Los demonios son seres dominados por muchos vicios. Ninguno es fiable, ya que su único y principal objetivo es complacer todos sus caprichos triviales, para lo cual no temen emplear cualquier tipo de artimaña con tal de lograr complacerse. Ellos sienten una terrible adicción por los espíritus de cualquier tipo y saben a quienes recurrir para conseguirlos con facilidad. Los demonios andan alrededor de los humanos con la intención de robarles sus almas, pues los ilusos humanos suelen entregar sus espíritus por deseos que los demonios les prometen. Es una equivocación confiar en esas criaturas de alas tenebrosas, ya que suelen ser mentirosos, astutos y traicioneros con tal de arrebatar espíritus a más de un desesperado.
Los espíritus celestiales también son parte de los deseos de los demonios, pero lamentablemente para ellos nosotros no somos ilusos. No caemos en sus falsas propuestas, porque simplemente no las necesitamos. No somos unos frágiles humanos estúpidos como para dejar nuestro valioso espíritu en manos de un demonio hambriento. Los demonios saben que no lograrán saciar su hambre si andan detrás de nosotros, es por eso que prefieren pisarles los talones a los humanos. No somos tontos, pero... había escuchado historias sobre demonios que se tragaron espíritus celestiales. Recordar esas historias debió ser lo que me puso tenso...
Frente a mí tenía a un demonio de mirada fría. Podía verse intimidante a pesar de su figurita tan delgada y pequeñita, pero no había razón para temerle. No habían promesas de por medio, no le había intercambiado nada a un demonio como para temer que alguno me tragaría de un bocado. Ciertamente los demonios no me agradaban.
Oro también se quedó quieto igual que yo. Su cara dudosa lo delató. Oro no tenía claro que hacía un demonio frente a nosotros con cara de querer reclamar un espíritu para después tragárselo.
— ¿Luna, acaso te vendiste por un poquito de ayuda? —Oro me regañó con seriedad.
— ¡Qué!
—Te vendiste por esas habilidades que mostraste en el primer ritual con Esteban, ¿verdad? Qué ridículo eres. Ahora seguro ha venido a cobrarse tu espíritu. Qué vamos a hacer.
— ¡De qué estás hablando! Yo no le cambié nada a ese demonio. ¡No sé quién es ni porqué está aquí! Seguramente fue atraído por todos los espíritus que estaban a mí alrededor.
Oro sonrió con burla.
—Pareces su objetivo. Observa su mirada, la tiene fija sobre ti —dijo bajito—. Pero no creo que te quiera comer —retomó su habitual tono de voz—. Tú debes ser muy desagradable hasta para un demonio, pero si te condimentamos bien...podrías convencerlo.
Una vez más Oro estaba diciendo incoherencias en un momento crítico.
—Remedo de humano —lo insulté.
—Estoy totalmente convencido de que no ha venido por ti, si no para echar a perder el plan que tienes con Destello, porque es totalmente probable que ahora no tengas éxito con el ritual de reencarnación. Ese demonio se va a apoderar del vientre que elegiste para Resplandor. Dudo que responda si lepreguntamos cuáles son sus motivos para querer nacer en este mundo humano. Sabes que a los demonios solo le interesan sus propios planes, por eso es probable que falles. No hay esperanzas para Resplandor.
—No —negué tratando de convencerme que ese demonio desaparecería de mi vista.
Todos los espíritus que habían estado pululando a mi alrededor ya no estaban. Era prueba de que lo que decía Oro era verdad... una vez más lo era. Apreté mis puños frustrado. No iba a permitir que arruinaran mis planes en mis narices. Caminé desafiante hacia donde estaba ese demonio, pero Oro no me lo permitió. Su voz interrumpió mis pasos.
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UNA ESTRELLA ENAMORADA |1ra parte|
FantasiaUna noche Esteban conoce a un extraño muchacho en la playa quien dice estar enamorado de él a pesar de no conocerlo. El extraño es el espíritu de una estrella que observaba a Esteban todas las noches sin que supiera. Para estar junto al humano...