Capitulo 62 | Afuera

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La suave llama de su antorcha iluminaba su camino, cada escalón que bajaba para llegar a lo más profundo de esa torre sentía como si la estuviera recorriendo por primera vez, aunque en el tiempo que había pasado el camino no podía ser más conocido y la atmosfera menos vivida ya que el olor que le picaba en la nariz era el mismo...el olor a la muerte.

¡Kesīr iksis beloved muña...Zbaghets'nelu se sīglie dīnagon hen aōha bōsa dinastia bona kessa sir gūrogon udrāzma hen zirȳla clan...Se tala hen Elicia se t'vorrnuhin hen Nahur...Rayzel!

—«"Aquí esta amada madre...ocupando el séptimo lugar de su larga dinastía de la que ahora tomara el mando de su clan...la hija de Elicia y la nieta de Nahur...Rayzel"»—pensó Rayzel aun escuchando las voces que gritaban esas palabras dentro de su cabeza—

Regresar de Shinganshina después de lo que le ocurrió fue solo el comienzo de lo que sería un largo camino en su nuevo deber ahora que estaba completa. Las ropas blancas que le fueron puestas en su cuerpo para presentarse ante su gente que la observaban atentamente, esperando que cometiera el error que nunca llego porque la ceremonia de su ascensión como líder de su clan fue tal y como se había previsto...perfecta.

Bisa iksis aōha lentor, bisa issi aōha mardik...bisa iksis aōha gaomilaksir

—«"Este es tu pueblo, esta es tu gente...este es tu deber"»

Cada paso que descendía se sentía más pesado que el anterior, la atmosfera era más pesada mientras que su cabeza no dejaba de reproducir el dolor de sus palmas al ser cortadas frente a todos y su sangre prendida en llamas para demostrar la veracidad de su linaje para que no hubiera duda alguna de que ella merecía su puesto por sangre...cada mirada reflejada en el rostro de todos fue suficiente para sentir que al final todo valió la pena porque logro transmitir lo que ha transmitido su familia en toda su historia...esperanza.

La esperanza de por fin tener un guía, la esperanza de que sus historias no serían olvidadas...la esperanza de que la tan anhelada promesa que llevan persiguiendo por tantos años por fin se cumpla tal y como se habían ganado después de siglos de sufrimiento.

Īlē amen inch' se rȳ keskydoso jēda daorun...Walls iksin aōha brōzi Se ao metsarvats ziry hae ziry petk' e sagon isse se laesi hen koghmnaki andzink'

—« "Lo fuiste todo y a la vez nada...Walls fue tu nombre y lo honraste como se debe ante los ojos de los forasteros"...Ha, es increíble que algo asi terminaría siendo tan importante» —pensó Rayzel riéndose para sí misma sin detener ni un segundo su camino—

Su gente no tenía apellidos, eso no existía porque según su cultura todos eran una familia unida no solo por la sangre sino tambien por el amor y los lazos de hermandad que se formaron desde los inicios de su existencia, llamar a alguien con la palabra "Walls" después de su nombre no era más que nombrar un título que se daba cuando uno de sus miembros dejaba cualquier atadura, menos la del deber, atrás y se convertía en un escudo para proteger a su pueblo, personas que lo arriesgaban todo y daban sus vidas por un futuro mejor...usar el "Walls" para tener un apellido al que recurrir cuando se unió al ejército así como muchos otros era solo un medio para protegerse pero al mismo tiempo tener algo que siempre les recordaría de dónde vienen.

—«Espero que no estes decepcionada de mi por eso...madre» —pensó Rayel dejando que su rostro abandonara su sonrisa—

Llevo su mano libre al mango de una de sus espadas cortas que estaban atadas a su cintura y reforzadas en su pierna para que se mantuviera en la misma posición, lista para ser sacadas en cualquier momento, pero en esta única ocasión solo eran un recordatorio constante de un amor que nunca espero sentir en su vida...el de su madre.

Esclavos | En EmisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora