Maullidos que hablan🐾 ┆RuiKasa ┆

.·:*¨ Un Latido en la Oscuridad ¨*:·.

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El tiempo había pasado y la rutina se había establecido. Tsukasa y Rui llevaban casi un año viviendo juntos, y aunque el amor que sentían el uno por el otro era evidente en cada mirada y gesto, ninguno de los dos se había atrevido a dar el paso final y expresar lo que realmente sentían. La amistad que habían cultivado se mantenía sólida, pero ambos sabían que había algo más profundo.

A medida que pasaban los días, la tensión romántica entre ellos se volvía más notable. Sus conversaciones estaban llenas de matices y miradas llenas de significado, pero nunca se atrevían a hablar directamente sobre sus sentimientos. Los momentos de cercanía y los gestos suaves solo intensificaban el deseo de confesarse, pero el miedo a arruinar lo que ya tenían los mantenía en silencio.

Un día, después de una larga tarde de actividades y charlas casuales, Tsukasa no pudo soportar más la carga emocional que llevaba consigo. Había estado pensando en sus sentimientos durante semanas, y estaba decidido a finalmente enfrentar sus emociones. Se sentó en el sofá junto a Rui, tratando de parecer casual, pero la inquietud era evidente en su rostro.

—Rui, hay algo de lo que quiero hablar contigo —dijo Tsukasa, intentando sonar natural.

Rui lo miró con curiosidad, dándose cuenta de que algo importante estaba a punto de suceder.

—Claro, Tsukasa. ¿De qué se trata? —preguntó Rui, inclinándose ligeramente hacia adelante.

Tsukasa respiró hondo, sintiendo el nudo en su estómago. La ansiedad y la esperanza se mezclaban en su interior. Se dio cuenta de que no podía seguir posponiendo lo que necesitaba decir, así que reunió todo su valor y se lanzó.

—Ruiyocreoqueestoyenamoradodeti —dijo Tsukasa de un tirón, hablando tan rápido que las palabras se mezclaron en una sola frase.

Rui se quedó en silencio por un momento, su mente intentando procesar lo que acababa de escuchar. No estaba seguro si había entendido bien, ya que las palabras se mezclaron y solo enredaron mas a Rui.

—¿Cómo? —preguntó Rui, frunciendo el ceño, tratando de aclarar lo que Tsukasa había dicho.

Tsukasa, sintiéndose aún más nervioso por la falta de comprensión de Rui, se cubrió la cara con las manos, tratando de ocultar su sonrojo. Su voz salió entrecortada, llena de vergüenza.

—Uh... no lo volveré a decir —murmuró Tsukasa, avergonzado, su rostro enrojecido por la timidez.

Rui lo miró con una mezcla de preocupación y confusión.

—Realmente no entendí, Tsukasa ¿Por qué no lo volverás a decir? —preguntó Rui, inclinándose hacia adelante, tratando de captar el significado de las palabras que Tsukasa había intentado expresar.

Tsukasa bajó lentamente las manos de su rostro, su mirada fija en el suelo mientras trataba de reunir el valor para hablar de nuevo. La ansiedad y la incertidumbre se reflejaban en sus ojos, pero la desesperación por hacer que Rui entendiera sus sentimientos lo impulsaba a intentarlo una vez más.

—Rui —dijo Tsukasa, levantando la vista para mirar a Rui con una sinceridad desarmante—. Lo que quise decir es que creo que estoy enamorado de ti. Me costó mucho decirlo y, al parecer, no pude hacerlo de la mejor manera. No quería que te sintieras confundido o incómodo.

Rui, al escuchar finalmente las palabras claramente, sintió una oleada de emoción. El entendimiento y la claridad lo invadieron, y una sonrisa se dibujó en su rostro.

—Tsukasa —dijo Rui, acercándose a él con ternura—. No te preocupes por la forma en que lo dijiste. Ahora entiendo lo que querías decir, y me alegra escuchar tus sentimientos.

Tsukasa, al ver la sonrisa de Rui y sentir el alivio de la comprensión, comenzó a relajarse. La tensión en su cuerpo se desvaneció lentamente, reemplazada por una sensación de felicidad.

—¿Entonces... tú también sientes lo mismo? —preguntó Tsukasa, con nerviosismo en su voz.

Rui asintió, sus ojos brillando con una ternura sincera.

—Sí, Tsukasa —respondió Rui—. También he estado sintiendo lo mismo, pero no sabía cómo decírtelo. Ahora que lo has dicho, me siento aliviado y emocionado.

El rostro de Tsukasa se iluminó con una sonrisa de pura felicidad.

Tsukasa y Rui, después de compartir ese momento, se miraron a los ojos con una intensidad que parecía llenar la habitación. La emoción en el aire era palpable, y ambos sabían que este era el momento perfecto para expresar sus sentimientos de una manera más tangible.

Sin pensarlo más, Tsukasa se inclinó hacia Rui, sus labios rozando los de él en un beso suave y cauteloso. El contacto fue tan delicado y lleno de ternura que parecía como si el tiempo se detuviera. Rui respondió al beso con la misma delicadeza, sus manos encontrando el lugar adecuado para descansar sobre el rostro de Tsukasa, profundizando el contacto.

El beso se volvió más intenso a medida que sus sentimientos se entrelazaban, convirtiéndose en una expresión de todo lo que no habían podido decir con palabras. Era un beso lleno de pasión, de amor no dicho, de esperanza y de promesas. Tsukasa envolvió sus brazos alrededor de Rui, atrayéndolo más cerca, mientras Rui se aferraba a Tsukasa con la misma intensidad.

Pero entonces, una extraña sensación se apoderó de ellos. Un escalofrío recorrió sus cuerpos, como si algo invisible los estuviera separando. De repente, Tsukasa se apartó, su expresión cambiando de la felicidad a la confusión.

—¿Qué...? —preguntó Tsukasa, mirando alrededor de la habitación, tratando de entender lo que había ocurrido.

Rui también se apartó, su corazón latiendo con fuerza, y miró a Tsukasa con una mezcla de preocupación y desconcierto.

—¿Qué pasa? —preguntó Rui, su voz temblando ligeramente—. ¿Te sientes bien?

Ambos se miraron en silencio, sin poder explicar lo que acababa de suceder. El beso había sido interrumpido por una sensación inexplicable, como si una barrera invisible hubiera surgido entre ellos. La conexión que habían compartido parecía haberse desvanecido en el aire, dejándolos con una sensación de pérdida y confusión.

—No lo sé —dijo Tsukasa, intentando recuperar su compostura—. Fue como si algo nos separara...

Rui asintió, tratando de procesar lo que acababa de suceder. El ambiente en la habitación se había vuelto denso y extraño, y la intimidad del momento había sido reemplazada por una sensación de incertidumbre.

—Quizás fue solo un momento extraño —sugirió Rui, tratando de calmarse—. No debería dejar que esto nos afecte demasiado.

Tsukasa asintió, aunque sus ojos reflejaban una mezcla de duda y preocupación. Ambos sabían que algo había cambiado en el aire, pero no podían entender qué era ni cómo solucionarlo. Decidieron tomarse un momento para respirar y reflexionar sobre lo que había pasado