34.- Hoy no es como ayer

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... Y aún así logran sorprenderte, tienes que repetirte que no puedes controlar todo lo que sucede a tu alrededor y a las personas porque por fortuna y desgracia, somos seres emocionales.

En el temblor provocado por Shindo, Sakura había sido arrastrada lejos de sus amigos. Sabiendo que no era una opción volver al punto de inicio y que quedarse quieta en el mismo lugar no era inteligente, decidió seguir avanzando hasta llegar a una zona donde se encontraba un gran lago con una cascada artificial. Brevemente, Sakura se preguntó cuánto les habría costado crear algo así.

Como buena kunoichi de Konoha, se acercó a los árboles que rodeaban el lago. Al pensar en ello, supuso que las personas con habilidades acuáticas podrían estar ocultas bajo el agua. Si había alguien a larga distancia, estar en la cima de la cascada, donde había terreno seguro, sería un lugar fantástico para esconderse. Mientras caminaba, empezó a reflexionar sobre cómo estarían sus amigos, especialmente Todoroki y Bakugo, quienes planeaban moverse por su cuenta. Al menos a Bakugo lo seguían Kirishima y Kaminari, aunque no dudaba de que alguno de ellos tendría éxito en esta fase de las pruebas.

Mientras avanzaba entre los árboles, Sakura se vio atrapada por las raíces que se movieron repentinamente a sus pies, lanzándola hacia el lago. Como sospechaba, había personas escondidas tanto bajo el agua como en el risco. Al caer al agua, se vio obligada a correr sobre la superficie para esquivar los ataques que venían tanto desde arriba como desde abajo.

—Nadie nos dijo que supieras correr sobre el agua —comentó una voz.

—Primera lección es no confiar únicamente en lo que has visto. Los villanos no juegan limpio —respondió Sakura, esquivando un ataque bajo el agua.

Varios individuos que estaban ocultos emergieron a la superficie.

—Somos demasiados para ti, no podrás esquivar a todos —advirtió el chico.

Sakura sonrió entonces, sacando unos kunai con sellos colgando del mango y otros sellos explosivos sueltos de su bolsillo.

—No es nada personal, pero nosotros, los de la UA, no somos un blanco fácil como piensan —declaró, lanzando los kunai hacia el risco y los sellos explosivos alrededor de ella—. Si algo caracteriza a la UA es que no nos rendimos fácilmente, y confío en que todos superaremos esta prueba.

Con tan poco tiempo transcurrido desde el inicio del examen, Sakura estaba segura de que al menos uno de sus compañeros de clase ya había pasado la prueba, y ella no iba a quedarse atrás.

Recordó unos días atrás, durante una clase de entrenamiento, cuando se quedó sentada en el suelo, admirando a sus amigos. Desde su posición, solo podía ver las llamas y el hielo surgir de los ataques de Todoroki, las explosiones resonando en el espacio de Bakugo y los rayos verdes que emitía Midoriya cuando usaba el One for All. Todos habían progresado considerablemente, pero eran esos tres a quienes más admiraba por sus habilidades y su determinación para ser los mejores.

Una sombra se cernió sobre Sakura cuando Aizawa y All Might se acercaron a ella.

—¿Por qué no estás entrenando? —preguntó Aizawa de manera contundente, con su característica voz apática.

A su lado, All Might, un poco nervioso, intercambiaba miradas entre Aizawa y Sakura hasta que finalmente sonrió nerviosamente a esta última.

—¿Está todo bien? —preguntó.

Acostumbrada al carácter de Aizawa, Sakura simplemente sonrió despreocupadamente.

—Solo estoy tomando un descanso —respondió, su mirada volviendo hacia donde estaban sus amigos de clase antes de volver a su maestro y tutor—. Gracias por permitirme tener la prueba del cascabel.

Flor de dos mundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora