Capítulo_11 El peso del Factor Humano

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El silencio parecía llevarse tu alma entre los suspiros del viento, solo se escuchaban los latidos de asombro y miedo de dos personas. Un incómodo silencio recorría tus venas y palabras, un zumbido retumbaba en tu cabeza. ¿Qué debías decir? ¿Qué debías hacer en aquel momento? Solo podías ver los ojos grandes de Rafael, llenos de sorpresa e inseguridad por lo que acababa de escuchar.

Tragaste saliva, tomaste aire profundamente, queriendo hablar para calmar la tensión en el aire. Pero tu mente estaba hecha un lío. "¿Qué debo decir? ¿Qué debo hacer?" Las preguntas rondaban fuertemente en tu subconsciente. Tenías miedo de perder a tu querido primo, pero también el miedo de que tu vida pendía de un hilo. La vida y la muerte pulsaban en tu cabeza. Si tu misión fallaba, estabas más que muerta; solo eras un peón bajo la amenaza constante de los Decepticons.

La presión en tu pecho aumentaba, y el peso de las expectativas y el peligro se volvía casi insoportable. Pensaste en todos los momentos felices compartidos con Rafael y cómo este secreto estaba a punto de destruir esa confianza. La ansiedad se entrelazaba con el miedo, formando un nudo en tu estómago que te impedía pensar con claridad.

Después de unos breves segundos que parecieron eternos, Rafael decidió romper el silencio. Sus palabras eran un hilo de voz, pero llenas de la sinceridad y la inocencia que siempre habías admirado en él.

—(T/x), ¿qué querías decir con herramienta? —preguntó Rafael, con una expresión de sospecha y una leve decepción en su rostro.

Guardaste silencio unos momentos, luego hablaste con un tono de calma—. Oh, Rafael, no es nada, solo estaba, uh, tratando de pensar cómo usarían los Decepticons a un, eh, cómplice? —dudaste al final, tus palabras saliendo con cierta vacilación.

Rafael frunció el ceño, claramente no convencido—. ¿Cómplice? Es cierto que los Decepticons podrían tener a un humano como cómplice, pero para ello debería tener alguna utilidad real... —pensaba en tu respuesta, aunque se veía inseguro de tu duda.

—Cierto, uh, eh, recuerdo que me contaste una vez que tu amigo... el amarillo, le habían quitado su T-COG, ¿cierto? ¿Podríamos pensar que ese tal... eh, cómo se llamaba? —te estabas poniendo nerviosa, buscando en tu memoria.

—¿MECH? —arqueó una ceja, observándote con más atención.

—Sí, eso —asentiste, tratando de mantener la compostura.

—No lo sé, sería extraño. ¿Por qué querrían los Decepticons hacer una alianza con MECH, cuando MECH quiere su tecnología? —Rafael comenzó a dudar, su mente claramente trabajando para encontrar una lógica.

—No lo sé, solo... era una suposición... —desviaste la mirada, pretendiendo estar pensativa, aunque también sintiendo la presión de mantener tu fachada.

Rafael te miró fijamente, tratando de leer más allá de tus palabras—. Bueno, ¿y eso qué tiene que ver con lo que estabas hablando antes?

—Nada, solo estaba procesando información. Además, todo esto de los Transformers es... algo que me cuesta procesar aún —dijiste con una mezcla de verdad y mentira, tratando de desviar la conversación.

Rafael asintió lentamente, aunque su mirada seguía siendo escrutadora—. Uhm, vale... pero...

Interrumpiste antes de que pudiera continuar—. Tranquilo, Raf. Ahora debo irme, tía Rogelia me estaba... solicitando en casa —mentiste, pero mantenías una sonrisa en tus labios.

Rafael te miró, algo confundido pero finalmente asintiendo—. Oh, vale, prima. Yo volveré más tarde a casa —sonrió inocentemente, sin percibir del todo tu incomodidad.

Vínculos de Metal, Latidos de un Alma (Soundwave x lector)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora