Esclavos | En Emisión

Capitulo 59 | La Carta

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Una única vela iluminaba la oscura habitación que solo era llenada por el sonido leve de la pluma chocando con el papel al escribir palabras en el sin parar, esta la única oportunidad que tenia de despedirse de personas que fueron tan preciadas para ella con la esperanza de que su mensaje llegara.

—Esta es para Historia —dijo Ymir separando el par de hojas después de releerla antes a Reiner—Necesito más papel para escribir la de Rayzel, solo me queda una hoja

—¿Realmente le escribirás una carta a ella? No creo que después de lo que paso ella quiera leerla o incluso que siga con vida estas alturas —dijo Reiner arqueando la ceja mientras doblaba las hojas de la carta de Historia—

—Realmente eres muy molesto, tu solo tráeme más ¿Ok? —dijo Ymir con hastió— No te metas en esto, ya bastante tengo con que me tengas que vigilar

—Estas siendo muy valiente o muy estúpida —dijo Reiner alejándose un poco de ella mientras aun sostenía la carta de Historia en su mano para tomar otro par de hojas de papel que había en un mueble cercano para dárselas a Ymir—Tomando en cuenta la situación en la que estas

Ymir solo se rio amargamente antes de arrebatar las hojas vacías de la mano de Reiner para ponerlas contra el escritorio y tomar nuevamente la pluma con toda la intensión de comenzar a escribir, pero su mano no se movió hasta que cerró los ojos.

¿Vas a venir con nosotras?

Su pregunta aun la acosaba constantemente, el ultimo día que las vio aún estaba fresco en su mente, pero esa pregunta nunca le dejo en paz ¿Cómo pudo ella ser tan cruel? ¿Cómo le pudo hacer semejante pregunta? No se lo dijo, pero ella la conocía, sabía lo que le dolía dejarlas atrás...y aun así fue cruel...

Cuídala...por mi

Su ultimo pedido a ella ¿De verdad lo estaría cumpliendo? La duda siempre persistirá en su mente incluso en la muerte, pero fue cuando su mente recordó el pasado...el cómo la conoció y por qué le debía su vida e intento salvarla a cambio.

—FlashBack—

Era solo una niña perdida en el muro Shina, ella recién había despertado de ese largo sueño y había logrado entrar a los muros con mucho esfuerzo y llego lo más lejos que pudo, nunca espero llegar hasta el centro, pero por suerte lo había logrado, aunque sobrevivir en las calles no era tarea fácil pudo arreglarse bien al principio, pero cuando la policía de ese lugar comenzaron a perseguirla pensó que terminaría en la cárcel, esa noche habían encontrado su escondite.

—¡Ya te tenemos por fin pequeña ladrona! —dijo uno de los hombres apuntando su arma directamente hacia ella—

—¡No te muevas! —le dijo el otro apuntando igualmente su arma—

Ymir solo cerro sus ojos y con ambas manos en su espalda tomo el cuchillo con fuerza con toda la intensión de cortarse la mano para transformarse y salvar su vida, una decisión muy estúpida pero en medio de toda esa adrenalina no encontraba otra solución, solo cerro los ojos con fuerza y cuando ya se estaba cortando la palma un grito ahogado llego a sus oídos haciéndole abrir los ojos de golpe para ver que uno de los hombres que le apuntaba fue atravesado por el filo de lo que parecía una espada justo en el pecho antes de que este fuera retirado con rapidez y que la garganta del otro fuera cortada con la misma rapidez para evitar que ellos dieran la alerta.

—¿Q-que...? —fue lo único que el hombre atravesado en el pecho pudo decir antes de caer al suelo junto a su compañero—

La sangre macho el piso y alzándose con la luz nocturna proyectando su figura como si fuera la más grande de todas, los ojos de Ymir vieron que la dueña de esa sombra era de lo que parecía ser una niña más pequeña que ella, no podía decir su edad exacta, pero tenía que ser un par de años más joven que se giró para mirarla.