[Nombre] una joven envuelta en la guerra busca encontrar su propósito, mientras intenta salvar a su mejor amigo de perderse en su búsqueda por Venganza. Tendrá que pasar por distintos obstáculos para poder encontrar su felicidad y vivir para ella y...
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Carta, tras carta, tras carta. Todas con el mismo contenido dentro de ellas. Ninguna con el contenido que la joven quería leer. Después de tres años de buscar por todo el país, la búsqueda por Thorfinn Thorrson había sido totalmente nula. Tanto que la joven había comenzado a perder la esperanza. ¿Acaso había la posibilidad de que Thorfinn aún estuviera vivo? ¿Y si el chico había muerto el mismo día que se separaron? ¿Y si simplemente no quería ser encontrado? La chica dudaba de cuál era la verdad. Aún así quería un cierre. Incluso si eso significaba que se parara enfrente de una tumba con su nombre.
¿Irte? —un hombre preguntó. Incluso después de todos estos años la chica no recordaba cuál era— ¿ir a donde?
Tu sabes la respuesta a eso, —respondió en un tono calmado— sabes perfectamente que mi estadía en ese lugar no era permanente.
[Nombre], y tu sabes perfectamente que este grupo de mercenarios no funciona sin ti aquí —el hombre dijo— si te vas, significa la muerte para nosotros.
Entonces que así sea. —dijo, dándose la vuelta lista para irse.
Sin embargo, la chica que atendía sus heridas se encontraba bloqueando la puerta de aquel lugar. Detrás de ella había dos hombres más.
La chica dejó salir una pequeña carcajada— ¿qué significa esto? ¿Acaso no se dan cuenta que se están atravesando en el camino de una comandante del Rey?
Por favor, le suplicamos, sin usted, nosotros no somos nada —la chica suplicó.
La joven se mantuvo en silencio por un largo tiempo. El único ruido era el de sus respiraciones y nada más. Trataba de pensar en alguna resolución sin derramar una gota de sangre de sus compañeros. Llevo un brazo al mango de su espada, y la dejo ahí hasta que soltó un suspiro. Esperaba que lo que iba a decir funcionara.
Está bien —los hombres a su alrededor se sorprendieron por aquella respuesta. Mientras que la chica ‐Bodil- sonreía de oreja a oreja. Creyendo cada palabra— aun así, necesito reportarme con el rey.
Los hombres asintieron moviéndose a un lado y dejándola pasar. Salió de aquel lugar y caminó hasta llegar a la cubierta del barco. Miro como el barco llegaba al puerto de Gainsborough, su Halcón volando en la distancia y preparándose para aterrizar cuando ella lo hiciera.
Bodil la alcanzó cuando el barco llegó al puerto. Y sin decir alguna palabra comenzó a caminar a su lado. Caminaron por las calles de Gainsborough sin decir algo. Al llegar a la residencia del rey, los guardias las detuvieron.
¡alto ahí! —los dos guardias cruzaron sus lanzas enfrente de las dos jóvenes— solo aquellos con el permiso del rey o de sus comandantes pueden pasar.
Estoy de suerte —[nombre] dijo sonriendo, aunque no había humor en sus ojos— estoy segura que han escuchado de [Nombre] Gjorddottir “skjaldmær”.
