10

328 31 7
                                    

Jungkook llegó de trabajar muerto de ganas por ver a Taehyung. Apenas había sido un día sin verlo, pero lo había sentido una eternidad.

Cerró la puerta de casa y dejó las llaves a un lado mientras quitaba sus zapatos, aunque ni bien había puesto un pie en el salón, el castaño ya había ido a buscarlo.

—Jungkookieee —lo saluda con una sonrisa y el menor no duda en abrazarlo con una sonrisa hasta levantarlo del suelo y agarrar sus muslos.

—Voy a ponerle una hoja de reclamaciones a esa universidad, no pueden separarte así de mi —el mediano soltó una risita y no esperó más para besarlo aún entre sus brazos —¿cómo fue todo?

—Genial, aunque Hoseok hizo la mayor parte del trabajo y yo más bien anoté datos. ¿Cómo te ha ido a ti?

—Normal, como siempre —niega y vuelve a besarlo mientras lo carga hasta la cocina, donde estaba Jimin comiendo y mirando su móvil —hola, cariño.

Taehyung volvió al suelo y fue corriendo a servirle la comida a Jungkook para que comiesen los tres juntos, aunque el mayor se había adelantado porque debía ir a trabajar.

El rubio correspondió al beso que el menor le estaba ofreciendo y le dedicó una sonrisa. En realidad no le gustaba mucho la idea de tener que irse porque quería pasar tiempo con ambos, pero no podía faltar al trabajo tan libremente como Jungkook.

—¿Qué tal la mañana? ¿Habéis estado bien ambos?

—Si, Jimin es muy atento —el rubio sonríe avergonzado manteniendo su mirada en la comida.

—Nunca antes hubieras dicho eso de mi aunque me vieses serlo con Jungkook —bromea el mayor haciendo reír a los contrarios porque en cierto modo era sorprendente.

—¿Tú aún no tienes nada bonito que decir de mi?

Jimin simplemente rodó los ojos mientras negaba con una sonrisa. Cada vez le gustaba más la forma de ser de Taehyung y sentía que le costaba más ocultarlo.

• • •

Jimin notó su cuello y su espalda doler por llevar 8 horas de pie en la tienda atendiendo clientes y yendo de aquí para allá. Frotó su cuello con su mano intentando aliviar un poco el malestar sin éxito.

Fue de camino a su auto rodando las llaves entre sus dedos mientras miraba al cielo oscuro lleno de estrellas. Como tenía turno de tarde, no había conseguido aparcar su coche en el parking subterráneo así que esta vez tuvo que conformarse con aparcarlo en el exterior del centro comercial.

Hacía una noche muy buena y tranquila y, aunque su estómago rugía por el hambre y tenía sueño, quería tumbarse en mitad del asfalto y respirar hondo.

Cuando al fin llegó a su auto, se quedó pillado al ver a dos tipos apoyados en él y no fue hasta que se acercó que distinguió a Jungkook y Taehyung esperándolo.

Aceleró el paso con una sonrisa hasta llegar donde los menores, que lo recibieron con una sonrisa y varios besos.

—¿Qué hacéis aquí? Es muy tarde.

—Taehyung insistió en venir a recogerte —aclara Jungkook señalando al mediano que se mostraba orgulloso.

—Pero vine en mi auto.

—No importa, solo por ver la sonrisa que has puesto ha merecido la pena —Jungkook lo atrajo por la cintura y volvió a besarlo con ganas. El rubio no podía estar más feliz.

—Ahora vamos a casa a que cenes algo y luego te daremos un masaje, te veías molesto con tu cuello mientras te acercabas —propone Taehyung ampliando aún más la sonrisa del mayor.

Good boys «KookVMin»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora