La habitación se enfría con la tensión de todos. —Esta señora sí sabe cosas. — Korn susurra dramático. —Señora, cuando sea viejito, ¿Tendré a alguien que me cuide o viviré sólo con siete gatitos?
—Korn, aunque comparto la duda, concéntrate. — Gulf sisea entre dientes.
—Ay, sí, perdón. — Korn se cubre la boquita con una mano y los cuatro contemplan a la señora. El pelilargo acaricia el área de su corazón. —¿Dice que duermo con el enemigo? ¿El mismo enemigo que quiere lastimar a todos mis amigos?
—Son cincuenta dólares.
—Bruja altanera. — Acusa Korn.
—¡KORN! — Gritan todos y él protege a su mejor amigo detrás de un brazo para pagar en lugar de Gulf. —Guarda tu dinero para Mew, amigo.
—Ay, Korn. — Gulf se apena.
—Bien. Siéntate y dame la mano, cariño.
Mew obedece y entrega su mano. La señora traza las líneas de la palma con sus dedos, dibujando círculos invisibles. Ella tiembla con escalofríos y exhala una nube fría. —La oscuridad reside en ti. Has pasado por mucho dolor. — Ella agoniza antes de seguir leyendo. —No quieres que hable de ello... así que no lo haré. — Mew mira a sus amigos sobre un hombro, incomódo de que sepan que ha atravesado por tanto y aún así no se lo cuente a nadie. Ni siquiera a ellos. Pero ellos, aunque curiosos, respetan esa decisión. Porque cada uno guarda un dolor como secreto.
—¡Ahí está! Es tosco, mixto y extremadamente guapo. Un patán sin lugar a dudas. Intentó herir a tus amigos. Frecuenta el club al que solías ir. Hacen días que no vas.
Gulf se sonroja y Korn aún más. —Quizás sea por ti, Gulf. — El rubio susurra, pero el moreno no quiere ilusionarse entonces se limita a sonreír.
Mew intenta recordar quién es la persona que la señora menciona. No pensó haber conocido al atacante de todos. Pero si lo que dice es cierto, debe ir al club a revisar. —No puedo decirte más, pero espero que lo encuentren. Por la seguridad de todos.
—Gracias, señora. ¡Nos ayudaremos para encontrarlo! ¿Verdad, chicos?— Korn pregunta. Feliz de tener respuestas. Todos sonríen con él y le agradecen a la señora. La señora carcajea un poco.
—Ustedes me recuerdan a unas amigas que tenía en el pasado. Éramos inseparables. — Mira una foto enmarcada detrás de ella. Una foto de los 80 's en la que ella posaba junto a sus tres amigas. Era innecesario conocer la historia de esas amigas pues con sólo mirar la foto se sentía el gran amor de todas. Un amor similar al de Korn y su mejor amigo. El rubio pregunta cauteloso, —¿Aún tiene a sus amigas, señoras?
—Espero unirme a ellas pronto. Ustedes cuídense y no dejen morir su amistad.
El rubio sonríe con ternura. —Seguro la están esperando, señora. Y han de estar orgullosas de usted por usar su don para ayudar a las personas. Gracias, señora.
La mujer queda perpleja por las palabras tan bonitas del extraño y el agradecimiento de todos. Ella los despide con una sonrisa.
Afuera, los chicos hablan sobre el posible atacante sin notar que Gulf se queda atrás. Pensativo. La descripción de la señora concuerda con el grosero del club, ¡el que lo atendió antes de que Korn 'lo dejará' solo! Ahoga un grito, llamando la atención de los chicos quiénes miran el espacio entre ellos preguntándose en qué momento perdieron al moreno.
—¡Korn! ¿Recuerdas al tipo con el que me dejaste solo? ¿El del club?
—¡Ese patán! Claro que lo recuerdo. Luego que saliste del club le pegué en las bolas– ay santa cachucha, le pegué en las bolas. ¡¿Será por eso que nos quiere secuestrar a ti y a mí?!
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Un Caballero Rudo» MewGulf 🔞
RomanceGulf Wright es demasiado caritativo y por ello muchos abusan de su generosidad. Especialmente en el trabajo. Nunca tiene el control de nada, tanto de sí mismo como de su entorno. Hasta que un día su amigo lo lleva a un club de sadomasoquismo, dónde...