—Así que... ¿hablaste con tu hermano?
La gran pregunta es puesta en frente de ambos. Shoto revolvió el trozo de pastel de su merienda con el tenedor de la misma manera que lo hacía dentro de su boca, lento y pensativo. Decirle la verdad a Izuku a veces era más difícil que no decirla, es por eso que Shoto se encuentra ahora mismo rodeando la respuesta y esquivando ciertos temas.
Algo así.
—¿Eso es un si o...?
Shoto pestañeó y sus ojos evitaron los ajenos. Miró el bolso detrás de la cama de Izuku, asomándose y cerrado con mucha presión. Esa tarde, luego de la escuela, Shoto visitó a Izuku y lo ayudó a preparar el bolso para el campamento que le esperaba en la mañana. Shoto había sudado por tanto presionar ese bolso mientras Izuku batalló por cerrarlo. De momento no se acercaban, temiendo que una mísera respiración cerca del bolso haga estallar el cierre. Incluso teniendo su ropa un poco pegajosa y los cabellos de su nuca húmedos, Shoto no se arrepiente de haber ayudado a Izuku. Sentía que necesitaba pasar tiempo con él luego de haber perdido media mañana, pues se había quedado dormido después de mucho tiempo.
Le dije que teníamos que hablar.
—Bueno... eso está bien. Un poco ambiguo pero... –Midoriya hizo una mueca. La realidad es que Shoto no sabía como decirle a Touya las noticias acerca de su tratamiento.
Su hermano era, en cortas palabras, el mundo de Shoto. Amaba a Natsuo y adoraba a Fuyumi, pero siempre tuvo un aprecio especial por Touya que no podía evitar sentir. Desde pequeños fue su modelo a seguir, cuando el jardín de infantes le pidieron dibujar a un superheroe, Shoto dibujó a su hermano. Quizás era porque, incluso si Touya discutía con su padre en la cena, siempre sonreía cuando sus ojos se cruzaban con Shoto. Quizás era porque tocaba la puerta de su habitación por las noches y se quedaba haciendo compañía a Shoto al tener pesadillas. Su hermano tomaba todas las cobijas de la casa y armaba un fuerte entre su cama y las sillas para esconderse con Shoto, quien dormiría profundamente el resto de la noche y no porque el fuerte le dé seguridad, sino porque Touya lo hacía.
Shoto piensa que fue más fácil apoyarse en Touya porque siempre lo impulsó a dar lo mejor de sí mismo. En la escuela, en el baloncesto, en sus relaciones personales. Su familia tenía pilares fuertes, buscarían lo mejor para Shoto. Pero Touya sencillamente lo sabe. Qué es lo adecuado, qué es lo mejor, qué no es recomendable. Y ahora mismo debería ser algo no muy complicado para él de decir, solo recurrir a su hermano como lo hizo siempre.
Bueno, como lo hizo siempre hasta que el accidente sucedió. Una voz en su cabeza le recuerda sus acciones cuando se siente demasiado cómodo con su propia persona. Sí, Shoto recurría a Touya. Pero eso fue antes de haber condicionado su vida y la de toda su familia por su culpa. A menudo piensa cómo es que su hermano tolera su presencia. Se pregunta si no le da rabia ver al causante de llevar esa apariencia, el causante de que su cuerpo esté quemado. El causante de que su madre no esté con ellos nunca más.
Ir y decirle que hay una solución a su problema, a sus cuerdas vocales, a su mudez...
Shoto quiere reír.
¿No era acaso egoísta? Shoto puede recuperar su vida pero Touya tendrá marcas en su piel incluso con una cirugía estética. El mundo siempre fue cruel y Shoto puso una piedra más en el camino de su hermano, una enorme piedra. Una avalancha. La simple idea de contarle su buena noticia le da náuseas. Culpa.
Fue más sencillo con Izuku, luego de llegar tarde y un con la camisa un poco arrugada, dio con Midoriya entre los pasillos. El más bajo parloteaba sin parar, arrastrando a Shoto al invernadero mientras Shinso oía de forma tranquila todos los detalles acerca de las actividades propuestas del campamento. En el segundo que Midoriya tomó aire, Shoto sujeto sus hombros y lo sacudió. La reacción al leer las señas primero fue sorpresa, luego felicidad y finalmente llanto. Al menos así reaccionó Midoriya. Por un segundo Shoto pensó que le había dado una reacción alérgica o que se atragantó con algo, pero no. Su rostro se ponía naturalmente rojo al llorar como un gran tomate. Por otro lado Shinso lo felicitó, fue la primera vez que lo vio sonreír con todos sus dientes y algo cálido se encendió dentro suyo. Quizá no compartía demasiado con Shinso como lo hacía con Izuku, pero podía ver que era un buen chico. Las manos de Shoto temblaron, queriendo hablar más con él pero siempre deteniéndose.
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GRITO SILENCIOSO [𝔹𝔸𝕂𝕌𝕋𝕆𝔻𝕆]
FanfictionShoto se niega a cambiar su vida, creyendo merecer lo que le pasa por una culpa que carcome en su interior. Un muchacho mudo a causa de un accidente trágico y otro que adopta la fama de un bravucón, dos extremos que poco a poco comienzan a entenders...