque el cambio de estación era bastante agradable tanto de observar como de percibir, también arrastraba bastantes problemas que como policia tenían que resolver. Así que durante esa semana que se avecinó tan rápido que no pudo prepararse siquiera
tuvo que mantenerse en la ruta junto a su compañero de patrullaje, procurando que las calles estuvieran en orden, para luego volver a la comisaria, en donde se encargaba de la papelería, pues durante esos tiempos el trabajo era más constante, a causa de que en ocasiones los disturbios eran más comunes durante los tiempos de turismo, por lo tanto, esto era solo la pequeña punta de lo que se avecinaba para el invierno, pero no le preocupaba mucho, realmente solo quería tiempo suficiente para resolver sus problemas del ahora, luego se preocuparía por el resto.

Incluso cuando su mente estaba lo suficientemente abarcada en perseguir a los delincuentes en las calles, todavía había un gran espacio para pensar en esa noche de firmamento vivo que se repetía en su cerebro cada segundo, si cerraba su único ojo por un momento todavía podía sentir el calor del rubio bajo su cuerpo, atrapado entre sus brazos mientras lo veía atentamente con sus bonitas perlas, con su pelo rubio desparramado en el pasto verde, y en sus ojos trasparentes el reflejo las relucientes estrellas en el cielo despejado, e inevitablemente suspiraba cuando veía en su mente ese rostro enrojecido después de besarse, porque demonios, seguía sin poder creer que había besado a Sanji, le era algo tan imposible de siquiera imaginar cuando recién se conocieron que ahora parecía todo un sueño dorado del que no quería despertar.

¿Sanji siente lo mismo?; esa era una pregunta recurrente en su mente, que aunque no tenía respuesta clara por parte del rubio, seguía recordándose que el cocinero fue quién lo beso a él, pero antes de hacerlo, aseguro que no era un error o accidente, que estaba tan sobrio como nunca, tan consciente como Zoro, entonces, no podría considerarse algo de una solo noche, ¿cierto?.

Pues Zoro anhelaba que fuera de esa manera, deseaba que fuera reciproco, porque ahora no tenía miedo de arriesgarse, si era con Sanji, jamás podría tenerlo.

Se mordía el interior de la mejilla ansioso cada vez que veía a el rubio antes de marcharse a su trabajo, preguntándose cuanto tiempo perdería en decir lo que se amontonaba en su garganta desde hace mucho tiempo atrás, pero luego, Sanji sonreía despreocupadamente, tendiéndole el bento de comida que seguía preparándole cada ocasión antes de partir, deseándole surte en el trabajo mientras palmeaba su hombro, en una indicación silenciosa de que podía esperar, seguiría esperando, pero era Zoro quien estaba tan harto de esperar pacientemente por algo que estaba tan cerca de su alcance.

"El deseo de la pequeña Kora" [ZoSan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora