Poco había durado su felicidad.
Demasiado efímera.
Apenas comenzó el día perdió el bus y tuvo que correr hasta la preparatoria, bajo una inestable lluvia. No vio el pronóstico por lo cual no tenía un jodido paraguas y claramente no podía faltar el desconsiderado auto que pasa a toda velocidad, salpicando el agua llena de suciedad de la calle hacia los peatones. Los demás se cubrieron, claro, pero él no tenía con que más que sus antebrazos y terminó empapado. Así que ingresó a la preparatoria tarde, mojado y sucio. Tuvo que usar la ropa de gimnasia la cual no era más que una simple remera blanca de mangas cortas y un pantalón deportivo gris, más delgado que la paciencia de su profesor Aizawa. Por esto era que odiaba el clima frío, Shoto podía sentir su cuerpo retorcerse en busca de calidez a cada minutos. Sus compañeros llevaban abrigos bajos sus trajes y poleras abrigadas, las muchachas medias largas gruesas rodeando sus piernas. Shoto no recuerda cuando fue la última vez que compro ropa, el dinero no era un problema para su familia. Nunca. Simplemente no puede encontrar una memoria de él yendo a buscar ropa que le guste, o a cualquier lado. Shoto alejó el escozor de sus ojos pero podía sentir una ligera capa de lágrimas en la esquina, suspiró tembloroso. Su madre siempre elegía sus atuendos, el estilista le tomaba las medidas y Shoto solía reír cuando la mujer le advertía que deje de crecer cada mes. Pero su madre no estaba, nadie volvió a llamar al estilista y Shoto no se movió de otra ruta que no sea de su casa a la escuela. La idea de ir a comprar ropa no solo implicaba salir de casa, sino tambien probarse y Shoto está harto de los espejos. Miró sus brazos desnudos, la piel pálida erizada. Las sudaderas suelen quedarle grandes desde que dejó de tener un buen físico pero eran cortas en las mangas. Unos dos dedos. Siempre podía ver las venas verdes y azules en su muñeca como delgados caminos.
Shoto se distrajo con eso y dejó el recuerdo de su madre atrás.
Las dos primeras clases terminaron y en el receso aprovechó para ir hasta una de las máquinas expendedoras para comprar algo, sentía el estómago vacío y quejoso. Apenas dobló en el pasillo, se giró como si fuera Flash y corrió en dirección contraria. Poco le importó el drástico giro o la apurada caminata que llamó la atención de los estudiantes que esquivaba. El equipo de baloncesto, o al menos la mayoría, estaba allí peleándose como monos por quien tomaría el último jugo de manzana que quedaba en la máquina. Shoto reconoce sus siluetas como reconocería a famosos jugadores de baloncesto. Awase, Honenuki, Rin y Testu. Shoto solo conoce al último, había estado en la misma clase que él y Monoma el año pasado. El resto llegó este año, junto con una pésima actitud y con un perfil que aparentemente cumplia con los requisitos para estar en el "grupo" de Monoma. Estuvo cerca de ser visto, peligrosamente cerca. Los vería de todas formas en la siguiente clase pero Shoto es fiel creyente de que no había necesidad de adelantar el proceso. Suspiró. Eso era lo malo de las nuevas políticas institucionales que tenía su preparatoria este año. Antes solo estaban divididas las clases A, B y C segun méritos académicos pero ahora los tres cursos estaban mezclados y compartían un par de materias, tales como química, física, matemática avanzada y algunas más según las calificaciones. El ministro de educación lo había llamado un "adelanto de la universidad", Shoto lo llamaba una pérdida de tiempo. Aún faltaba un año para terminar la preparatoria y al estar constantemente mezclados y separados era difícil hacer amigos. Una risa escapó de su boca antes de darse cuenta y se cubrió con la palma de su mano. Shoto no sabe de donde vino esa preocupación, no le gustaba esa política institucional que lo prepararía para el futuro porque no se veía estudiando en la universidad y no le gustaba ninguna carrera hasta el momento. Pero era la primera vez que pensaba en tener amigos. Negó con la cabeza, eso solo le hacía sentir que era un desesperado buscando no estar solo. Duda que su vida académica y social mejore si las cosas fueran como antes. Shoto mordió su lengua, porque la verdad es que todo sería mejor si así fuese.
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GRITO SILENCIOSO [𝔹𝔸𝕂𝕌𝕋𝕆𝔻𝕆]
Fiksi PenggemarShoto se niega a cambiar su vida, creyendo merecer lo que le pasa por una culpa que carcome en su interior. Un muchacho mudo a causa de un accidente trágico y otro que adopta la fama de un bravucón, dos extremos que poco a poco comienzan a entenders...