capítulo catorce

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JULI

Miro entre toda la ropa y pienso qué ponerme para esta noche. Emma y yo vamos a salir a festejar que ya firmé el contrato de alquiler. El lunes me mudo y estoy muy feliz. Otra etapa se cierra y se abre una nueva.

El departamento es lo de menos pero admito que es muy lindo, amplio e iluminado. Además tengo todo cercano y me resulta muy cómodo.
Aparto lo que me voy a poner y algunas prendas extras, para estos días y empiezo a doblar la ropa para ya guardarla en caja.

—Amiga todavía no puedo creerlo —habla Emma apareciéndose en mi cuarto.

Lo miro simulando una sonrisa. Si. Le tuve que contar a Emmanuel lo que pasó con Bautista porque ya no aguantaba más. Necesitaba desahogar y contar cómo me siento y aunque ya les haya contado a Coy y a Rocío, con él es diferente.

—Creelo —digo doblando un pantalón—. No sabes lo intenso que está ahora.

Así es. Lo que pasó ese día nos quedó marcado para siempre. Acepté la idea de que podamos continuar de a poco con lo que nos pasa. Aunque ya actuemos enganchadisimos.

Esa noche con Bauti aclaramos unas cosas y por mi parte pedí que aún, no se haga público lo que recién estamos comenzando. No puedo poner una etiqueta todavía, porque ni él ni yo dijimos de ser novios. Supongo que estamos yendo despacio, aunque no parezca.

Despacio para etiquetas... Claro.

Aunque conociendo lo lento que es Bauti puede que termine pidiéndoselo yo primero. Pero últimamente esa imagen de caracol esta desapareciendo.

—Y si boluda, como no va a estar intenso si desde que te probó no te debe poder sacar de la cabeza.

Pasó mis manos por mi cuerpo y bailo sensualmente.

—Lo tengo comiendo de la palma de mi mano —jodo.

—¡Ay guachisss! —chilla Emma—. Pero no me contaste mucho eh...

Sigo doblando la ropa y lo miro con picardía.

—¿Y qué queres saber? No te voy a dar tantos detalles, querido.

Cierra sus labios y abre los ojos como plato. Puta madre, éste quiere saber cómo tiene la chot...

»¿Qué boludo? ¿Querés saber cómo tiene la pinga o cómo coge?

Se ríe y chilla. Que pervertido que es. Su curiosidad lo va a matar.

—Ay amiga, las dos —dice tocándose el pelo—. pero lo más importante es saber si no es lento y perezoso como lo es en su vida cotidiana. Si no un plomo.

Niego con el dedo. Y vuelve abrir los ojos de la sorpresa pero esta vez haciendo una sonrisa picarona.

—De manicero, nada. Aún pienso cómo voy hacer cuando se la quiera chupar.

—¡Furiaaaa! —grita mi amigo emocionado.

—Bueno boludo, vos querías saber —me excuso guardando la ropa en las cajas.

—¿Y cómo hace el laburo?

—Estás goloso eh... —acuso levantando una ceja y él hace piquito con la boca—. Lo hace excelente, todo lo contrario a lo caracol qué es.

—¿De quién hablan? —pregunta Nico, el marido de Emma, que se aparece en el cuarto.

—De Bauti —respondo.

—Es el famoso: los calladitos son los peores —acusa mi amigo.

Le doy una sonrisa de boca cerrada y mientras levanto las cejas asiento con la cabeza.

Amor ardiente | FURISTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora