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DRAGONSTONE.

—No puedes dejar que Jace nos acompañe — mire a mi madre con los brazos cruzados atrás de mí espalda.

—Y me dices eso ¿por? — ella me miró desde su asiento suspirando.

—¿En serio quieres saber el por qué? — alce una ceja mientras caminaba por la sala con los brazos atrás de mí espalda aún.

Vi como madre volvía a suspirar asintiendo —¿Enviaste el cuervo a Riverlands? —pregunto.

—Si. Fueron rápidos en contestar estarán encantados de recibir a alguien más.

El viaje que nos iba a transportar hacia el nuevo lugar seguro se había atrasado un poco debido a los eventos que había sucedido en los últimos días, lo cual había dado tiempo para mandar un cuervo a Riverlands y pedir asilo para una persona más.

—Lo mejor será que no viaje con nosotros, con Maeryx será suficiente custodiando el barco, no sería prudente arriesgar tantas vidas — empecé siendo cautelosa.

—¿Si sabes que no vas a volar, verdad? — la mire con una mueca de pesar — Iras en el barco con tus hermanos, Aerys, no puedo permitir que viajes en dragón con lo débil que te encuentras.

—¿No podemos negociarlo?

—No, Aerys, sabes perfectamente que no dejare que vueles en esas condiciones.

Suspire frustrada y salí de la habitación dando un portazo, la servidumbre se movía de un lado a otro, cuando Champiñon el bufón llegó al lado mío.

—Dichosos los ojos que la ven, mi princesa Aerys — solté una risa viendo al bufón.

—¿Qué me cuentas de nuevo, Hongo? — vi como fruncia su boca ante el apodo.

—Han llegado rumores de King's Landing, princesa...

—Prosigue.

—La gente se muere de hambre, y pelea por trozos de carne en el mercado — detuve mi caminar de golpe mirando al hombrecillo.

—¿Qué más, Champiñon? ¿Qué más has escuchado?

—Qué mientras la plebe pelea por un trozo de pan, en el palacio se llevan a cabo grandes festines...— le dedique una mirada indicándole que prosiguiera — Se dice que el nuevo príncipe regente a mandado a pedir 10 mujeres para su propio placer.

Auch...

—Gracias por la información, Hongo, la comentaré con la reina. — el hombrecillo hizo una reverencia y se alejo corriendo.

Me quede un momento en mi lugar pensando en que hacer, una idea me hizo saltar en mi lugar y regrese hasta la habitación de mi madre, ni siquiera me moleste en tocar, entre corriendo encontrándola en la mesa llena se pergaminos, Rhaenyra me miró con una ceja alzada indicándome que me acercara a ella.

Me tire al suelo justo por sus pies recostando mi cabeza en su regazo sintiendo sus caricias en mi cabello, y la escuchaba taradear de vez en cuando.

—¿Tenías algo que decirme? — hablo luego de un rato. Asentí.

—En Desembarco las gente se está muriendo de hambre, y Aemond... —casi escupí su nombre haciendo reír a mi madre — A mandado a cerrar las puertas, no quiere que nadie salga.

—¿Qué quieres qué haga? — escuche la duda en voz.

—El gusano blanco — senti como todo su cuerpo se tensaba —, te la vives con ella últimamente, tiene infiltrados en toda la Fortaleza, y en todo el pueblo.

Fire and Blood - Benjicot Blackwood.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora