𝙗𝙧𝙤𝙠𝙚𝙣 [ 𝙩𝙖𝙚𝙠𝙤𝙤𝙠 ]

c a p í t u l o 2

Estaba consciente de que aquel hombre solo quería que Jungkook se esfumara de la habitación para nunca más volver, entonces tal vez, podía concederle tal cosa a cambio de algo. Era el momento de comenzar a negociar.

—Bien. Me iré,—dijo el castaño, obteniendo un sonido de aprobación del otro—pero solo si toma su desayuno. Prometo dejarlo en paz después de eso.

El paciente aún entre sábanas, suspiró pesadamente. El enfermero no parecía dispuesto a ceder y él tampoco aguantaría sus insistencias ni un minuto más.

《Solo es un desayuno, prometió luego largarse. Debes mantener la calma, Kim Taehyung》

—Bien, después no quiero verte hasta la hora del almuerzo—advirtió para luego inclinarse en la cama.

Jungkook asintió muy contento, lo había logrado. Espero a que el hombre se sentara en su cama, para tenderle la fuente de desayuno. Después, podría dormir lo que quisiese. Abrió las cortinas para que no comiese a oscuras, debía entrar algo de luz.

Cuando por fin terminó de acomodarse, pudo ver su rostro, era un chico que fácilmente tenía su edad. Su cabello era negro y laceo, debía admitir que era bien parecido, aunque tenía el ceño fruncido. Además, mientras más lo analizaba notó que tenía un lunar en la punta de su nariz.

—Y bien, ¿Dónde está el dichoso desayuno?—inquirió el pelinegro con tono sarcástico. Sus ojos estaban entrecerrados. La luz era muy molesta, dañaba su vista.

—Oh, aquí esta—respondió el chico, saliendo de su trance, para luego tenderle el desayuno.

Cuando Taehyung terminó de acostumbrarse a la luz, por fin pudo ver la cara del famoso enfermero torturador. A decir verdad, lucía muy joven y traía una molesta sonrisa dibujada en su rostro.

Bajó la mirada a la fuente en sus manos, para darse cuenta que esa no era su comida; y por si fuera poco, el reloj apuntaba las 7:40 am. Encima de que se había equivocado de desayuno, había venido más temprano de lo que él había especificado al entrar al hospital. Por si fuera poco, había interrumpido su sagrado sueño.

—¿Se puede saber que clase de broma es esta? ¿Qué se supone que es esto?—soltó enojado.

—Su desayuno—respondió confundido por su tono y expresión—¿Hay algo mal?

—Todo, todo está mal.

—Está delicioso, se lo aseguro—tomó la cuchara para ponérsela en la mano—Coma, por favor.

Si antes estaba enojado, ahora sentía estar por estallar. Aquel chico era un completo inútil, y por si fuera poco, aún seguía insistiendo ¿Acaso no notaba su error? ¿Era nuevo allí? ¿Cómo es que no sabía de las indicaciones que había dejado?

—Si no puede, yo le ayudaré—intentó tomar el cubierto de vuelta para tomar un poco de avena.

—No comeré, quiero que salgas.

—No me iré, prometió que lo come...

—¡Qué te largues! ¡Fuera de aquí!—gritó—¡No quiero tu estúpido desayuno!—arrojó la fuente, haciendo que el castaño terminara con el uniforme manchado y que los platos se rompieran.

No entendía en que momento aquel chico había perdido el control por completo, pero debía admitir que ahora estaba asustado por su repentino cambio. Parecía un loco gritando a los cuatro vientos, no sabía cómo calmarlo.

—¡Sal de mi vista! ¡¿Dónde está el director?! ¡Quiero verlo ahora mismo!

Los gritos tan escandalosos se escucharon por todos los pasillos, en pocos minutos, la puerta se abrió de golpe, dejando ver al director.