Los días siguieron, pero mientras Rui y Tsukasa estaban seprados, los dias parecian una enternidad de sufrimiento físico y emocional para Tsukasa. El dolor en su abdomen y el trauma de los eventos vividos lo mantenían en un estado de angustia constante. La habitación del hospital se convirtió en su mundo, un espacio blanco y estéril que parecía amplificar su soledad.
Los primeros días en el hospital fueron los más difíciles. Tsukasa despertó aturdido y confundido, rodeado por un equipo médico que trabajaba rápidamente para estabilizarlo. Los médicos y enfermeras se movían con eficiencia, pero para Tsukasa, cada movimiento era un recordatorio del dolor y la desesperación que sentía.
El dolor en su abdomen era constante, una punzada que parecía nunca desvanecerse. A cada hora, sentía cómo los vendajes se impregnaban con la sangre que fluía de su herida. Las sesiones de tratamiento eran exhaustivas, los médicos cambiaban los apósitos, limpiaban la herida y administraban medicamentos para el dolor. Aunque los medicamentos aliviaban parte del dolor físico, no podían calmar el lado emocional que lo atormentaba.
Cada día se deslizaba lentamente, marcado por la rutina del hospital. Tsukasa se encontraba tendido en la cama, mirando el techo y tratando de distraerse con libros o la televisión, aunque nada lograba despejar su mente de la preocupación por Rui. El vacío dejado por la ausencia de Rui era abrumador. A menudo se preguntaba cómo estaba su amigo, si estaba sufriendo o si había encontrado alguna forma de escapar de la situación en la que se encontraba.
La habitación del hospital parecía convertirse en una prisión mental. Tsukasa estaba rodeado de pantallas que monitoreaban su estado y el ruido constante de los pasillos del hospital, pero sentía como si estuviera solo en un desierto de dolor. A menudo, sus pensamientos se volvían hacia la noche en que Rui fue llevado, reviviendo los gritos, la desesperación y el dolor de ver a su amigo arrastrado lejos.
A medida que pasaban las semanas, la esperanza de reunirse con Rui se convertía en una fuente de fortaleza para Tsukasa. A pesar del dolor físico y la angustia emocional, el pensamiento de que algún día podrían estar juntos de nuevo le daba una razón para seguir adelante. La promesa de que no rendirse y hacer todo lo posible para buscar a Rui se convertía en una luz de esperanza en medio de la oscuridad.
Los días que pasaron sin Rui fueron de dolor intenso, desesperanza y la esperanza de una futura reunión. Tsukasa vivía en la delgada línea entre la desesperación y la esperanza, tratando de mantener su fortaleza mientras esperaba noticias.
El reloj marcaba la medianoche, y el hospital estaba en un silencio inquietante. Tsukasa, aún acostado en su cama, intentaba descansar. Sin embargo, el sueño evitaba a su mente perturbada por la angustia de no saber qué había sido de Rui. Había pasado semanas angustiosas, y aunque su recuperación física estaba casi completa, su mente estaba asediada por la preocupación.
A medida que Tsukasa cerraba los ojos, el sueño llegó como una neblina oscura. En el profundo abismo de su subconsciente, la realidad comenzó a distorsionarse, dando lugar a una pesadilla.
Tsukasa se encontraba de nuevo en el festival, el lugar donde todo había comenzado. La atmósfera festiva estaba reemplazada por una sensación de terror. Las luces brillantes del festival se habían apagado, y un cielo oscuro y lleno de nubes cubría el paisaje. Tsukasa buscaba a Rui frenéticamente entre la multitud que huía en caos, pero no lograba encontrarlo.
De repente, el sonido de disparos resonó en el aire, igual que aquella noche. Tsukasa vio a Rui caer al suelo, herido, y su corazón se llenó de desesperación. Tsukasa intentó correr hacia él, pero sus piernas estaban pegadas al suelo, como si estuvieran atrapadas en un lodo espeso. Miraba impotente mientras los científicos se acercaban a Rui, llevándoselo.
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Maullidos que hablan🐾 ┆RuiKasa ┆
FanfictionRui era un gato callejero, pero no un gato cualquiera; había algo especial en él que lo distinguía de los demás. Con su pelaje suave y brillante, y sus ojos llenos de misterio, Rui jugaba por el parque con la arena, pero entonces ve a alguien observ...