Capítulo 12

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Violet

Seguía a pie de la fuente, gacha y sin esperanzas de seguir, cuando la voz de Jane me saco del trance.

- Violet, ya hable con Dalton...

La mera idea de regresar allí dentro era espeluznante y fuerte a mi debil mentalidad, pero no tenía lugar que me acogiera, y aunque lo tuviese no podría mantenerme ni un día con vida, nos tenía ni un solo dolar, está era la única salida que tenía ante mi triste desgracia.
Me levante lentamente hasta que vi la espalda de Jane. No decidí llamarla, camine hasta que mi maravillosa suerte me hizo tropezar con un pequeño arbusto de rosas y causara que mis rodillas cayeran de lleno al duro pavimento y sangraran.

Jane miró al cielo haciendo un gesto dramático con sus manos y enseguida se apresuró a darme una mano para estabilizarme y poder ponerme en pie de nuevo. En definitiva de niñera jamás podría sobrevivir, ni siquiera podía mantenerme a mí con vida.
Una vez que estuve de pie frente a ella, las carcajadas brotaran desde los más profundo de nuestro ser y no cesaron hasta que el escozor y ardor de mis rodillas empezó a hacerse presente.

Jane se dio cuenta de la mueca de dolor que mi cara expresó porque de manera inmediata pidió a una dama de servicio que pasaba por donde nos encontrábamos qué trajera el botiquín de primeros auxilios. Ella lo hizo de manera motorizada y rápida. Cuando venia de regreso no traía nada sobre manos.

- Dios... Dame piedad con esta muje... - Exclamó con rabia Jane

Antes de que pudiera terminar su oración Dalton apareció agitado y con el botiquín sobre sus manos.

Oh.
Por.
Dios.

<<Se ve tan...>>

Por dios Violet, calma esa cabeza dije a mis adentro cuando estaba cada vez más cerca.

— Tanto drama para esto. — Dijo sin compasión alguna Dalton.

— Oh Dios. Cierra el pico que no me estoy quejando contigo.

— Que va... Pero lo estas haciendo con Jane.

— Dios. DAME PACIENCIA — Gritó con exaspero Jane.

— Parezco una anciana callando a dos niños imbéciles, tenemos casi la misma edad — Continuó Jane.

— Casi... tú lo has dic...

— Tú cállate pedazo de Idiota.

— ¿Idiota? — Dijo llevándose una mano al pecho de manera dramática.

— Idiota, pendejo, estúpido, mar..

— Holaaa — Dije con sarcasmo —. Gracias por su preocupación.

— Sí, de nada. Ahora... — Jane lo callo de manera inmediata poniendo su dedo índice sobre su rostro.

— Ahora nada Dalton. Esta mujer se está muriendo — Dijo Jane de manera sarcástica haciendo burla a mi dolor.

Empezó a sacar las cosas del botiquín poniendo un poco de solución yodado sobre mis rodillas aún sangrantes, provocando una reacción inmediata en mi cuerpo. Un alarido de dolor salió de lo más profundo de mí ser.

— Haz algo bueno en tu vida Idiota, ayuda a tranquilizarnos —

— ¿Tranquilizarnos?

— Sí, ya callate y haz lo que te he dicho

— Sí, yi cilliti y haz li qui ti hi dichi

— DALTON, YA, POR UN CARAJO, AYÚDAME — En ese momento hasta yo misma me asuste y pude ver como las facciones de Dalton se suavizador cuando una carcajada brotó de su garganta.

En verdad que era todo un caso perdido, sujetó mi mano con una fuerza descomunal que me hizo olvidarme del escozor de las rodillas y todos mis pensamientos comenzaron a girar en torno al dolor que ahora me causaba el fuerte agarre de Dalton. El dolor  comenzó a desvanecer poco a poco, porque mi mente ahora pensaba que el fuerte agarre de Dalton me consolaba, estaba a punto de dirigir mi vista hacía Dalton cuando...

— Listo... ¿Vamos adentro? 

— Sí... _ Respondí  monótonamente. 

Me levante aún con un poco de dolor, rechazando la ayuda de Dalton a sujetarme. No podía quedarme en una casa que estaba siendo habitada por la misma sangre que me mato poco a poco. Tenía que reparar las cosas de manera rápida y la mejor solución es que volviera a poner un pie en el pasado que me forjó como persona. Me esforzaría para quedarme ahí, no tenía opción alguna, pero era obvio que mi propia razón no me dejaría estar mucho tiempo así. 

Recogí el cable que Jane había dejado para mí en la isla de la cocina y me dirigí a la planta alta, en busca de un conector, cosa que en la planta baja por más que busque incesantemente no encontré. Todo era jodidamente moderno, jodidamente inalámbrico. Entre a una habitación cuya puerta se encontraba emparejada y aunque tal vez no era la mejor cosa que estoy haciendo no tenía ningún otro remedio, las luces se activaron al instante cuando yo cruce el umbral de la enorme puerta y pude ver que era la misma habitación de paredes blancas, con un pequeño sofá rosa que resaltaba sobre el tan puro color y de inmediato cancele la misión de seguir un minuto más ahí, comencé a caminar lentamente de espaldas, cuando el camino comenzó a hacerse eterno para mí gire de manera brusca y choque con un gran cuerpo, que me sujeto de manera salvaje, me encamino hasta la pared más próxima y penetró mi cuerpo entero con solo una mirada, mi corazón comenzó a latir de manera desbocada y mis manos comenzaron a temblar al notar que sus manos iban bajando poco a poco...

— Sabes... — Dijo con la voz ronca. No conteste, la voz me había abandonado, poco más que la voz me había abandonado. 

— Me enfureció demasiado verte sentada en esa cosa... Cuando podías estar sentada sobre... —Y en un movimiento brusco sujeto mi trasero y me subió hasta que mis piernas rodearon su espalda baja. No se acercó ni un milímetro más a mí, solo me observaba de manera desafiante hasta que tome su rostro entre mis manos y lo bese desesperadamente, correspondió de manera salvaje, camino conmigo sobre sus brazos y me derribo sobre una superficie fría pero suave, cosa que para nada me importaba en ese momento, volvió a besarme de manera incesante, haciendo de sus besos cada vez más suaves y  mi cuerpo se convirtió en una pluma arrastrada por el viento, su boca abandonó la mía y comenzó a deslizar sus húmedos labios sobre mi cuerpo cálido, causando una reacción inocua en mis pechos, deslizo una mano debajo de mi vestido, haciendo una pausa en mis bragas y moviendolas de su lugar. Tenía que tocar un solo lugar para que mi cuerpo explotara de placer, pero no lo hizo. 

Se levantó y no me vió ni una sola vez, hasta que tome el valor y hablé

  — ¿Qué...? 

— No puedo... Te... Te deseo pero no puedo. Por favor sal de aquí. —Sus palabras fueron bruscas para mí, pero no me iba a dejar así, en definitiva. 

Caminé hasta donde se encontraba y me arrodille frente a él, puse mis manos en sus caderas y besé el inició de sus caderas, subí la mirada y pude observar como tragaba saliva pero no me detenía, baje poco a poco el resorte de sus pantalones de ejercicios y bese su miembro arriba de su ropa interior, cole mis manos por debajo de su camiseta y las apoye en su enorme pecho. Dalton sujeto mis manos con fuerza y me levanto del suelo, besándome de nuevo con pasión cuando estuvimos de nuevo frente a frente.

— Sí que eres terca... —Me dijo mientras me ponía de espaldas sobre las fría pared recubierta de mármol. De un solo movimiento bajo mi vestido por completo dejándome casí al descubierto y la pena me invadió al instante.Pudo observar mi incomodidad y al instante hizo desaparecer su camiseta y termino de bajar sus pantalones, dejándonos a ambos en la misma posición...



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⏰ Última actualización: Sep 22 ⏰

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