c a p í t u l o 13

11 2 0
                                        

Aquella noche había sido genial. Tras ganarle a los chicos en muchos juegos más, visitaron a los padres de Beomgyu. Ellos venían de Daegu, que estaba ubicado en la costa sur de Corea. Sus padres habían sido muy amables y serviciales, lo cual hizo que el castaño recuerde a los suyos. Al igual que el resto, ya les había enviado los pases para que pudieran ir al pronto aniversario.

Ese mismo día, Jungkook había canjeado un oso de peluche tras acumular muchos tickets. Este le recordaba a una persona, así que había pensado en regalarselo.

—¿Se lo regalarás a Kim Taehyung?—preguntó Beomgyu, algo ofendido y celoso—¿Qué hay de mí? Tu amigo fiel.

—Tú me contaste que en tu casa tenías tantos peluches que hasta tuviste que donarlos, ¿No lo recuerdas?

—Oséa si, pero... —odiaba haber mencionado eso, ahora no sabía como justificarse. Por si fuera poco, el dichoso oso llevaba un corazón en sus manos—A mí nunca me haz regalado nada, ni en mi cumpleaños.

—Oye, es porque en aquel entonces no nos conociamos. Ya te regalaré algo para el próximo—le animó—Además, ¿No te parece que él se parece a este oso?

Dijo cargando y analizando al oso.

—No, yo me parezco más.—musitó entre dientes—Incluso el mismo Yoongi-hyung se parece más, ¿A que si, Yoongi-hyung?

—Niños, dejen de hacer bulla. Sé que han despertado energéticos pero yo no, así que si quieren discutir háganlo en otro lado.

—¿Viste, Beom? Ya hiciste enojar al Señor Min.

—Nada que Señor Min, soy Yoongi-hyung—le lanzó la almohada—Soy un alma joven.

Los chicos salieron riendo de la habitación.

Tras salir de sus primeras clases, Jungkook se dirigió a la habitación de su paciente para llevarle el desayuno. Empujaba el carrito algo contento y llevaba cosigo el pequeño oso. Le haría bien tener un peluche, podía ayudar a reconfortarlo.

—¿Dices que me parezco a este oso?—murmuró en tono neutro, causando que el castaño sostenga el aire en espera de una respuesta positiva—Supongo que es cierto, no eres el primero que lo dice.

—Me alegra oir eso. Lo vi y me acordé de usted—confesó.

Algo se movió en el pecho de Taehyung.

—¿Sabe? En realidad, cuando me tocó elegir me detuve un rato a debatir acerca de cuál peluche debía elegir. Había un tigre que también encajaba con usted—rió recordando cuantas vueltas le dio al asunto. Esto dejó ver su sonrisa, que lo hacía ver como un pequeño y lindo conejo.

—¿Un tigre, dices?—Taehyung sonrió ligeramente, observando a Jungkook con interés—. Me gusta que hayas pensado en eso. Pero creo que el oso es perfecto.

Jungkook se sonrojó un poco, sintiéndose tímido bajo la mirada de Taehyung.

—Me alegra haber acertado entonces. Espero que este oso te haga compañía y te anime—respondió, colocando el peluche en la mesa junto a la cama de Taehyung.

—Gracias, aunque no debiste haberte molestado. No te sientas obligado a traerme cosas. Sé que soy tu paciente pero cuando sales deberías disfrutar de tu tiempo libre—dijo sincero.

Ahora el Director Kim estaba en la habitación con ellos, a Taehyung le tocaba su chequeo. Para él, todo eso era molesto e incómodo. Por otro lado, el menor solo se limitó a quedarse de pie mientras observaba.

—Mira arriba—ordenó, a lo que el pelinegró soltó un bufido.

El Director o Doctor Kim, iluminó su vista con su linterna.

𝙗𝙧𝙤𝙠𝙚𝙣 [ 𝙩𝙖𝙚𝙠𝙤𝙤𝙠 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora