C u a t r o

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La cadera del azabache se movía con fuerza y precisión, dando unas fuertes embestidas que hacían retorcer a la pelirroja de placer.

—Oh, mierda —dijo la chica entre jadeos—, m-más lento —pidió.

Jungkook soltó un bufido de molestia al escuchar esas palabras.

Odiaba que las zorras con las que se metía no le soportaran el ritmo.

Eran tan ofrecidas y fáciles, que no podía creer que no fuesen buenas en el sexo.

Con la calentura disminuida el mayor salió de la chica, la tomó por el cabello y tiró de este para enderezarla.

—Encárgate —le ordenó y la guió para que su cara terminara frente a su miembro.

Ya no iba a poder terminar si la seguía penetrando, su calentura había bajado con bastante evidencia.

—Joder —gruñó cuando empujó su pelvis para meter su miembro en lo más profundo de la garganta—, aggh~

Con una sonora arcada la chica sacó el miembro del azabache de su boca, dejando salir el semen escurriendo por sus comisuras, había terminado en su boca.

Ese era su acto favorito, le gustaba ver como las caras de las mujeres quedaban hechas un desastre por su semen.

—Me gusta que lo hagas así —dijo la pelirroja lamiendo sus comisuras mientras miraba al azabache a los ojos.
—Lo hiciste muy bien.
—Me gusta mucho complacerte —pronunció a la par que se acercaba a la boca del mayor.
—No —la detuvo cuando estuvo a punto de besarlo—, debo irme —con sutileza la alejó.
—¿Vamos a vernos mañana, bebé? —preguntó al ver que el más alto empezaba a cambiarse—, puedo ir a tu oficina.
—Yo te llamo, Hayun, tengo bastante trabajo —le cortó sus intenciones.
—¿Por la noche?, podemos vernos por la noche.
—Yo te llamo —repitió con molestia, ¿acaso le estaba hablando otro idioma?
—Está bien —se resignó, sabía que si seguía insistiendo iba a enfadarlo y cabía la posibilidad que dejara de buscarla, sabía lo rápido que se aburría de las chicas.
—Nos vemos luego, Hayun —con una fría caricia en su rostro el azabache se despidió y salió del departamento de Hayun, dejándola bastante inconforme, ella quería a Jeon Jungkook para ella.

Ella y medio Corea.

Aunque era un secreto a voces que Jeon Jungkook era un promiscuo, las chicas siempre se acostaban con él creyendo que ellas podían ser la excepción, se cegaban por lo guapo que era y daban todo, con la esperanza de hacerlo cambiar, pues aunque ante la sociedad era casado, en el mundo de las modelos Jeon Jungkook era bastante conocido.

Las cenas y los eventos que la empresa organizaba era el lugar perfecto donde Jungkook conocía a sus amantes, las modelos más cotizadas del momento eran su víctimas favoritas, chicas ridículamente guapas y seductoras.

Pero ninguna era suficiente, ninguna le satisfacía, ninguna lo hacía perder la cabeza, solo eran un pasatiempo, un trofeo que lograba conseguir con simples coqueteos, que fuese bastante atractivo le facilitaba tener chicas a sus pies, eso y su éxito, las chicas lo miraban como un signo de peso andante, ese hombre el sueño de cualquier mujer.

Se subió a su auto al salir del edificio del que se encontraba, le gustaba que las modelos vivían en edificios que eran bastante seguros en cuestión de privacidad, así no se metía en problemas de difamación por los medios.

Condujo hasta la empresa nuevamente, no quería volver a casa, no quería encontrarse con Irene, su esposa, la madre de su hijo.

Su matrimonio era algo difícil de entender, desde el inicio hasta lo que ahora eran, se trataba de simple apariencia y cuestiones de negocios, pues amor de por medio no había.

Désir ⸨KOOKMIN⸩ 18+Donde viven las historias. Descúbrelo ahora