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Después de la fiesta de cumpleaños de Ollie, sentí un cambio de energía en mí. Comencé a ganar otra vez, y mi primer gran triunfo fue en Imola. Llevarme el premio a casa me llenó de una confianza renovada. Ahora, tenía mi mirada fija en la próxima carrera en Mónaco, mi ciudad natal. Estaba nerviosa y feliz al mismo tiempo, sabiendo que ganar aquí sería un sueño hecho realidad.

La semana previa a la carrera fue intensa. Mis amigos y muchos fans me desearon suerte, y el apoyo me llenaba de motivación. Mónaco no era solo una carrera para mí, era mi hogar. Ganar aquí sería algo increíble.

El día de la carrera llegó, y mientras me preparaba, sentía la adrenalina correr por mis venas. La tensión en el aire era palpable. Sabía que iba a ser una carrera difícil, pero estaba lista para enfrentar cualquier desafío.

-Stella, concéntrate en mantener un ritmo constante- me dijo mi ingeniero, Alex, a través de la radio mientras nos preparábamos para el inicio -Recuerda que esta pista es muy técnica, la clave es no cometer errores-

-Lo tengo, Alex- respondí, respirando profundamente y ajustando mi casco -Vamos a por esto-

La carrera comenzó, y rápidamente me encontré luchando por la posición con Iwasa. Era un piloto feroz y no iba a dejarme pasar fácilmente.

-Stella, mantente cerca de Iwasa, busca cualquier oportunidad para adelantarlo- me instruyó Alex mientras mantenía la concentración

Estábamos en la sección del túnel, y vi una pequeña apertura. Aceleré, aprovechando la oportunidad para pasar a Iwasa por el interior.

-¡Buen trabajo, Stella!- exclamó Alex -Sigue así, mantén la presión- 

Seguí avanzando, y pronto me encontré luchando con Arthur. Era una batalla intensa, con ambos empujando nuestros autos al límite.

-Arthur está justo detrás de ti, no le des espacio- dijo Alex.

-No lo haré- respondí, apretando los dientes y enfocándome en cada curva.

Arthur intentó adelantarme varias veces, pero logré mantener mi posición. Sabía que no podía permitirme ningún error.

Finalmente, llegó el momento de enfrentar a Ollie. Era uno de los mejores pilotos, y sabía que esto no sería fácil.

-Stella, Ollie está adelante, mantén la calma y espera el momento adecuado- me dijo Alex

-Entendido- respondí, ajustando mi agarre en el volante

Nos acercábamos a la curva de la Rascasse, y vi una oportunidad. Aceleré y logré adelantar a Ollie por el interior

-¡Sí! ¡Gran maniobra, Stella!- gritó Alex por la radio.

La última vuelta fue un torbellino de emociones. Sabía que la victoria estaba al alcance, pero no podía relajarme ni un segundo. Cuando finalmente crucé la línea de meta, una ola de emoción me inundó. ¡Había ganado en Mónaco!

-¡Lo hiciste, Stella! ¡Ganaste en casa!- gritó Alex mientras celebraba por la radio

No podía creerlo. Ganar en Mónaco era un sueño hecho realidad. Me bajé del coche y me subí encima, levantando los brazos en señal de victoria y obvio después mi característico saludo de triunfo que era mandar un beso volado con ambos manos, El público gritaba y aplaudía, y esta vez no eran insultos. Mi gente me estaba apoyando.

Cuando me quité el casco, las lágrimas comenzaron a caer. Ver a todos apoyándome, escuchando sus vítores, era algo increíble, mi compañero y el equipo se acercaron a felicitarme.

-¡Felicidades, Stella! ¡Increíble carrera!- dijo Ollie, dándome un abrazo

-Gracias, Ollie. Esto es increíble- respondí, todavía llorando de alegría

Luego, me dirigí al podio. Subir al podio en Mónaco, en mi ciudad natal, fue una sensación indescriptible. No era el sentimiento clásico de estar en el podio; era mucho más. Estaba en el podio del lugar donde nací, donde conocí a las mejores personas.

Los entrevistadores se acercaron rápidamente, queriendo saber cómo me sentía.

-Stella, ¡felicitaciones por esta increíble victoria en tu ciudad natal! ¿Cómo te sientes?- preguntó uno de los reporteros

-No puedo describirlo con palabras. Ganar aquí, en Mónaco, frente a mi familia y amigos, es un sueño hecho realidad. Ha sido un camino difícil, pero esto hace que todo valga la pena- respondí, tratando de mantener la compostura

-Ahora que has ganado en Mónaco, ¿cuáles son tus planes para el resto de la temporada?- preguntó otro reportero.

-Quiero seguir dando lo mejor de mí en cada carrera, mi próximo objetivo es ganar en Barcelona y México. Sería el mejor año de mi vida si logro eso- respondí con una sonrisa

-Stella, algunos te están llamando 'La Princesa de Mónaco' después de esta victoria. ¿Qué piensas de eso?- preguntó un reportero con una sonrisa.

Me reí, sintiendo una mezcla de orgullo y humildad -Es un honor que me llamen así. Mónaco siempre será mi hogar, y tener el apoyo de la gente aquí significa todo para mí-

Después de las entrevistas, me dirigí a casa, todavía en una nube de felicidad. Al llegar, me encontré con mis padres, que me recibieron con abrazos y felicitaciones

-Estamos tan orgullosos de ti, Stella- dijo mi madre, con lágrimas en los ojos

-Has trabajado muy duro para llegar hasta aquí. Esta victoria la tienes más que merecida- añadió mi padre, con una sonrisa orgullosa

Pasamos la tarde celebrando en familia, recordando los momentos difíciles y disfrutando de este gran triunfo. Me sentía agradecida por tenerlos a mi lado en este viaje.

Más tarde, me tomé un momento para reflexionar sobre todo lo que había pasado. Ganar en Mónaco era más que un triunfo personal; era una prueba de que con determinación y apoyo, cualquier sueño puede hacerse realidad.

La victoria en Mónaco era solo el comienzo, y estaba decidida a hacer de este el mejor año de mi vida, ganando no solo en Barcelona, sino en cada pista que me enfrentara. Con el corazón lleno de gratitud y determinación, sabía que estaba lista para cualquier cosa que viniera.

THAT SHOULD BE MEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora