Capítulo 3: Ecos del Pasado

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El sol ya había despuntado cuando Seraphina despertó al tercer día en Santa Esperanza. La tranquilidad del pueblo comenzaba a sentirse como un bálsamo para su alma inquieta. Recordando la promesa de Miguel, decidió explorar más del lugar y profundizar en los secretos que la vieja casa podría guardar.

Después de un desayuno ligero, Seraphina se dirigió al ático. Había una escalera empinada que crujía con cada paso que daba. Al abrir la puerta del ático, un olor a polvo y antigüedad la envolvió. El espacio estaba lleno de cajas, muebles viejos y objetos cubiertos con sábanas. Se armó de valor y comenzó a inspeccionar.

Entre los objetos encontró un baúl antiguo con cerradura oxidada. Después de algunos intentos, logró abrirlo. Dentro, había una colección de diarios y cartas, todos escritos por su tía abuela Isabel. Seraphina se sentó en el suelo polvoriento y comenzó a leer uno de los diarios.

10 de junio de 1965

Hoy he conocido a alguien que ha cambiado mi vida para siempre. Su nombre es Juan. Es un hombre de mar, fuerte y valiente. No puedo evitar sentir una conexión profunda con él, como si nuestros destinos estuvieran entrelazados..."*

Seraphina se perdió en las palabras de Isabel, absorbiendo cada detalle de su vida, sus amores y sus luchas. La historia de Isabel y Juan la cautivó. Mientras leía, se dio cuenta de que la vida de su tía abuela no era muy diferente de la suya. Ambas buscaban algo más allá de lo que el mundo moderno ofrecía.

Perdida en los diarios, Seraphina no se dio cuenta del paso del tiempo hasta que un golpe suave en la puerta la sacó de su ensimismamiento. Era Miguel, con una expresión mezcla de curiosidad y preocupación.

-Seraphina , he tocado la puerta varias veces. Estaba preocupado -dijo Thorian, entrando al ático.

-Lo siento, Thorian. Me perdí leyendo los diarios de mi tía abuela -respondió Seraphina , mostrando el libro en sus manos-. Hay tantas cosas sobre su vida que no sabía.

Thorian se sentó a su lado, mirando el diario con interés.

-Isabel era una mujer extraordinaria. Sus historias siempre tenían una forma de capturar la imaginación. -dijo Thorian-. ¿Has encontrado algo interesante?

-Sí, mencionó a un hombre llamado Juan. Parece que era muy importante para ella. -respondió Seraphina, entregándole el diario a Thorian.

Thorian leyó algunas líneas y luego sonrió.

-Juan era mi abuelo. Siempre hablaba de Isabel como el amor de su vida. Esta historia es más antigua de lo que imaginaba.

Seraphina se sorprendió al escuchar eso. La conexión entre sus familias parecía destinada.

-Eso es increíble, Thorian. Me pregunto qué pasó con ellos. Isabel nunca dejó Santa Esperanza, ¿verdad?

-No, se quedó aquí hasta el final. Pero mi abuelo tuvo que irse a trabajar en el extranjero y nunca regresó. Fue una gran tristeza para ambos. -dijo Thorian, devolviendo el diario.

Seraphina, sintió una profunda empatía por Isabel y Juan. La historia de amor inacabada resonaba con su propia búsqueda de sentido y conexión.

-Me gustaría saber más sobre ellos, sobre sus vidas y sus historias. Quizás pueda encontrar algo más en estos diarios. -dijo Seraphina , decidida.

Thorian asintió.

-Te ayudaré en lo que pueda. Mientras tanto, ¿te gustaría conocer la antigua biblioteca del pueblo? Podríamos encontrar más sobre la historia de Santa Esperanza allí.

Seraphina aceptó la oferta y ambos se dirigieron a la biblioteca. Era un edificio pequeño pero acogedor, lleno de libros antiguos y documentos históricos. La bibliotecaria, una mujer mayor llamada Elena, los recibió con una cálida sonrisa.

-Thorian , qué gusto verte. Y tú debes ser Seraphina, la sobrina de Isabel. Tu tía era una visitante frecuente aquí. -dijo Elena.

-Sí, estoy tratando de aprender más sobre ella y su vida. -respondió Seraphina .

Elena asintió y les mostró una sección de archivos antiguos donde podrían encontrar más información. Pasaron horas revisando documentos, periódicos viejos y fotografías. Cada descubrimiento añadía una nueva pieza al rompecabezas de la vida de Isabel y su conexión con Juan.

Mientras revisaban un álbum de fotos, Seraphina encontró una carta escondida entre las páginas. Estaba dirigida a Isabel, pero nunca había sido enviada. La carta, escrita por Juan, expresaba su amor eterno y su arrepentimiento por no haber podido regresar a Santa Esperanza.

Las lágrimas llenaron los ojos de Seraphina mientras leía en voz alta la carta a Thorian. Era un testimonio del amor verdadero y la tragedia de una separación forzada por las circunstancias.

-Es increíble cómo el pasado puede seguir influyendo en el presente. -dijo Seraphina, secándose las lágrimas.

-Sí, y es importante recordar esas historias. Nos enseñan sobre el amor, la perseverancia y el valor de nunca rendirse. -respondió Thorian, tomando la mano de Seraphina en un gesto de consuelo.

Seraphina sintió una chispa de esperanza y conexión en ese momento. Santa Esperanza no solo guardaba los secretos del pasado, sino también la promesa de un futuro lleno de posibilidades.

De regreso a la casa, Seraphina y Thorian se despidieron, pero acordaron continuar explorando juntos la historia de Isabel y Juan. Seraphina se acostó esa noche sintiendo que, por primera vez en mucho tiempo, estaba en el lugar correcto, haciendo lo que debía hacer.

El viaje apenas comenzaba, y Seraphina estaba ansiosa por ver adónde la llevaría.

ENTRE DOS MUNDOS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora