Capitulo|4. (²/⁴)

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Pᥱᥣίᥴᥙᥣᥲs

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Al llegar a la casa, aldo pago al bueno hombre, le pregunte su nombre y se llamaba Sergio, que buen hombre. Entramos a la casa y logre ver la casa a oscuras, prendí los interruptores me encamine asta la sala y me aventé al sofá y aldo se adentro a la cocina.

— Deseas palomitas o— alargo la " o", mientras buscaba por la alacena— Olvídalo, solo hay palomitas.— me miró — Si quieres?
— pregunto.

— Si esta bien..— dije mientras me levantaba— Me ire a poner la pillama, en lo que haces la botana.— dije y ela asintió, mirando un vol para las palomitas.

Salí de la sala, y me encamine a mi habitación. Me puse unos pantalón para dormir y una camisa de tirantes, me desate el cabello y me cepille. Me quite mi maquillaje, pues no traía mucho, traía el un delineado y mis pestañas.

Salí de mi habitación y llegue a la sala. Y lo vi en su celular. Cuando me vio sonrió y saco las palometa de microondas.

— Ten, me iré a cambiar— dijo entregándome las palomitas y asentí tomándolas. Me acerque  a él sofá y me senté en la silla frente al monitor.

Inicie sesión en el monitor, empezó a buscar por mis canales. Me adentre a twitch y prendí directo con la pantalla de espera. Acomode algunas cosas, me puse cómoda en la silla y acomode la silla y acerque un puff. Donde aldo se sentaría.

Caundo llego el de lentes, puse mis manos en mis caderas y le miré con una sonrisa, el negó repetidas veces  divertido mientras se acercaba a mi y paso sus manos en mi hombro.

— Eres una niña hermosa— beso mi mejilla mientras yo le abraze por impulso por el cuello, haciendo que se agachara a mi estatura — Ay...también pesada.— Sonrió von burla y le solté con una mala mirada, alejándome de el.

— Que grosero, no peso ni siquiera cuarenta y cinco kilos— Dije con un puchero y em sonrió, se volvió a acercar a mi. Y beso ambas mejillas.

— Perdóname..— dijo, mientras posaba sus manso en mi cintura, acercándome a el, el se acro a mi altura y sonrio— De hecho hay algo que quiero hablar contigo.— Dijo serio y asentí esperando a que hablara.

La música del directo era lo único que se escuchaba por la habitación, le miré antenta y el suspiro con lentitud. Sus manso dejaron de tomar mi cintura y recorrieron desde la cintura asta mis manos, tomándolas con fuerza. Aquel contacto con sus manos, con la tela de mi pillama y el contacto de sus dedos en mi piel, logró hacer que sintira los pelos de punta.

— Por el tema del que hablo el viejito metiche del uber... — Apretó mis manos

— Don Sergio.. — Corregí su comentario con una sonrisa burlona y el soltó una risita ante eso.

— Si ese don.— Bufo divertido — La verdad si planeo pedirlo, sabes...pero. Esto apenas empezó, vivimos muy lejos, casi doce horas de diferencia. — Senti una pulsada en mi pecho — Pero, el hecho de lo que nos separa, quiero que esto funcione cueste lo que cueste. Solo vallamos lento, no quiero ser muy impulsivo con mis sentimientos..ante lo que paso hace dos años...solo deseo mantener mis impulsos controlados, por el momento.— Dijo con jna sonrisa y sentí una pulsada en mi pecho. mis mejillas ardían en fuego.

   𝐔𝐍 𝐂𝐇𝐈𝐂𝐎 𝐃𝐄 𝐋𝐄𝐍𝐓𝐄𝐒 | AldoGeo•  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora