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Con un amanecer optimista, Gulf despierta. Un brazo fornido lo sostiene de la cintura y lo adhiere al pecho de su acompañante. La cálidez del abrazo no se compara con la del sol en su rostro. El fogaje corporal sonroja al moreno, pero debe ir a trabajar, entonces remueve la mano cuidadoso de no despertarlo. Va al baño de puntillas y se lava el rostro.  —Ojalá me dé tiempo de hacer el desayuno. — Gulf desea, dividiendo sus tareas. Se ducha, se lava los dientes y se viste. Tras preparar el desayuno va directo al trabajo. En el camino llama a su mejor amigo, pero no lo consigue. Al principio le parece extraño, pero aún es temprano, es posible que esté durmiendo.

En el trabajo, documentando algunas cosas, ve a Chávez pasar de él sin saludarlo. Gulf es quién lo llama y le pregunta cómo estuvo el recital de su hija. Al ver el hinchazón morado en su nariz se preocupa. —¡Oh por Dios! ¿Qué le pasó?

—Fuimos a comer todos y un tipo disfrazado de panda lo golpeó por simple gusto. — Daisy informa sin autorización. Chávez le hacía muecas para que parara, pero tan pronto como Gulf voltea a verlo, baja la cabeza.

—Entonces usted fue a la cena en equipo. — Gulf murmura, reduciendo su sonrisa.

—Gulf, lo siento. Debí decirte–

—No. No se preocupe.

—¿De verdad estás bien con eso?

—Sí. Porque usted es un mentiroso lo que significa que puede hacer todas las tareas que recibe.

Gulf siente a los demás empleados recitar plegarias tras una mano.

—Gulf, no seas así por favor–

—Espere, tiene algo en la nariz.

—¿Qué? ¿En serio?

Gulf le mete un puño que hace respingar a todos incluyéndose así mismo. Él se tira de rodillas para revisarlo. —¡Ay perdón! Es que tenía un mosquito en la cara. — Miente mientras que Chávez cuenta pajaritos con sangre en las fosas nasales.

—¡Enjuiciador Blue! — Llama Daisy, atrayendo la atención del jóven. Ambos hermanos comparten una larga y tendida mirada. Blue se apresura en llegar a ellos para dejar caer su maleta en el rostro de Chávez y arrodillarse para revisarlo. Chávez volvió a chillar de la agonía, pero sigue contando pajaritos.

—Ay perdón. Me alteré.— Blue se excusa y ambos hermanos se dedican sonrisas labiales. ‘Gracias’ Gulf mímica mientras que Blue sólo se encoge de hombros.
—¿Alguien puede llevarlo a Emergencias? — Gulf pregunta.

—¡Yo! ¡Yo puedo! — Con el ofrecimiento de Daisy ambos hermanos la ayudan a llevarlo al auto.

Una vez regresan a la oficina, Blue le hace un cumplido a Gulf. ‘Así se hace, hermano. ’  Luego se va. El moreno sonríe orgulloso de sí mismo. Él regresa al escritorio y le escribe lo sucedido a su mejor amigo.
Sin embargo, su mejor amigo no se asoma.
¿De verdad estaba bien?

Recibe un mensaje de texto de Mew y él entra.

Mew: Gracias por el desayuno. Lo disfruté. Oye, se me ocurrió algo divertido para esta noche. ¿Te apuntas?

Mew: No es nada sexual. Lo prometo.

Gulf: Sí. Me gustaría.

Salió del chat para llamar a Korn, pero el mensaje fue directo a buzón de voz. El nudo en su estómago incrementó y la duda allanó su corazón. Son las señales de un mal presagio, o lo que se siente como uno.

Después del trabajo fue al apartamento de Korn, pero tampoco estaba ahí. Fue al anterior trabajo de Korn y nada. Su mejor amigo no se encontraba en ningún lado. ¿A dónde había ido Korn? ¿En qué momento desapareció?

Un Caballero Rudo» MewGulf 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora