Capitulo 14

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—¿Estas segura?

—Si.

—¿100%?

—Sí.

—¿Absoluta y completamente segura?

—Cuando recupere mi energía, te juro que te mandare a volar desde la altura de la torre Griffyndor.

—Vamos señorita paciencia, aún me sorprende como estes caminando, no tienes energía para mover las piernas.

—Ja, lo dice él que apenas camina.

—No estaría cojeando si cierta MALFOY no me hubiera lanzado.

—¡Pues no estarías cojeando, si no hubieras enviado esa maldita carta!

—¡Oigan ustedes dos! —Se escuchó decir a la profesora Mcgonagall, que iba mucho más adelante—. ¿Quieren apresurarse y llegar de una vez?

—Profesora no sea insensible, va un cojo y una chica sin energías a duras penas caminando.

—Ambos están en esas condiciones porque quisieron, por eso no los llevé con Madame Pomfrey, así que rápido los dos, y afronten sus consecuencias como chicos de quinto año.

El Weasley no había visto a la chica durante una semana, además que en aquel tiempo había tenido que soportar a Alicia que en el último momento decidió quedarse.

Obviamente no la pasó mal con la compañía de su inseparable gemelo y su mejor amigo Lee, pero extrañaba molestar a alguien que se alterara, y no que se riera coqueta como lo hacía la Spinnet.

Y este momento era perfecto, es como si todos los planetas se hubieran alineado para que George pudiera molestar a la Malfoy sin peligro alguno.

La chica luchaba por caminar sola, estaba agotada de tanto correr y lanzar hechizos, pero sin duda no iba a dejarse ayudar.

El Weasley la miraba con una sonrisa, y buscaba de cualquier manera que ella rogara de su ayuda, aunque sabía que de nada serviría.

Aun así, todos sabemos que los Griffyndor no se rinden tan fácilmente.

—Así no llegarás a la oficina.

—Me da igual.

—No quiero ir solo, vamos rápido.

La Malfoy le dirigió una mirada de odio.

—Iré al paso que yo quiera, nadie te pide que me esperes.

El pelirrojo le echó una última mirada para comprobar que el estado de la chica no le permitiría lanzar otro encantamiento y se acercó.

—Ya te dije que no quiero llegar solo a la oficina de la profesora Mcgonagall, así que no me dejas más opciones.

—¿Opciones? No hay más opción que dejar... ¡Weasley que hac-

Y derepente ____ se sintió en el aire, o más bien la levantaron del suelo, solo que no estaba volando, estaba...

—¡Bajame ahora o te juro que lo lamentarás!

—¡Quédate quieta mujer, te vas a caer!

—¡No me importa partirme la cabeza, bajame de tus brazos ahora ya! ¡Hazlo antes que nos vea alguien!

—Vaya ¿Estas preocupado por lo que dicen los demás?

—¡WEASLEY TE ODIO, DE VERDAD TE ODIO!

Pero el chico no le hizo caso, siguió caminando con la chica en sus brazos, a pesar que tuvo que luchar bastante para no dejarla caer.

Rude|| George Weasley Donde viven las historias. Descúbrelo ahora