O n c e

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Jimin estaba seguro que el fin de semana había ayudado para poder sopesar y superar lo que había pasado con su jefe, pues aunque había sido algo tan insignificante, a él le había alterado bastante.

Estaba seguro que se trataba de una broma pesada del director Jeon, algo que hizo solamente para molestarlo y darle su lección por haber sido un bocón, ¿por que otra cosa podía ser?, ¿acaso creía posible que su jefe lo hubiese halagado?

Tienes tu realidad bastante alterada si crees eso posible, pensó Jimin, sentado en el metro a la espera de llegar a la estación más cercana a la empresa.

Gracias al cielo y a las fuerzas del universo, Tae había salido del país con su madre, en un viaje improvisado a España, ahí su madre atendería un evento de moda, y su hijo iba a ser su popular acompañante, con toda la intención de introducirlo en el medio de la moda, pues según su madre debía abrirse paso dentro de la industria si quería dedicarse al arte y moda, pero sus verdaderas intenciones era presumir ante la prensa lo guapo que su hijo era.

Sin embargo, para Jimin, el viaje de Tae había quedado perfecto para la situación, pues había tenido tiempo para pensar en cómo contarle todos los secretos que sabía de su padre.

Aunque la voz cruel de su cabecita le decía que era mejor guardarse la información, ¿que podía cambiar?, era evidente que el señor Jeon era un sinvergüenza, no le importaba poner a su familia en una situación incómoda, mucho menos le importaba juntar a sus amantes, no tenía respeto, era un cabrón, ¿de verdad lo que él dijese iba a cambiar algo?

Aunque aún no lo admitía, en el fondo tenía miedo de la reacción de su mejor amigo, Taehyung era bastante explosivo, ¿y si cometía una locura?, no quería ser el causante de un conflicto con su padre, le partiría el corazón.

El ver que las personas bajaban del vagón lo hizo salir a la realidad, había llegado a su destino y debía bajar, caminar hasta la empresa y afrontar lo que sea que estaba por venir, debía ser valiente.

La primera que lo saludó fue Jisoo, la rubia estaba bastante sonriente y energética, Jimin se preguntó quién podía estar tan feliz un lunes por la mañana, su respuesta la tenía enfrente ofreciéndole un café.

—Te lo mereces, pequeñito, te dieron el cargo más pesado —le dijo cuando Jimin se negó en recibir el café—, se que soportar a Ji-won fue lo más difícil de todo, y lo hiciste excelente, Kook sigue casado y con sus ojos en su lugar.

—Gracias, Jisoo —se limitó a contestar, ignorando triunfalmente las últimas palabras, ¿cómo podía ser tan cínica?, ¿cómo no le importaba que su amante tuviera más amantes?—, los de mañana correrán por mi cuenta.

—El mío sin endulzar —le aclaró—, este cuerpo engorda solo de acercarse a tal materia.

—Anotado —le sonrió.

—Te veo más tarde, guapo.

Jimin continuó su camino, tomando rumbo a su mini oficina, aunque era lunes él ya tenía pendientes, los atrasados de la semana pasada, esos que tuvo que detener para darle prioridad al launch party.

Había traído de casa algunas decoraciones para su escritorio, pues el lugar se miraba tan triste y sombrío que le debía dar color, y nada mejor que su merch de Twice para darle vida a ese espacio.

—Te ves preciosa —soltó poniendo una pequeña fotografía en el escritorio como toque final—, iluminas esta habitación —le habló a la persona que aparecía en la fotografía—, te amo, hermosa.

Llevó su dedo índice a sus labios y le dio un pequeño besito, seguido ese mismo dedo lo puso sobre la foto, simulando que dejaba el beso en Dahyun, su integrante favorita de la famosa banda Twice.

Désir ⸨KOOKMIN⸩ 18+Donde viven las historias. Descúbrelo ahora