Segunda parte - La decisión

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SEGUNDA PARTE

LA DECISIÓN

Arruga el papel disgustado después de leer su contenido. Las cosas con su prometida van mejorando cada día, así que puede decir con seguridad que la carta llega en un mal momento. No puede verlo de otra manera. No lo comprende del todo. Su hermano le había enviado a este lugar demandando una buena posición y eso es lo que precisamente le ha conseguido. Sin descontar que eso no le ha impedido cumplir con su propia agenda. Sabe que su posición está asegurada hasta cierto punto. Basta con haber visto la reacción de su prometida. Cuando regresó hace no menos de un mes, no pareció rechazarlo cuando se mostró dispuesto a aceptar las circunstancias en que se encuentran y colaborar mutuamente. O, al menos, eso es lo que le pareció a Austria. En otras palabras, ya tenía todas sus piezas colocadas esperando poder ejecutar el último asalto sólo para que ahora le ordenen que debe desistir de la partida. El contenido de esta carta lo cambia todo. O al menos todo con lo que contaba para que su matrimonio se lograra.

Ahora, la tensión entre la familia de su tía, los Galia, y la suya, los Germania, no le da la suficiente confianza para proceder como le gustaría. La advertencia que le envía su hermano por escrito es sutil, pero contundente. Tanto así que le cuesta convencerse de que mientras no reciba instrucciones directas, Austria podrá hacer lo que quiera. Eso incluye completar la misión que le han encomendado. Sabe perfectamente que puede estar arriesgando demasiado al intentar afianzar su posición de este lado sin más apoyo que el suyo. Quizá cuente en un futuro con el de los Hispania si lo que se propone hacer justo ahora sale bien. Espera que lo haga, porque no cree poder hacer otra cosa por el momento. No hay más que hacer que continuar con la realización de sus deseos a como dé lugar.

Al fin y al cabo, ¿no acaso deseaba lograr separarse de su familia? Ésta es su oportunidad, aunque eso signifique seguir a la Capital del patriarca Hispania a lo largo del pasillo que conduce a su biblioteca con el único propósito de entrevistarse con él. Evidentemente esto es muy apresurado, casi suicida en cierto modo. Lo decidió en cuanto se enteró que el señor Hispania había vuelto a casa, completamente solo. Una parte de él reconoció que era bastante precipitado hacer esto sin más, pero otra parte muy distinta en él le aún le dice que no puede perder más el tiempo. De lo contrario se arriesga a lamentarse después el no haber hecho nada. Debe dejar poco a la suerte ahora que Prusia y su tía...

— Le advierto, señor Germania, que Don España no ha estado de buen talante últimamente —advierte Madrid con deleite mientras le dedica una mirada risueña—. Sume a eso que detesta las visitas.

No es necesario que su familia esté en dificultades para tener que lidiar con hostilidades de este tipo. Austria es consciente de que ser considerado un intruso es suficiente para no ser bienvenido. Para la desgracia de esta familia, su actitud no le ha hecho desistir a Austria de querer emparentar con sus miembros. Mientras mantenga presente que no debe confiar en esta gente sólo porque su tía ya no significa una amenaza para ellos, todo marchará bien.

Es increíble que ésta sea la situación con su tía (y por extensión sus asociados), pese a que ella ha llevado la batuta en la familia durante los últimos años. Su ausencia es lo único que añoraban. Así que Austria supone que se sentirán más relajados... y más confiados. Tampoco le sirve de mucho, pese a que lo aprecia, el que su prometida le haya otorgado su voto de confianza. Ella no está en la posición de ofrecerle protección contra las sorpresas desagradables con que pueda encontrarse al doblar una esquina. Su prometida no confía plenamente en él, mas algo le dice que ella no lo traicionaría.

— Entonces debo sentirme honrado por la excepción que ha hecho al acceder a recibirme —replica Austria a Madrid, sin mostrar la menor alteración.

Madrid parece estudiar con detenimiento su reacción antes de continuar. Austria no logra leer con claridad la expresión que pone la Capital al terminar su examinación.

Orgullo nacional y prejuicio histórico (🇦🇹×🇲🇽)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora