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Finalmente, Rui y Tsukasa fueron dados de alta y regresaron a su departamento. La sensación de estar juntos nuevamente llenaba el aire con una calidez reconfortante. Habían superado momentos terribles y ahora, en la tranquilidad de su hogar, el mundo parecía ser un lugar más seguro.
Al llegar a su apartamento, ambos se acomodaron en el sofá, sintiendo el alivio de estar en un lugar familiar y cómodo. El silencio que se planto entre ellos era un silencio cómodo, lleno de la paz que sólo la compañía de un ser querido puede proporcionar. Se miraron en silencio, sus cuerpos cansados pero aliviados, y el peso de las semanas de angustia comenzó a desvanecerse lentamente.
Sin embargo, Tsukasa, incapaz de contener su curiosidad, rompió el silencio.
—Rui, -dijo con una voz suave—, ¿qué era eso que querías decirme en el festival? Lo mencionaste, pero nunca me lo dijiste. ¿Qué era tan importante?
Rui lo miró con una sonrisa en los labios, y por un momento, se quedó pensativo. El brillo en sus ojos reflejaba una mezcla de ternura y misterio. Luego, su sonrisa se ensanchó, y con un tono juguetón, respondió
—Lo siento, Tsukasa. Creo que aún no es el momento de decírtelo.
Tsukasa frunció el ceño, su curiosidad ahora. Miró a Rui con una expresión de ligera frustración, tratando de entender qué podría ser tan importante que Rui no pudiera revelarlo todavía.
—¿Por qué no? —preguntó Tsukasa, su tono entre interrogativo y suplicante—. ¿Qué es eso que no puedo saber aún? ¡Vamos, cuéntamelo!
Rui no pudo evitar reírse suavemente, disfrutando del juego de la intriga. Se recostó más en el sofá, observando a Tsukasa con una sonrisa traviesa.
—Es solo que... —dijo Rui, aún riendo—. A veces, las cosas importantes deben esperar. No quiero apresurarlas. Además, ahora que estamos juntos y seguros, creo que deberíamos disfrutar este momento y no preocuparnos por secretos.
Tsukasa, viendo la sonrisa de Rui y el brillo en sus ojos, sintió una mezcla de exasperación y afecto. Sabía que Rui tenía una manera especial de mantenerlo en vilo, y aunque estaba desesperado por saber el secreto, también entendía la importancia de disfrutar el presente. Se recostó en el sofá, tratando de dejar de lado su curiosidad.
—Está bien, está bien —dijo Tsukasa con un suspiro—. Lo aceptaré por ahora, pero no pienses que te dejaré en paz sobre esto. ¡Te lo sacaré tarde o temprano!
Rui se rió de nuevo, la risa llenando el aire con una calidez que había estado ausente durante tanto tiempo. Colocó una mano sobre la de Tsukasa, dándole un apretón reconfortante.
—Lo sé, Tsukasa. Y eso es lo que me encanta de ti. Siempre estás dispuesto a luchar por lo que quieres, incluso si eso significa esperar un poco más.
El ambiente se volvió aún más relajado y tranquilo. Mientras el sol comenzaba a ponerse, proyectando una luz dorada a través de las ventanas del departamento, Rui y Tsukasa se acomodaron uno al lado del otro en el sofá. El hecho de estar juntos, finalmente a salvo y en paz, era suficiente.
Luego de un rato, decidieron ver una pelicula para luego ir a dormir.
A la mañana siguiente, Tsukasa se despertó antes que Rui. Se quedó un momento en la cama, mirando el techo y recordando la noche anterior. Había algo en el aire, algo que no podía ignorar. Decidió levantarse y preparar el desayuno, esperando que una buena comida pudiera ayudar a aclarar sus pensamientos.
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Maullidos que hablan🐾 ┆RuiKasa ┆
FanfictionRui era un gato callejero, pero no un gato cualquiera; había algo especial en él que lo distinguía de los demás. Con su pelaje suave y brillante, y sus ojos llenos de misterio, Rui jugaba por el parque con la arena, pero entonces ve a alguien observ...