Capitulo (ocho)

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[Sentimientos incomprensibles].

Algo estaba cambiando en su interior tan rápido que comenzaba a asustarlo, porque no sabía como detenerlo, pero mucho menos, como tomarlo.

Era de noche pero seguía en su trabajo, a causa de que durante esta semana sus turnos en la comisaria serian por las noches, aunque para su mala suerte tenía que ponerse en la ruta pronto para cumplir su labor como oficial, pues si era sincero siempre había preferido quedarse en la oficina que ir a patrullar, porque en lo general disfrutaba de un día calmado, algo que en la ruta jamás podía tener, pues siempre habría personas causando estragos en alguna parte del lugar, quitándole la poca paciencia que tenía en su sistema.

Había días que disfrutaba de una buena acción, desde correr detrás de un delincuente hasta arrestarlo con esposas, pues de alguna manera le servía para desquitar todo el aguante físico que tenía, uno que no solía dejar salir en su casa o en el trabajo, además que a sus superiores les gustaba mandarlo a ese tipo de cosas, por su sorprendente resistencia de la cual era bastante consciente, por lo tanto, tenía un gran ego a la hora de trabajar.

En ocasiones las parejas de patrullaje solían rotarse cuando eran subordinados, es por eso que en esta ocasión no era Koby quién lo acompañaba sino otra persona, que no era un subordinado en absoluto, también era un oficial superior como Zoro, pues Franky era bastante famoso no solo por su explosiva manera de ser tan llamativa, sino también por su gran desempeño a la hora de atrapar a los malos, es por eso que a Zoro le agradaba mucho el grandullón, porque aunque en ocasiones era bastante parlanchín también solía solo dedicarse a realizar su trabajo, claro, dependiendo de como se sintiera durante su turno.

Junto a el cocinero había creado una rutina que consideraba bastante peligrosa, o así la percibía su cerebro por lo rápido que se había acostumbrado a ella sin siquiera poner resistencia en absoluto, porque era evidente que ahora pasaba más tiempo en casa del rubio que en cualquier otro sitio, desde las mañanas, dependiendo de sus turnos en el mes, claro, pasaba a dejar a una adormilada Kora, solo para ser recibido por un resplandeciente rubio con un bento de comida preparado para el, luego durante las tardes-noches cuando pasaba a recogerla, otra vez se quedaba adentro de la casa, sentando familiarmente en la cocina, esperando a que el cocinero le diera algo de comer, pues desde su accidente culinario no lo dejaba cocinar en absoluto, o al menos tanto como le fuera posible lograrlo, alegando que no deseaba volver a verlo con sangre en su piel.

Sanji se había ofrecido amablemente a continuar cuidándole a Kora, pues aunque había vuelto a su trabajo en la cafetería como antes, su jefe no tenía problemas con que llevará a la menor con el, pues Kora era bastante inteligente, por lo tanto, sabía cuando debía exigir atención pero también cuando no, así que no era un problema, además que a la menor le gustaba mucho ayudarlo en la cocina lo más que le fuera posible. Y aunque Zoro se había negado en un principio, pues lo que menos quería era estorbar en el tiempo laboral del rubio, pero tenía que reconocer que de esa manera él mismo se marchaba más tranquilo a el trabajo, así que, después de mucha insistencia por parte tanto de Kora como de Sanji, accedió.

Es por eso que también Kora se había acostumbrado bastante rápido a la rutina, o mejor dicho, lo había hecho incluso antes que él mismo, pues ahora durante sus secciones con la doctora Robin no le costaba dirigirse a la mayor tanto como antes, solía contarle sus días con mucho entusiasmo, podía incluso ponerse a platicar de sus sentimientos sin problemas, era evidente que lo que sea que estuviera viviendo era bueno, pues se estaba volviendo cada vez más sociable a su entorno entero, a propias palabras de la pelinegra.

Sabía que la castaña era una niña bastante lista incluso con solo tres años, eso significaba que podía entender algunas cosas bastante bien, pero aun temía que no lo supiera llevar cuando todo terminará, porque era evidente que lo haría, Sanji no estaría siempre con ellos.

"El deseo de la pequeña Kora" [ZoSan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora