Parte 4/4
+18⚠️Pov Aemond Targaryen
Estaba sentado en el borde de mi cama, mirando fijamente al suelo, seguía recordando lo que había sucedido en la cena y todo lo dije y no me arrepiento del todo, pero el solo recordar el rostro de dolor en Lucerys mi pecho duele, siento como si mi respiración me faltará duele tanto el recordar sus ojos fijos en mí, llenos de dolor y enojo están grabados en mi memoria y ahora me doy cuenta de lo profundo que he herido a Lucerys al llamarlo bastardo.
Me levantó de la cama y me paseo por la recámara, no puedo encontrar la paz para poder dormir la culpa me consumía.
- ¿Qué he hecho? -murmure haciendo que solo el eco de mi voz resonará en la habitación. No podía soportar la idea de dejar las cosas así con Lucerys.
Me dirigi hacia la puerta para salir al pasillo, mi corazón estaba latiendo con fuerza. Recorrí los pasillos oscuros del castillo que solo se encontraban iluminados por antorchas, cada paso que daba me acercaba más a los aposentos de Lucerys. Finalmente, llegué frente a su recamara me detuve frente a la puerta encontrándome con el guardia que lo protegía, cuando me vio este toco la puerta y le anuncio mi visita a Lucerys, el cual tardo un poco en responder.
Abrí la puerta de la habitación que se encontraba alumbranda con pocas velas alrededor, cuando pude visualizar a Lucerys me sin aliento se encontraba iluminado por la luz de la luna cerca de la ventana, su piel expuesta del cuello y parte del pecho se encontraba aún húmeda y brillando, gotas de agua resbalaban de su cabello perdiéndose por dentro de su camisa, mi ojo no podía apartarse de él recorriendo cada centímetro de su cuerpo. Nunca lo había visto así, tan vulnerable y a la vez tan atractivo. Su cabello mojado y pegado a su frente, y sus mejillas sonrojadas seguramente por el calor de agua lo hacían ver tan inocente pero lujurioso al mismo tiempo.
Avance hacia él, pero noté que retrocedió y me detuve ya que no tenía intención de asustarlo y mucho menos ser hostil con él.
- ¿Qué haces aquí? -murmuro, podía notar en su voz que se encontraba nervioso tal gesto me causo ternura que deje salir una pequeña sonrisa me parecía como si yo fuera un lobo y el fuera una oveja esperando a ser devorado.
Me acerque lentamente a él y arrinconandolo contra la pared, me acerque tanto a que podía sentir su aliento caliente sobre mi ropa.
-Ya te lo dije en el campo de entrenamiento-le susurré mientras mi dedo trazaba el camino de una gota que escurría de su cabello hasta su mentón, sentí como su cuerpo temblaba por mi toque.
-No sé de qué hablas -respondió, apoye mi mano sobre la pared y me incliné aun más quería sentirlo aun más su piel, ver sus gestos detalladamente, quería ver hasta donde podía aguantar.
- Claro que te acuerdas Luke... jamás has olvidado lo que me debes- mi mirada estaba fija en él, su rostro al notar que lo observaba estaba sorprendido parece que todo el miedo que tenía antes se desapareció, pude notar como sus mejillas y orejas se sonrojaban se veía tan malditamente lindo, un deseo de ocultarlo de todos y poseerlo apareció en mi mente dejando liberar gran cantidad de feromonas por su cuerpo para marcarlo con mi aroma.
-No era mi intención lastimarte...- dijo, mi mano se posó sobre su mejilla dejándole una suave caricia- ¿Y cómo compensaras lo que hiciste? - le susurre a su oído.
-Te daré lo que quieras mientras no me lastimes- pronuncio Luke tan rápido, tal frase hizo que mi corazón se acelerara y también me doliera porque Luke pensaba que quería lastimarlo.
Dirigí mis dedos hacia su cuello y trace una línea suave por él- No puedo lastimarte Luke, aunque quisiera- el sentir mis feromonas en su cuerpo hacía que la tensión en mi cuerpo aumentará sentía a Luke como si me perteneciera, que era mío, mi Omega.
Escuché a Luke pronunciar- Entonces ¿qué es lo que quieres de mí, Aemond? - tal frase hizo que mi corazón se acelerara, su melodiosa voz pronunciando mi nombre, no pude controlar mis feromonas y mucho menos mis instintos que pedía que reclamará a Luke como mío.
Sin más palabras, me incline hacia sus labios reclamando por un beso apasionado, lleno de un deseo reprimido que llevaba ocultando durante demasiado tiempo. Luke respondió con igual intensidad, sus manos se envolvieron en mi cuello pegándome aún más a él. Sus labios rosas eran lo mejor que había probado, eran como si fueran hechos para mí.
El sabor me embriagaba, el deseo de probar aún más aumento cuando un gemido salió de sus labios, aproveche para introducir mi lengua en su boca para explorar y reclamar todo de él. Sentía que mi cuerpo se encendía, una llama de deseo que consumía todos mis pensamientos y arrepentimientos y se perdía en mi instinto y mi lujuria. Me deje llevar por la pasión del momento, mis manos acariciaban todo su cuerpo no quería separarme de esos labios hechos para mí.
Cuando finalmente nos separamos, ambos estábamos sin aliento, apoyé mi frente sobre la de Luke abrí mi ojo para encontrarme con la mejor vista, sus labios rojizos e hinchados estaban entreabiertos haciéndome desearlos más con la respiración agitada y sus mejillas sonrojadas y sus pupilas dilatas, haciendo que mis deseos de tomarlo volvieran.
-Espero puedas compensarme por todos estos años- dije mientras le dejaba un pequeño beso sobre su mejilla, me alejé rápidamente y salí de su habitación era un peligro quedarme ahí ya no podía controlarme.
Mi corazón aún latía con fuerza, y todavía podía sentir el calor de sus labios en los míos y el deseo del beso que acababa de compartir con Luke. Empecé a caminar lentamente, sumido en mis pensamientos que volvían una y otra vez al momento que acababa de vivir.
Llegue a mi recamara y me deje caer pesadamente en la cama, mirando el techo. Lo que había sucedido esa noche parecían un sueño, algo irreal que no podía haber sucedido realmente. Pero el hormigueo en mis labios y el latido frenético de mi corazón me decían lo contrario.
- ¿Qué he hecho? - murmure llevando mi mano temblorosa a los labios, la mezcla de culpa, deseo y confusión era casi abrumadora. Había besado a Lucerys, al que debía considerar mi enemigo el único sentimiento que debería tener hacia él debía ser el de odio, pero lo único que siento ahora mismo es una pasión que me ahoga.
Cada intento de conciliar el sueño terminaba en el recuerdo de su mirada intensa de deseo, la presión de sus labios y la fuerza de su cuerpo contra el mío. La atracción que había sentido, la ternura inesperada, el deseo y el control, todo me hacía cuestionar lo que había creído durante tanto tiempo.
Me quedé despierto dejando salir todo lo que había estado reprimiendo. La culpa, el deseo, la confusión y, sobre todo, la esperanza de que tal vez, solo tal vez, las cosas podrían ser diferentes entre Luke y yo. Ya que, por el beso que sucedió había cambiado todo, y ya no podía volver atrás.
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Las páginas del destino
FanfictionElaena Velaryon la segunda hija del matrimonio de la princesa Rhaenyra con Laenor, una niña bella y carismática persona. Pero a cometido el error de interesarse en su tío Aegon II el cual supuestamente la odia y solo la ve como una bastarda a pesar...