Pov Taro

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Ha.... A pasado un tiempo desde que estoy encerrado en prisión.

Por mi inteligencia se manejarlo todo pero aún así se me complica, mi hermana y madre me visitan de ves en cuando pero hay un nombre que no logro sacarme de la cabeza estos últimos días.

Y ese nombre es.......















Otohiko Meichi...














Todos los días llega a la carcel y me Lee libros, yo no me niego ya que no hay más cosas interesantes en la carcel pero... Es agradable tener a alguien que se preocupe por mí además de mis padres.

Me trae comida deliciosa y charlamos por 20 minutos antes de terminar por el tiempo.


Hace unos días se emociono con algo que dije que tomo su pelo de color rosa y lo coloco en sus mejillas, como una chica.

Me sorprendió ese acto afeminado. El al darse cuenta de lo que hizo se avergonzó y disculpo.

—Yo... L-lo siento...— dijo en un tartamudeo.

—No te preocupes..... Fue muy lindo...— un pequeño rubor apareció en mi cara así que la aparte.

El se sonrojo y empezó a jugar con su pelo lo cual de nuevo me pareció tierno y por la pequeña abertura donde podía pasar cosas.

Pase mi mano y la puse sobre la de el, —Eres muy lindo. ¿Ya te lo habían dicho?—  Su cara se volvio completamente roja lo cual me divirtió.

—¿Porque estás tan nervioso?— dije con una sonrisa juguetona para luego entrelazar nuestros dedos.

—P-Por nada...— un pitido sonó y tuve que irme por lo cual me despedí, el hizo lo mismo.

Pero antes de que me vaya grite —Mañana es mi cumpleaños— sonreí y el me devolvió la sonrisa, pero está ves.... Fue diferente... Su cara roja....

Y feliz... Hizo que mi corazón se acelere.

Por último le guiñe un ojo y me fui sin antes ver su cara volverse roja.

Ya quiero que sea un nuevo día....







2 dia



Me levante y estire mis piernas, mi compañero de cuarto se despertó y froto sus ojos —ahora que despiertas, quiero que vayas a la cafetería y me traigas una bebida—

—¿Que dices imbécil?— se levantó arremangado su manga. Lanze un lapicero con fuerza y el lapicero quedó incrustado en la pared —Que sea agua— me incline hacia el suelo y empeze a hacer abdominales el temblando fue a la cafetería a escondidas y me trajo agua.

—Gracias. Haz lo que quieras. En unos días saldre— el asintió y volvió a dormir— por lo sudado que estaba tome agua. Y antes de secarme el sudor y colocarme la camisa naranja.

Me arrastraron hacia el lugar de las llamadas.

Al entrar por un empujón ví las luces apagadas —¿Porque están las luces apagadas? Y donde están los demás reclusos— una vela se encendió en una de las ventanillas.

Me acerque y me senté en la silla y analice la vela, ví que estaba en un pastel el cual decia —Feliz cumpleaños Taro.... Pide un deseo— note que no estaba la ventanilla —Quiero salir de aquí....— sople la vela y una mano salió de detrás del pastel.

Con un sobre. Lo abrí y mis ojos se iluminaron al ver una nota con mi fianza pagada.

Y al final me pedía darme la vuelta, me di la vuelta.

Y no había nadie.












—Feliz cumpleaños... Yamada-San— voltee y ví a Otohiko detrás de mi.

—Y que cumplas... Muchos mas— me sonrió y mi corazon empezo a palpitar, agarre mi pecho con fuerza. Y sentí mi cara totalmente caliente.

—¿Otohiko?— pregunté en voz baja —¿Si?— hoy estaba arreglado con su pelo atado en una coleta.

—Creo que tú..... Me gustas— solté sin querer. Su cara se sonrojo y sus ojos se abrieron de par en par —¡Ah! ¡Yo! ¡L-lo sien- — soltó una pequeño carcajada mientras se tapaba un poco la boca con la mano.

—Je, me tomaste desprevenido— abrió la puerta que separaba entre los reclusos y los invitados y se acercó a mi.

Yo me puse recto en la silla y al estar lo suficientemente cerca dijo muy cerca de mi cara—¿Te gusto mi regalo?— Me puse nervioso y solo apreté la silla mientras intentaba calmarme.

—Ah... S-Si.... Mucho...— Desvíe la mirada ante su contacto visual.

—Je ¡Sabía que te gustaría— fue a la silla en la que antes estaba y trajo unos regalos.

—Te traje algunas cosas mas— mire algunas cajas más y luego ví una pulsera.

—Que linda pulsera— el desvío su atención hacia mi —Oh. ¿Esto? Me lo dió un amigo— sonrió con nostalgia mientras sus mejillas se tornaban de un color rojizo.

—Ah. ¿Son cercanos?— dije un poco frio.

—¡Ja! Mucho, aunque, ahora me doy cuenta que estás en camisilla y super sudado— se quitó su chaqueta y dejo a la vista su cuello No se que me pasaba que cualquier cosa que el hacía me avergonzaba y me colocaba nervioso.

—Toma— me dió su chaqueta y vio la hora.

—!! ¡Me tengo que ir!— dijo asustado, —Ah.. ¡E-Espera!— me levanté de la silla y le tome de la muñeca antes de que se fuera. —Quedate un poco mas— el me miró de reojo y con una mirada triste me dijo —Lo siento.... Me quedé sin tiempo— se soltó y se fue corriendo del lugar.

Mire el sobre con mi fianza pagada y la lleve a mi pecho. —Gracias...— me coloque la chaqueta que me dió y salí del lugar.

Cambio de interés Ayano x BudoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora