Sirius penso ya haber perdido todo, perdió a su padre injustamente cuando tenía tan solo 7 años quedando el y su hermano a manos de su abusiva madre y para protegerlo y mantenerlo a salvo lo mando lejos con su tío Alpha, el nunca espero que al entra...
Me sentía cansado, más de lo normal desde navidad no quería levantarme de mi cama, sentía que toda la energía que tenía se desvanecía apenas ponía un pie fuera de mi cama.
Sorprendentemente mi madre me llevo a san mungo pensado que estaba enfermo pero al parecer estaba en excelentes condiciones. Haci que solamente me recomendaron vitaminas que podrían ayudarme.
En menos de una semana regresaré a hogwarts, pero el tiempo está pasando tan lento, no eh recibido aún cartas de regulus o de los chicos, y aunque las reciba no tendría la energía de revisarlas.
Escuche como la puerta se abría sacándome de mis pensamientos, no me tomé la molestia de voltear ya sabía que era mi madre quien avía entrado.
-Sirius te traje algo para que comas- dijo mi madre dejando la bandeja de comida en la mesita de noche mientras se sentaba a mi lado.
El aroma de la comida me llegó y despertó un poco mi apetito, a pesar de mi estado de ánimo. Miré a mi madre, agradecido por su preocupación aunque no podía evitar sentirme distante. Ella parecía querer decir algo más, pero su expresión se tornó en una mezcla de tristeza y resignación.
-¿Cómo te sientes, cariño?- preguntó finalmente, rompiendo el silencio incómodo que había llenado la habitación.
-Estoy bien, madre. Solo un poco cansado- respondí, tratando de sonar más optimista de lo que me sentía.
Pero algo más también me tenía pensando: el cambio de actitud de mi madre. No me disgustaba, pero me hacía sentir incómodo. Desde que cumplí cinco años, mi madre se volvió una alfa territorial y agresiva. Todo tenía que ir según su palabra, o si no, se pasaba de mal humor. Antes era seria pero no agresiva, y nunca supe por qué cambió tanto su manera de ser. Incluso el tío Alpha tuvo que intervenir muchas veces por nosotros.
Estaba seguro de que algo más estaba pasando en su vida que la había cambiado de esa manera, pero no sabía cómo abordarlo. La preocupación por ella se sumaba a mis propias preocupaciones, creando una tensión constante en el ambiente familiar.
-Hay algo que quieras hablar, madre?- pregunté con cautela, rompiendo el silencio incómodo que llenaba la habitación.
Ella bajó la mirada por un momento, como si estuviera considerando cómo responder.
-No te preocupes cariño. Estoy bien- dijo finalmente, aunque su tono de voz no sonaba completamente convincente.
Después de unos minutos mi madre se paró y se dirigió a la puerta- Si necesitas algo puedes decirle a kreacher y vendré de inmediato.
Solamente asentí mientras mi madre iba y me dejaba de nuevo solo en la habitación. Tome la comida que mi madre me había dejado anteriormente y empecé a comer, al menos trataría de distraerme con algo.
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Hoy tenía que regresar a hogwarts, aún sentía mi cuerpo cansado pero al parecer ahora mis feromonas estaban inestables, era como si estuviera en celo pero eran diferentes, tedria que tomar híbridores durante un tiempo hasta que se volvieran a estables otra vez.
