Capitulo 27: Colapso

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- ¡Hunter! ! ¡Luz! ¿Adivinen quien vino conmigo de visita? - Phillip Whitebane pregunto a su sobrino apenas entro en su la sala donde se encontraban con el más reciente integrante de su familia.

Casi 4 horas habían pasado desde que encontró a las niñas y su hermanito, un tiempo en que el trio de infantes se habían arreglado para tener su reencuentro con sus padres.

- Trajiste a Odalia contigo- Luz respondió de manera inquisitiva, una ceja levantada cuando el negó con la cabeza - Son los hijos de Emira y Edric entonces - Belos rio un poco y negó nuevamente.

- Aun mejor que eso - Respondió, mirando de reojo y dando una señal a las niñas ocultas detrás de una pared.

Azura y Eider respiraron profundamente antes de exclamar con todas sus fuerzas - ¡Mama, papa! estamos en casa - Sus voces retumbaron en la habitación y los cuerpos de sus padres que quedaron en shock por un momento, mientras la figura de sus dos hijas se hacía presente desde el pasillo.

- A... A, Azura, Eider ¿Son ustedes? - La mujer castaña dijo con voz temblorosa, sus piernas cedieron bajo su peso cuando quiso acercárseles para tocarlas, no creía que esto fuera real del todo, no tras todo este tiempo su mente la hacía pensar que era solo cruel broma.

Azura miro a su madre, notando el miedo en sus ojos, tomo su mano, entrelazando sus dedos con los suyos - Soy real, madre, puedes sentir el calor en mi tacto - Le aseguro, acortando la distancia entre ambas para poder abrazarla - Soy real, madre, acaso es falsa la calidez de mi abrazo - Le cuestiono la chica, escuchando el suave llanto de la mujer sobre su hombro, sorprendida del gran cambio que madre habia experimentado en estos años que estuvo ausente.

Una escena parecida se estaba desarrollando entre Hunter y su hija Eider, salvo por una excepción que era la del hombre mayor conociendo al fin a su otro hijo, ese pequeño al que no vio nacer por su destierro de las islas, eran casi dos de su vida que él se había perdido por ello.

- ¿Cuál es su nombre? - Pregunto el, mientras el pequeño infante jugaba con su dedo y lo miraba a la cara algo absorto.

- Alister - Respondió la chica, acariciando la mejilla del pequeño - Mi hermanito menor.

Luz se permitió reír un poco ante esta afirmación de la chica - Pero no el único - Dijo con un pequeño suspiro al mismo tiempo que un llanto empezaba a sonar a la distancia. Levantándose ella salió de la habitación seguida por sus hijas hasta un cuarto donde un pequeño bebe inclusive más joven que Alister lloraba dentro de su cuna.

Luz suspiro de nuevo, con una sonrisa afable tomando al pequeño en sus brazos y sentándose en una silla cercana para que sus hijas lo vieran más de cerca. Azura y Eider cruzaron sus miradas, no estando del todo seguras en cómo reaccionar, pero atraídas por el pequeño infante que bostezaba fueron acortando la distancia.

- Sabes Eider, él tiene tanto de ti en el - Luz susurro, acariciando el mechón grisáceo que sobresalía de entre la mata de cabello negra. - Tiene tus ojos como tu papa y ese mechón de cabello que me recuerda tanto a ti, mi niña... cuanto has crecido.

La voz de Luz se quebró por un momento por la emoción, pero recupero la compostura cuando los pasos de alguien se escucharon en las inmediaciones.

Hunter apareció entonces con su otro hijo en brazos, una sensación de incomodidad se formó en su pecho al verlo llegar con el niño, incomodidad que desapareció al ver al pequeño caminar hasta ella y extender sus pequeños brazos en su dirección.

- ¡Ma! - Balbuceo el pequeño, derritiendo el corazón de la castaña, pero su atención no estaba en la mujer castaña del todo si no en el otro bebe de la habitación, los ojos del pequeño castaño estaban fijos en el bebe de cabellos oscuros. 

Amor in-reciprocoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora