Juli
Estamos todos saltando y festejando en el obelisco. Argentina salió campeón y en la calle todo es una fiesta. Saber que los furiosos vinieron acá a festejar mi cumpleaños me llena el alma.
—Olé, olé, olé. Olé, olé, olé, olá... —canto en el medio de la calle agitando los brazos—. ¡Soooooy Argentinaa, es un sentimiento. No puedo paaarar!
—¡Somos campeones de nuevo chicosss! —grita Emma y se besa a su marido.
—Vamos a sacarno' una foto, culiado —habla Córdoba.
Todos nos reunimos y Bauti saca el teléfono para sacar una foto al igual que el amigo de Lucha. Hasta que de repente empezamos a ver algunos furiosos y otros bastante escabios. Hablamos un rato y me río por lo que dicen. Pero más personas se empiezan a acumular y Lucha tira de volver al departamento.
Por suerte y gracias al hermano de Luchi que me ayudó a taparme, porque si no todo se iba a complicar, volvimos sanos y salvos al departamento.
La juntada llegó a su fin y varios ya se fueron. Ahora nos encontramos en la puerta del edificio. Emma espera a que llegue un Uber para irse con Nico y yo espero el mío mientras me fumo un cigarro en la puerta.
—Che... —me llama Emma, que está abrazado a Nico—. ¿Que onda lo de hoy con Bauti en la cocina?
—Ay boludo no empieces —me quejo dándole una pitada al pucho.
—¿Qué pasó? —pregunta el marido de Emma con una sonrisa en la cara.
—Nada, que justo llego a la cocina para avisar que empezaba el partido y ésta con el Uruguayo comiéndose con la mirada... Casi que interrumpo el chape de lo cerca que estaban.
—Aguantaaaa —estallo entre risas y aplaudo—. Es un montón boludo —le doy una última calada al cigarrillo y lo tiro al suelo. Hago montoncito con la mano—. Comiéndonos con la mirada. ¿Qué sos poeta ahora?
—Y si es verdad boluda, no me mientas que tu cara te delata.
—Nada que ver, estabam
—Estábamos jodiendo —decimos al unísono y me lo quedo viendo porque ya sabe de antemano lo que voy a decir—. Entre joda y joda...
Se ríe.
—Bueno, entonces capaz que ya llegó el momento de sacarme las ganas.
—Uesaaaa —dice Nico.
—Y si boludo, tanto que me busca —agito con la mano.
—Si es lo que dice tu corazón... —recita mi amigo.
—Na, ¡pará! ¿Qué corazón? Es pa' sacarnos la ganas no más —ambos me observan con atención—. Ya te dije Emma, actos sentimentales con pendejos, no. Ya estoy hecha una vieja chota para enamorarme de un pendejo.
—Mmm... dijo la muda —burla Nico.
—Amicha, quieras o no, si te metes bajo las sabanas te vas a enganchar... Más siendo tan pisciana.
No digo nada, porque siento que me estoy mandando muy al frente. ¿Me estoy enganchando? Nooooo, soy una boluda. Levanto mis hombros haciendo un gesto de "qué mi importa" y finjo llorar como niña pequeña con mis brazos pegados al cuerpo. Tipo tiesa.
—Ñiaaaa —saco la lengua—. La tía Emma me retooó.
Emma suelta a Nico y me viene a abrazar. Lo abrazo también y con fuerza.
—Lo que te dije hoy a la tarde fue sin pensar. De que te lo comieras, porque creí que solo eran ganas —suspira—. Pero ahora me doy cuenta que estás enganchadisima Juli, y no se si está bueno que te boludee.
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Amor ardiente | FURISTA
RomanceDicen que lo que pasó en la casa de BB queda en la casa de BB... Pero realmente no sé si fue del todo así. Es difícil soltar cuando la chispa se reaviva con cada roce de piel o con cada mirada de complicidad que muere en el silencio de ambos. ¿Podrá...