capítulo siete

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Bauti

Mientras espero que baje Lucha a abrirme, me acomodo el pelo viéndome en el vidrio de la entrada. Noto que ya lo tengo un poco largo.

La sensación de volver a verla me pone algo nervioso pero a la vez me da conformidad. Últimamente tengo esa necesidad de estar ahí con ella, o aunque sea cruzar palabra, algo... pero con ella.

No me quiero obsesionar pero creo que ya lo hago. Veo como Lucha se acerca y sonríe al verme.

—Bautaaa —saluda y nos damos un abrazo—. Te estamos esperando boludo, vamos a comer unas Burgers ¿te va?

—Si... lo que sea, no hay drama —contesto adentrándome al edificio—. ¿Quiénes están?

Ambos entramos al ascensor.

—Mis hermanos, unos amigos, Emma con el marido, Córdoba y Furia —menciona, tocando el botón del ascensor.

Intento que mi cara no se ilumine tanto con la mención de Furia y asiento con la cabeza. Nos observamos en el espejo y hacemos caras. La puerta se abre y yo la sigo por el pasillo.

Miro la hora en el celular. En cualquier momento empieza el partido. Lucha abre la puerta y lo primero que se escucha es la carcajada de Furia, automáticamente sonrío como un boludo.

—Bueno, ellos son unos amigos —presenta Lu y los saludo—. Con ustedes el ganador de BB.

—Nah.. —digo modesto entre risas por la mención.

—¡Siii! El ficticio —tira Juliana y la veo de reojo. Le gusta decirme así y a mi me da igual porque el día que le dé la razón sólo será cuando sea mía y si eso no pasa, entonces seguiré asumiendo ser el ganador—. El gran caracolazo.

—Bueno y a los demás ya los conoces —tira Lucha yéndose a tirar al sillón.

Paso a saludarlos a todos y entre saludo y algún que otro abrazo hago foco para ir por ella.

—¿Qué onda gil? No vengas a mufar acá eh... —dice agitando los brazos y me es imposible no reírme—. Anulo mufa, anulo mufaaa.

Me acerco para abrazarla y le dejo un casto beso en la cabeza. Es tan pequeña que puedo rodearla completamente con mis brazos.

Pasado el rato, seguimos esperando a que empiece el partido ya que lo reprogramaron por disturbios en la entrada a la cancha. La comida vino a tiempo así que no pudimos esperar a comer. Todo está rico al igual que Juliana que se encuentra al otro lado de la mesa. Se escabulló enseguida cuando vio que elegí el lugar cercano a ella. Pero para mi suerte, quedó en un cómodo lugar para mi visión sin quedar como un psicópata para verla. Justo enfrente mío.

Cruzamos varias miradas pero no se atreve a mantenerla conmigo. Jodemos, charlamos reímos entre todos hasta que el partido empieza.

...

Llegó el entretiempo y mientras tanto, charla va charla viene en el living, me veo caminando hacia la cocina por agua.

¿O es una excusa?

Observo a Furia de espalda que está fumando y tirando el humo por la ventana. Mis manos queman por tocarle la piel de su cintura que lleva descubierta debido a una polera corta.

Siempre me pregunté, ¿será que nunca tiene frío? Muy a menudo viste poca ropa. He llegado a creer que es de sangre caliente y por lo tanto puede que tenga la habilidad  de soportar bajas temperaturas.

Sin apoyarme lo suficiente, desde atrás, la rodeo por encima de su hombro con mi brazo para darle un cierto tipo de abrazo y beso su cabeza rapada. Creo se me ha generado una costumbre hacer eso. Estamos en silencio y es la primera vez que no lo quema con un chiste. Se siente extraño, me gustaría saber qué pasa por su mente.

—Me convidas —le pido y me entrega el cigarro sin emitir sonido. Creo que está nerviosa así que busco la forma de hacer amena la situación—. Mirá allá, se ven varios esperando el partido —señalo con mi brazo libre un edificio continúo con algunas personas.

—En cualquier momento van a romper algo si no empieza, ya nos hicieron esperar casi como una hora boludo... Larguísimo ese entretiempo.

—Si, es una banda.

La libero de mi agarre y le doy la última pitada al cigarro que ya le faltaba poco terminarse. Lo apago y lo tiro a la basura. Ella se gira y su mirada está sobre mí, yo solo procedo a agarrar un vaso para servirme agua.

—Te está creciendo el pelo —le digo y tomo un trago.

—Si..., también me tengo que decolorar —hace una pausa y se ríe—. Ahora que estás afuera te podés hacer una cambio de look.

—Naah.. —digo dejando el vaso en la mesada—. Así está bien, lo que si me quiero rapar a los costados.

—¿Me vas a a dejar peinarte alguna vez? —dice estirando sus manos para tocarme el pelo pero le agarro las muñecas para que no lo haga. Se ríe y me gusta cuando lo hace.

—Noo... —me quejo, pero insiste con tocarme y yo no me doblego—.Tenés una obsesión con mi pelo boluda, en la casa también.

Se ríe y pega una carcajada.

—Es que ocultas algo ahí —sonríe. Mis manos pasan de sus muñecas a agarrar las suyas—. Bauti, ¿qué tenés ahí? —pregunta poniendo voz de niña loca.

Me río.

—¿Qué boluda? Que me falta pelo no más.

—Ah viste pelotudo, yo sabía.

—Si yo ya te había dicho. ¡Vez que no me prestas atención!

Sonríe juguetona.

—¿Queres mi atención? ¿Querés crema?

—Yo obtengo lo quiero eh... —retruco y me le acerco quedando frente a frente. Si quiere jugar, jugamos.

—Te voy a comer la boca... —advierte—. No me busquees, no me busqueees.

—Si tan pilla sos, —agito con la mano— anímate amiga, ¿cuál hay?

Todo se vuelve denso pero ninguno da el próximo paso. Y yo me muero por darle un beso ya. Pero nos mantenemos quietos viéndonos. Es hermosa la hija de pu..

—Perdooooón —interrumpe la voz de Emma—. Exquiusmiii...

Furia estalla a carcajadas haciéndose la boluda y yo me delato poniéndome colorado.

—Faa Emma, me la estaba por comer y venís a interrumpir —digo burlón.

—Ah no bueno, los dejo tranqui entonces —la mira a Juli—. Yo solo venía avisar que el partido ya empieza.

—No, wacho. El partido es más importante —dice Furia y dispara al living—. ¡Vamo Argentinaaaa, la concha de tu madree!

Me termino de tomar el agua y veo como me observa Emma. Éste no es ningún tonto, así que por más que me haga el boludo no me va a creer. Ni en la casa lo hacía.

—Lo único que te voy a decir, y tómalo bien eh..., ojo con mi amiga, porque yo la amo un montón. Así que no te hagas el pelotudo, porque la lastimas y te mato.

Dejo el vaso vacío en la pileta y me le acerco para tomarlo de los hombros.

—Tranqui Emma... —me levanta una ceja—. Ya no estamos en la casa, no pelees boludo.

—Yo no peleo, si no que la cuido porque la quiero.

—Amor y paz —finalizo y me dirijo a ver el partido.

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Con paciencia. Seguiré subiendo más. MIL DISCULPAS SI ENCUENTRAN ERRORES O FALTAS DE ORTOGRAFÍA ❤️‍🩹❤️

Amor ardiente | FURISTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora