Capitulo 30 | Cegador Negro

120 16 0
                                    

────────────────────────────────────

A las afueras de la casa había varios cadáveres tirados en el césped frio, todos con un corte recto en la garganta de forma horizontal para evitar dar una alerta a los alrededores pero que al mismo tiempo las victimas fueran muriendo lentamente para que lo único que vieran fueran esas mascaras blancas sin expresión alguna.

—›¿Cuántos tenemos? ‹ —pregunto el líder mientras miraba como el resto de se equipo sacaban poco a poco a las personas dentro del granero—

Todos estaban siendo atendido rápidamente con un poco de comida y agua además de atender a los heridos lo mejor posible antes de emprender un duro viaje a uno de los escondites con los que contaban para resguardar a todos los sobrevivientes de su pueblo.

—›Unas 50 personas sin contar las nuevas que estaban llegando, ya han ejecutado a los ancianos e iban a comenzar con los adultos heridos cuando llegamos‹ —explico el segundo al mando—›El cargamento de ahora era más que nada adolescentes que no pasaron el proceso de selección para el muro Shina‹

—›Ya veo...‹—murmuro el líder apretando inconsciente los puños al ver a mujeres y hombres de no mas de 15 años siendo atendidos—›Al menos ellos corrieron con un poco de suerte pero aún hay que salvar a los que están en Shina y esa misión será aún más complicada ¿Tenemos alguna noticia del informante? ‹

—›Pue-!‹

¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARG!

El grito de dolor y agonía corto la oración del hombre haciendo que todos los presentes se giraran para ver la dirección del origen de semejante grito, venia de la casa donde debería estar el sacerdote a cargo de este campo.

—›¿Qué demonios fue eso? ¿¡No les di la orden de no atacar a los sacerdotes a menos que nos descubrieran!?‹ —exclamo el líder furioso mientras miraba a su grupo—›¿¡Quien falta!?‹

Todos se miraron entre si y se comenzaron a contar entre todos, todos los que tenían que estar ayudando y atendiendo estaban completos por lo que la única opción era que el que tenia que estar vigilando no lo estaba haciendo y estaba dentro de esa casa.

—›Aaron, por eso te dije que era mala idea‹—dijo el segundo al mando mirando a su lider—

El hombre solo chasqueo lo dientes antes de ir rápidamente hacia el interior de la casa para ir por su subordinado rebelde mientras escuchaba los murmullos del resto cada vez alejándose mas, pero todo era más que claro.

¿Es que acaso no puede acatar una simple orden?

¿Qué esperabas de alguien tan sádico? Desde la juventud no cabe duda que no era mas que una fruta podrida

Todos lo que se estuvieron en el ejercito bajo el mando de ese calvo son así, inútiles y sin sentido del honor

›...Mierda‹—murmuro Aaron antes de llegar a la casa y ver que el seguro de la puerta estaba destruido—

Si afinaba el oído lograba escuchar leves jadeos, suplicas y quejidos de dolor que venían desde el interior por lo que trago con dureza y entro a la casa para encontrar los pasillos completamente oscuros, todo era apenas iluminado por una tenue luz que parecía venir del cuarto principal por lo que se acercó poco a poco.

Por favor...no mas...déjame ir...

Escucho la voz de un hombre salir desde la habitación, la puerta estaba semi abierta pero el olor a sangre fresca, así como su leve goteo eran una constante al mismo tiempo que se escuchaban las suplicas y los quejidos por lo que se acerco lentamente para abrir la puerta y ver justo a la persona que esperaba mas no estaba preparado para el escenario que tendría delante.

Esclavos | En EmisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora