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aprovechando mis vacaciones y la locación de las mismas, me levanté relativamente temprano y me preparé un café haciendo el menor ruido posible para poder ver el amanecer en el balcón de la cabaña que habiamos alquilado
me senté en el silloncito con mi manta y me dediqué a esperar en total silencio, simplemente analizando toda mi vida hasta este punto
lo mucho que amaba mi situación actual, mi familia. Lo enamorada que me sentía de Cristián, quien lograba sacarme suspiros dignos de una adolescente, y la energía de ambos pequeños, quienes normalmente corrían por la casa de un lado a otro entre risas. Lo rodeada de amor que me sentía no tenía explicación alguna, creo que nunca en mi vida me habia sentido tan completa
formé un rodete con mi cabello y lo asegure con el broche que traia enganchado en mi buzo
— ey... me abandonaste —apareció Cristián por la puerta, refregandose los ojos
— perdón, vine a ver el amanecer —respondí con tranquilidad
— me hubieses dicho, venía con vos —se acercó y se sentó a mi lado
— quería que descanses bien —acaricié su corto cabello— Te lo mereces después de una temporada tan dura
— ni me hagas acordar, ando jugando re mal —se quejó dejando caer su cabeza sobre mi hombro
— no digas eso, estas jugando muy bien. Me siento muy orgullosa de vos, amor —dejé mi mano en su nuca
elevó su mirada
— lo decís solo porque sos mi novia —bufó
elevé ambas cejas indignada
— qué me dijiste, Cristián Gabriel?
— que lo decís solo para hacerme... —guardó silencio unos segundos antes de seguir hablando y achinó los ojos al darse cuenta— Sos nueva en el reportaje, te doy lástima —se quejó
mordí mi labio inferior divertida y negué con suavidad
— te amo. Y estoy muy orgullosa de lo bien que estás jugando. Vos siempre vas a ser mi jugador favorito, si? —sonreí con dulzura
— te amo Jazmín Greco Romero. —se rió ante mi acción de arrugar la nariz— Amo cuando haces eso, sos muy hermosa
sonreí y me acerqué a su rostro para plantar un dulce beso en sus labios. Su mano se posicionó en mi cintura, dejándome leves caricias. Apenas nos separamos repartió besos por todo mi rostro como siempre hacía cuando quería ser dulce
— soy muy feliz con vos, sabías? Y con los nenes también, obvio
— si? yo también soy muy feliz. Justo estaba pensando en eso y en lo mucho que los amo —me levanté para sentarme de costado sobre sus piernas
me abrazó por la cintura con un brazo
— pero claramente yo soy el favorito —soltó con egocentrismo
— no, mi favorito es Valen
formó un pequeño puchero y sujeté su rostro entre mis manos para darle un beso corto
— lo loco que me volves no tiene sentido alguno —murmuró
— loca me dejas vos a mi —sonreí
soltó un gran suspiro y tiró levemente su cabeza hacía atrás mientras acariciaba mi pierna con su mano libre
— necesitaba esto. Necesitaba estar con ustedes, y un poco de paz. El club me estaba matando de tantas exigencias...
— si, necesitabas paz para dejar de pegarle a tus compañeros —recriminé
— fue a Richarlison nomás —blanqueó los ojos
— me prometes que no vas a pelear más? Al menos con tus compañeros —pedí
negó
— no te puedo prometer algo que no voy a cumplir. Yo no me voy a quedar de brazos cruzados escuchando cómo dice cosas de vos —mordió su labio inferior
— pero no podes reaccionar tan directo —pasé mis dedos por su cabello, despeinandolo
— por qué no lo retaste así a Valentino cuando le pegó a uno por mirar a la hermana? —soltó a modo de queja
— si fuiste a felicitarlo después del partido —lo empujé suavemente
— ah, es verdad —me abrazó tiernamente
y así nos quedamos por un buen tiempo, charlando y diciendo boludeces hasta que salió el sol, e incluso después de eso. Era algo diario charlar, lo hacíamos siempre, pero se sintió distinto, especial
todo con él era especial para mí
unas cuántas horas después nos tocó hacerles el desayuno a los más pequeños, quienes se levantaron con el mismo humor de Cristián, el cual claramente no era muy bueno
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