capítulo cuatro

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Juli

Mientras bailamos con Emma al ritmo de la música observo la inmensidad de las personas. Realmente todos son increíbles. Al final no me arrepentí de haber pisado este lugar.

Lo damos todo y cuando cantamos Bad romance la multitud se vuelve eufórica. Todo es una locura, la música, el espacio. Increíble. Entre canto y baile siento como mi boca pide por una bebida y le hablo a Emma en el oído avisando que voy a la barra.

Al alejarme tras bambalinas observo cómo varias personas caminan de un lado a otro. ¡Lo que mueve éste lugar es impresionante! Me acerco a la barra y pido una cerveza mientras me siento en el taburete. A lo lejos observo a varios de mis compañeros. Algunos que acaban de llegar y a otros en el escenario.

Puedo ver que están la mayoría de los chicos, hasta el chino quien creí que no iba a venir. Todos se divierten, bailan, joden y saltan. Pasado un momento me doy cuenta que, a quién no encuentro, y me hago la boluda tomando un trago buscándolo con la vista, es a él.

E increíblemente no es a papi Licha.

Después de lo que pasó anoche, me quedé pensando una banda. No se si está bueno que me esté pasando esto en éste momento, ya que me quiero divertir y despejar. Pero en mi cabeza la imagen de Bautista declarándose de cierta forma me abruma completamente. Y aunque no lo quiera ver ni aceptar, es la verdad.

Ahora tengo que ver qué hacer con esa información. Hacerme la boluda y olvidarlo sería una opción. Pero me cuesta.

Siempre supe que los chistes que hacíamos adentro de la casa iba más allá de la joda. Se sentía la química, la buena onda pero yo no daba el brazo a torcer. Me mantuve en eje y traté de verlo como un juego. Nunca pensé que podía ser más allá de un histeriqueo en joda.

Pero en el fondo, aunque notaba las ganas que había entre nosotros, me negaba a aceptarlo.

Y lo que más se me hace agridulce es que, no sólo nosotros sabemos de la química que tenemos si no también todo un mundo de personas que me quieren, apodados furiosos. Me matan sus vídeos y ver que la forma en que nos comportabamos o jodíamos más allá del chiste, era verdad.

Doy un leve suspiro, para no sentirme más abrumada de lo que estoy, con todo lo que está pensando. Intento tomarlo en chiste y joda toda la situación, pero ahora se me hace imposible. Mucho menos cuando no puedo dejar de pensar en él.

Me tomo la bebida mirando a la chica que prepara tragos y de repente siento que alguien se posiciona a mi lado izquierdo.

—¿Qué estás tomando? —pregunta esa voz que llega a mí oído lo más cerca posible.

Me giro y le sonrío mostrandole la lata de cerveza en mi mano.

—Qué onda gil, pensé que no ibas a venir.

Se ríe y le pide una bebida a la joven del otro lado de la barra. ¿Por qué siempre sonríe tan seductoramente?

Se acerca nuevamente a mi oído para hablarme ya que entre el barullo y la música de fondo es imposible escuchar bien. O eso quiero creer.

—¿Me estabas esperando? —inquiere y rápidamente me deja un casto beso por encima de la sien.

Entre lo que dijo y el beso logra ponerme nerviosa, porque es verdad y porque me gustó. Sonrío fingiendo demencia porque hacía cinco minutos que lo estaba buscando con la mirada por todos lados. Y ante la pregunta me hago la orgullosa.

—No boludo, me dijo Emma y Nico que no venías y pensé que te pasaba algo.

Sonríe y la mirada me responde que no me cree. Hago una mueca evitando mostrarme nerviosa y le doy un sorbo a la cerveza.

—Tenes que dejar de mentir porque ya conozco todas tus expresiones —dice volviendo hablar cerca de mi oído para después alejarse un poco.

Tomo coraje y me giro para verlo a los ojos. Está tan hermoso como siempre el hijo de puta, sabe que me gusta. Y sé que está tanteando terreno para ver si le doy pie a que siga.

Ya está, lo pienso pero no lo digo.

Estamos a poca distancia y me muero por comerle la boca. Me sonríe con picardía pero no hago nada, si no más bien lo ramato con un chiste.

—Mirá flaco, sabes cuánto te falta para tomar éste cuerpito —le hablo en tono de burla mientras paso mis manos por mi cuerpo.

Se hecha a reír a carcajada.

—Ay Furia, como te amo boluda.

Esas palabra resuenan en mi cabeza pero me hago la boluda. Y necesito desviar el foco porque de tanto beboteo qué me hace le voy a terminar comiendo la boca de verdad.

Así que recurro a la vieja táctica que sé que le molesta pero nos mantiene al margen.

—¿Saludaste a los chicos? Vino Denisse con las amigas también.

Su semblante cambia al escuchar su nombre y levanta sus cejas en modo de sorpresa.

—¿Denu esta acá? —pregunta algo confundido.

¿Algo me perdí?

—Si, boludo —me giro para buscarla con la vista en el escenario y una vez que la encuentro la señalo—. ¿No sabías que iban a venir todos? o bueno la mayoría.

Mira para donde señalé y su mirada es rara. ¿Sabía que ella iba a venir? O quizás no y por eso me beboteó. Me pongo de pie por el incómodo momento.

—No boluda, me dijo que no venía porque era el cumpleaños de una amiga. Ni me avisó que estaba acá.

Apreto mis labios por la sorpresa.

—Ok —me limito a decir pero sigo hablando—. Bueno vino con las amigas, el chino y papi Licha.

El ceño se le frunce y me gustaría saber qué piensa. Pero ya no quiero seguir en la situación así que le digo que voy al baño para escabullirme.

—Pará, ¿cuando salgas salimos a fumar afuera?

¿Hasta dónde quiere llegar? Básicamente Denisse está a metros de nosotros en el escenario y no me puedo dar el lujo de joder así con él. Lo de la barra ya fue un montón.

—No Bauti, no está bueno esto y lo digo en serio. Más allá de los chistes que hagamos, tenemos que entender que ya estamos afuera de la casa.

Se gira para verme y está serio. No quiero saber qué tiene para decirme y no se si quiero seguir ahondando en el tema así que me voy, me escapo de la situación. Y me dirijo de nuevo al escenario.

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Con paciencia. Seguiré subiendo más. MIL DISCULPAS SI ENCUENTRAN ERRORES O FALTAS DE ORTOGRAFÍA ❤️‍🩹❤️

Amor ardiente | FURISTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora