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Jungkook se fue a trabajar y ambos permanecieron en la cama un tiempo más compartiendo besos hasta que sus estómagos rugieron en busca de comida.

Estaban siendo mucho más afectuosos de lo habitual entre sí, como si de una pareja de recién casados se tratase.

Fue casi un suplicio para ambos cuando tuvieron que separarse porque Jimin debía ir a trabajar, pero al menos Jungkook ya estaba con él para otorgarle todo su cariño.

El pelinegro hizo un par de chistes sobre cómo planeaba dejarlos sin caminar apenas cenasen que hicieron reír a Taehyung. Lo cierto era que cuando Jimin llegó, estuvo metiéndoles prisa hasta que consiguió que fuesen a la habitación.

Jungkook fue, como siempre el que se encargó de desvestirlos a ambos sin dejar pasar la oportunidad de toquetearlos para provocarlos aún más.

No era como si no lo hicieran frecuentemente. De hecho era el sexualmente más activo de los tres ya que debía complacerlos a ambos. En realidad la situación había cambiado porque ambos mayores también se complacían entre ellos.

Aquella vez se sentía un poco diferente a lo habitual, como cuando empezó a acostarse los dos a la vez a causa de los celos de ambos.

—Taehyung-ah, túmbate boca arriba en la cama —pide mirándolo a los ojos y sosteniendo su cintura mientras su pulgar dejaba suaves caricias en la piel.

El castaño asintió un poco sonrojado e hizo lo que el contrario le indicó. Entendió mucho mejor su intención cuando le indicó que pusiese su cabeza al borde de la cama.

Jungkook definitivamente iba a dar rienda suelta a sus pensamientos esa noche. Llevaba demasiado tiempo sin ser un poquito egoísta y, aunque por supuesto daría lo mejor de sí para hacerles sentir bien, también quería atención.

Dio un par de besos en los labios de Jimin antes de señalar a Taehyung con la cabeza, indicándole al mayor que por ahora dejaba en sus manos complacer al mediano.

Fue así como Jungkook acabó de pie frente al borde de la cama tomando a Taehyung en su boca mientras Jimin se situaba entre las piernas del castaño y usaba su boca de igual manera.

El menor sonrió ladino ante la escena, no solo porque ver a Taehyung chupando era simplemente maravilloso, sino porque ver también a Jimin lo estaba volviendo loco.

Cerró sus ojos un par de veces centrándose en lo bien que se sentía al reclinarse para apoyar sus manos en la cama y así cambiar el ritmo al que movía su cadera.

—Eres tan bueno, Taehyung —sabía que a los mayores les gustaba que les halagase cuando hacían un buen trabajo y la situación no era para menos.

Cuando sintió que estaba por venirse, hizo uso de su autocontrol para parar, ya que tenía otros planes en mente.

Ayudó a Taehyung a incorporarse, que además era ya un manojo de respiraciones agitadas por la atención que Jimin estaba dándole.

Compartió un par de besos con ambos antes de hacer que el mediano se tumbase boca arriba y que el mayor se colocase encima, de manera que podía quedar detrás entre las piernas de ambos y tener fácil acceso a sus traseros.

Lubricante en mano, pasó a preparar primero al rubio, que trató de callar los sonidos que escapaban de su boca besando a Taehyung hasta dejar sus labios rojos.

Luego llegó el turno del mediano, al cual Jungkook sí tuvo el placer de escuchar porque Jimin estaba marcando su cuello.

No pudo evitar sonreír al pensar en que probablemente esa manía de marcar con frecuencia la habían adquirido de él mismo.

Good boys «KookVMin»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora