Capítluo_13 Susurro de Confianza

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La noche había transcurrido tranquilamente, tus pensamientos dejaron de molestarte y se acallaron una vez que entraste en el sueño profundo, pero, aun así, en tus sueños ellos volvían nuevamente. Entre sueños te movías de izquierda a derecha y viceversa, tu mente se sentía perturbada por todos los sucesos ocurridos dentro de este mes, demasiados acontecimientos durante cada día y semana, tanto que pensar y reflexionar que el tiempo no se dio para poder pensar con claridad.

El sueño era conflictivo y lleno de dudas, dentro de él, corrías y corrías por un pasillo interminable, voces que resonaban en tu subconsciencia, pensamientos irritantes, preguntas que te ataban al sueño y sutiles pensamientos fuera de contexto, corrías sin parar, pero cada vez tu paso se hacía lento, sentías que te faltaba el aire, que sí mirabas hacia atrás la luz al final de tu camino Iba a desaparecer y tú con ello te hundirías en las profundidades de tu sueño, no obstante, un rayo de luz te despertó.

Aquel rayo de luz estaba llegando directamente a tus ojos, cuando los abriste no pudiste evitar poner la mano para cubrir esos rayos del sol, te reincorporaste sobre la cama y te refregaste los ojos, con cansancio, el recuerdo de aquel sueño rápidamente se esfumó, parpadeaste y enfocaste la vista hacia la ventana, el silencio del lugar era... demasiado, hasta pensaste que seguías soñando, pero fue interrumpido por alguien en particular.

Tocaron tu puerta con golpes fuertes. —HEY!, ¿hay alguien con vida en este cuarto tan lúgubre? — Grito diego

—oye no grites, no crees que es muy temprano para gritar en un día sábado?!— menciono Jhon

—nah, son las 12 de la mañana... ¿O tarde? — diego pregunto algo confundido

—pff, creo que alguien le falto una siesta— Rafael se ríe entre diente

—ah, ya cállense todos—

—HEY! USTEDES DEJEN DE MOLESTAR A SU PRIMA Y VÁYANSE A BAÑAR, PAR DE SUCIOS— Rogelia les lanzo un zapato que resonó en la puerta

—¡OH NO, CORRAN! — grito Diego, Rafael y Jhon lo siguieron entre risas.

El silencio nuevamente abundó, por unos dos minutos

saliste de la habitación todo despeinado y con un ligero cansancio en tus ojos —hugh, realmente son escandaloso un fin de semana... ¿No tienen consideración? —

—para nada, ahora levántate y vístete, tenemos que cambiarnos de casa, prepara tus cosas (t/x)— Rogelia paso de largo y se fue murmurando en vos baja, tirando maldiciones, quién sabe por qué.

— ¿mudarnos?, pero...— de repente te acordaste de aquel proyecto Damocles, suspiraste de mala gana, recordar ese suceso te daba escalofríos, especialmente el visor fijo en ti, miraste el pasillo bullicioso y resoplaste, ya habías tenido una mala noche, que vendría a ser un mal día nuevamente — supongo que vale la pena tomar un cambio...—

Durante el día los primos que estaban presentes estaban hechos un escándalo total, la tía Rogelia tenía que regañarlos debes en cuando y el tío José... bueno es el tío José, sentado en el auto tomando un refresco.

El día transcurrió más rápido de lo normal, la nueva casa estaba lista, con nuevos equipamientos, nuevos muebles, habitaciones para cada uno, dos baños, hasta quedaste pensando que el gobierno te dio un buen hogar, quizás no es mala idea que los alienígenas destruyan tu casa y sepas donde vives de vez en cuando, te reíste para ti misma con ese pensamiento divertido, pero negaste rápidamente.

Instalaste tu nueva habitación, ordenaste tu maleta y algunas otras cosas pequeñas, luego te pusiste una ropa cómoda, un pantalón cómodo, luego saliste a la calle a caminar un rato, el bullicio de la nueva casa era insoportable para tus oídos, saliste algo irritada y caminaste sin dirección alguna por la ciudad de Jasper Nevada.

Vínculos de Metal, Latidos de un Alma (Soundwave x lector)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora