Cristian acariciaba mi cabello mientras yo estaba recostada en su pecho. Él me estaba contando que dentro de poco iba a terminar la temporada y que podría pasar más tiempo en casa debido a que tendría vacaciones
— y si vamos a Argentina? —sugirió— Estoy seguro de que mamá se va a sorprender mucho de que nos volvimos a encontrar —rió suavemente
— no se amor, me da un poco de vergüenza. Pero no es mala idea, yo también extraño a mi familia —suspiré
— jo, que ganas de comer unas buenas pastas caseras de tu mamá. Todavía me acuerdo que de chico me encantaban
asentí ante el recuerdo. Después de todo, gran parte de nuestra infancia la pasamos juntos y nuestros padres ya nos conocían
mamá solía amar a Cristian y papá no perdía oportunidad para hablar con él sobre fútbol. Muchas eran las ocasiones donde se quedaba a comer en mi casa, o viceversa. La mamá de Cuti era una mujer tan dulce y risueña, y su padre siempre me pareció muy agradable y respetable. Era como tener casi dos familias
— estoy segura de que todavía te quiere tanto como cuando eras chico —admití— Más de una vez me pregunta por vos cuando hablamos
acomodó algunos mechones de cabello que caían en mi frente
— ah si? es que soy todo un conquistador de familias. Me aman naturalmente —se encogió de hombros con una sonrisa egocéntrica
— ajá —blanqueé los ojos divertida
— igual, mamá también pregunta mucho por vos. Más de una vez me dijo que estabas hermosa —contó y fruncí el ceño confundida— ah! es que le he mandado fotos nuestras, espero no te moleste
— no, obvio que no. La extraño mucho a tu mamá, siempre fue re linda conmigo
— ella te ama. Mi viejo también —besó mi mejilla sonoramente
— así le decías a la otra seguro —arrugué la nariz
dejó salir un largo suspiro cansado de mis peleas en broma
— no se... mamá nunca la quiso del todo, siempre lo dijo. A veces las madres saben más que nosotros —apretó mi nariz con el índice
escuchamos unos pasos retumbar por el pasillo y miramos hacia la puerta de la habitación, esperando pacientes la entrada del más pequeño
— pa! —llamó adentrandose
— qué, mi amor? —respondió
me senté en la cama y le hice señas de que se acercara. No tardo mucho en caminar hacia los pies de la cama y subirse
— quiero dormir acá —pidió con algo de timidez
— acá? no era que no te gustaba dormir conmigo? —preguntó extrañado
el niño se encogió de hombros y extendí mis brazos para abrazarlo y depositar un corto beso en su cabeza
— ahh, vos no querés dormir conmigo. Vos querés estar con Jaz —pinchó la panza de su hijo con el índice
el niño soltó una risita. Cristián rápidamente lo abrazó, sentandolo en sus piernas y aprovechó para llenarlo de besos
"que cargoso!" fue lo primero que pensé
pero inevitablemente una sonrisa se dibujó en mi rostro. No podía creer que existiera un hombre que le demuestre amor a su hijo sin ningún tipo de vergüenza. Normalmente hasta les cuesta decirles "te amo"
estaba segura que, si en un futuro me tocaba tener un hijo con él, iba a estar igual de mimado y llenito de amor como Valen, quien de verdad era un bebé re dulce
— capaz vayamos a visitar a los abuelos, sabes jetón? —avisó Cuti
— buelos! —festejó el nene
qué pequeño no era feliz en la casa de sus abuelos, los seres que más los malcrían y le cumplen los caprichos?
— de paso, también vas a conocer a los papás de Jaz. Pero te tenés que portar bien, eh —le advirtió
el bebé asintió feliz y me miró con una sonrisa. Sus ojos brillaban intensamente.
— te quiero mucho Shaz —dijo
— yo también te quiero mucho, gordito hermoso —deje salir una risa nerviosa
estaba que me lo comía a besos
— deja de intentar comprarla, no vas a dormir acá
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