La cena de esa noche fue... interesante.
Había una mezcla peculiar de tensión, rivalidad y hostilidad en las interacciones de estas personas, nada que ver con el funcionamiento de una familia normal, pero al mismo tiempo, todos eran claramente más cercanos de lo que serían los primos promedio.
Chenle observó la extraña dinámica familiar, fingiendo estar absorto en la comida, que estaba deliciosa. Siempre le había gustado la cocina italiana, así que agradeció la oportunidad de probar la auténtica comida italiana.
Jinki y Hyukjae, los dos tíos mayores de Jeno, conversaban exclusivamente en italiano e ignoraban por completo a Chenle, lo que sería bastante ofensivo si realmente fuera el novio de Jeno.
Taeyong y Donghyuck, como la generación más joven, eran lo suficientemente educados como para hablar en inglés, aunque a menudo se olvidaban de sí mismos hasta que Jeno les recordaba que debían hablar en inglés; entonces sonreían tímidamente a Chenle y volvían a cambiar al inglés. Resultaba interesante que ambos parecieran respetar inconscientemente a Jeno y escucharle, a pesar de no haberle visto en más de una década. Pero, de nuevo, Lee Jeno tenía el mismo efecto en todos sus empleados, y no era de extrañar que sus primos no fueran diferentes.
Taeyong era el primo más fácil, mientras que Donghyuck era más difícil de leer, pero ninguno parecía capaz de asesinar a su primo. De hecho, parecían sorprendentemente normales, pero de nuevo, era totalmente posible que Chenle estaba dejando que sus ideas preconcebidas sobre la mafia le afectaran, y la vida real no se parecía en nada a las películas de Hollywood.
La cena estaba llegando a su fin cuando se oyeron pasos que se acercaban. Un hombre entró en el comedor y todas las conversaciones se detuvieron.
—¡Jisung! —exclamó Hyukjae antes de decir algo en italiano. Chenle miró al recién llegado con curiosidad. Así que éste era el infame Jisung.
La fotografía no le hacía justicia. Era un hombre alto, su camisa de vestir azul claro abrazaba sus anchos hombros y su musculoso torso. Sus rasgos eran un poco demasiado afilados y angulosos para ser tradicionalmente guapo, como los de un depredador, pero era un hombre sorprendentemente llamativo. Su pelo negro era espeso y abundante, peinado hacia atrás de una forma que sólo las estrellas de cine de Hollywood parecían conseguir, pero este hombre podía conseguir ese aspecto sin esfuerzo. Su atractivo era innegable, incluso Chenle podía verlo. Jisung no era más guapo que sus primos —Jeno y Donghyuck eran más convencionales—, pero había algo en este hombre que atraía la atención, algo intangible.
Chenle se movió un poco en su asiento, lo que pareció atraer la atención del hombre hacia él. Sus ojos grises le recorrieron impasibles antes de dirigirse a Jeno, a la derecha de Chenle. Un matiz de emoción apareció en ellos por un momento. —Jeno, —dijo, su voz carente de todo sentimiento.
—Jisung, —dijo Jeno, igualmente reservado. Su mano tocó el brazo de Chenle—. Este es Huang Renjun, mi compañero.
Chenle se limitó a saludar con la cabeza, ya que Jeno tampoco se molestaba en levantarse.
Si Jisung reconocía que no era realmente Renjun, nada lo delataba. —Un placer. —dijo, con voz suave y baja. Se sentó en el asiento vacío frente a Chenle y una camarera empezó a servirle.
Reinaba el silencio. Había una extraña especie de peso en el aire, algo expectante, casi receloso.
Sólo Jisung parecía inmune a la tensión, comiendo tranquilamente. No era ajeno a ella; en absoluto. Este hombre era perfectamente consciente de la incomodidad en la habitación. Lo estaba disfrutando, se dio cuenta Chenle después de un momento.
